Olvidando Recuerdos |Justin Bieber|

Capitulo 35

Recta final

Capítulo Treinta y Cinco: Roces y Susurros.

No creo que jamás haya tenido que enfrentarme a este tipo de sentimientos antes, ni siquiera cuando mi vida era totalmente una montaña rusa. Difícilmente podía mantenerme estable en la altura sin caer por un largo precipicio de pronto y sin aviso mientras los recuerdos me chocaban de lleno duramente y se iban junto con el viento solo apra regresar a la siguiente bajada y atormentarme de nuevo. Quizás la única razón que tenía para sobrevivir a aquellos remolinos era él... y ahora nada parecía suficiente, ni siquiera el tiempo parecía real ahora. Estaba perdida de nuevo, y los recuerdos no dejaban de aparecerse constantemente en mi cabeza. El disparo, la sangre... Justin derrumbándose en mis brazos... 

—________(TN), creo que necesitas descansar un poco —me sugirió Josh inclinándose para quedar a mi altura en la silla. Un simple suspiro agotado fue mi respuesta. No iba a dejar a Justin, si era lo que él creía—. Cariño, entiendo que no quieras alejarte de él... pero esto no va a hacerte bien.

—Fui a descansar hoy en la mañana —murmuré apagadamente.

No había sido un gran descanso. No había podido quedarme dormida y cuando intenté tomar una ducha caliente para que me adormeciera un poco, solo salió agua helada de la maldita ducha, así que tuve que soportar diez minutos de agua congelada cayendo sobre mi cabeza.

—Sí, pero por tu rostro, descansada no es el adjetivo que te describiría ahora —corrió un mechón de pelo detrás de mi oreja.

—Quiero quedarme —susurré.

—Bien —suspiró con resignación y alcanzó una de las sillas para sentarse a mi lado—. Supongo que nos haremos compañía.

—Gracias, Josh —sonreí levemente.

El disparo no había alcanzado su corazón, gracias a Dios, pero lo que había dejado tampoco era bueno. É no había despertado hace más de tres días y yo simplemente no podía lidiar con el hecho de perderlo. Los doctores no nos habían dado nada exacto. Dijeron que podría despertar en horas, en días o en semanas. La primera opción ya no era factible así que solo me quedaba con las siguientes dos, porque la última mencionada era demasiado trágica y dolorosa como para ser considerada.

Las máquinas conectadas solo eran un martirio más para mi aterrorizada consciencia. Sonaban, y habían cables, y había una intravenosa... saber que todo esto se relacionaba con lo que había estado estudiando por casi dos años hacía la profesión poco atractiva para mis ojos ahora, pero si significaba salvar vidas... lo haría. Solo esperaba que ellos pudieran salvar la de él... o la mía estaría también perdida.

—Él va a estar bien, ________(TN) —tomó mi mano—. Puedo asegurártelo.

—No, no puedes Josh.

—Él es fuerte, lo hará —me animó—. ¿Quieres que traiga algo de comer?

—Creo que vendían pie de limón en la cafetería... ¿podrías...?

—Sí, cariño. Estaré de vuelta enseguida —murmuró Josh y desapareció por la puerta.

Acerqué mi silla a Justin, con cuidado de no mover ninguno de los cientos de cables que cruzaban en su camilla. Acaricié su cabello y corrí algunos mechones de su frente. Nunca lo había visto tan débil como ahora, y era un martirio de ver.... Tantos cables y máquinas ... no era una imagen linda, ni siquiera soportable, pero alejarme de él era... incluso peor y más perturbador.

—Vas a estar bien, cariño —le susurré, aunque sabía que no podía escucharme. Siempre había una esperanza de que quizás lo hiciera—. Vas a estar bien, te lo prometo, y todo lo demás... demonios... todo lo demás no va a importar más. Vamos a salir de esto, de todo.... Lo juro. Sé que no me escuchas... ni siquiera sé por qué demonios estoy hablando en voz alta —sollocé—. Te extraño mucho, Justin... todo esto es mi culpa, ellos venían por mí y tú no debías... tú no... Solo... 

Las palabras me fallaron y las lágrimas me traicionaron otra vez. Apreté su mano, intentando buscar consuelo. Estaba fría e inerte, pero de alguna forma me alivió su tacto.

—Despierta, por favor —susurré.

Me paralicé. Los segundos se hicieron infinitos mientras sentía sus dedos entrelazarse junto con los míos. Su mano moviéndose y envolviendo la mía en una suave y lenta caricia.

—Dios santo, puedes... —Me detuve en media oración, sin aliento. Sabía que aquellos reflejos no siempre significaban algo cuando se trataba del coma, pero fue... reconfortante. No había sonreído en varios días y no pensé que iba a hacerlo hasta que él despertara.

—Encontré pie, ________(TN), también traje... —Josh se interrumpió a sí mismo al verme—. Nena, por favor, sabes que odio llorar.

—Sí, lo siento, no puedo evitarlo —sonreí levemente mientras me limpiaba las lágrimas con mi mano libre—. ¿Está Zac ahí?

—Sí, está tomando un café con Zoey y Pattie, nadie ha estado durmiendo bien últimamente.

—¿Está Zoey ahí? Vaya... no la veo hace mucho tiempo.

—Desde que te fuiste —Josh sonrió—. Ella no quería interrumpirte, acaba de llegar.

—Dime que nadie le ha avisado a Larissa —gemí.

—No, y nadie va a hacerlo. Zoey está peleada con ella hace más de un año... está viviendo en casa de los Bieber.. hace algunas semanas.

—¿En serio?

—Bueno, desde que Justin y Jeremy no están ahí... Pattie dice que le encanta su compañía, además cocina maravillosamente bien —se rio—. Y bueno, ella está con Zac así que...

—Parece que todos parecen tener sus finales felices —suspiré.

—Vas a tener el tuyo también —me aseguró.

—¿Qué hay de Annie?

—Ella al fin aceptó una de mis malditas invitaciones para cenar —soltó una carcajada. A Josh le encantaba que Annie se resistiera a sus encantos... por alguna razón.

—Vaya, ese es un gran avance —sonreí.

—Voy a ir abajo con los demás, ¿sí? Toma tu pie —Josh me entregó el pie en un plato de plástico con un tenedor desechable y se fue luego de darme un beso en la mejilla.

Suspiré y puse mi intención de nuevo en Justin. Sonreí, estaba segura de que él podía oírme, y había apretado mi mano.

Mi sonrisa desapareció mientras me recordaba que eso no significaba que él iba a estar bien.