Capitulo 18

563 37 0
                                    

Capítulo Dieciocho: Las Palabras que Están prohibidas.


Ahora venía el arrepentimiento.


Aunque en realidad, mientras caminaba hacia mi cuarto con los ojos aguados y con mil sensaciones recorriendo mi cuerpo, solo sentía un enorme vacío en medio del pecho y unas enormes ganas de cerrar los ojos y alejar toda especie de dolor que me embargara. ¿No era ya suficiente? ¿No había pasado ya el límite de sufrimiento que una persona podía afrontar o cargar? ¡Tres malditos años era demasiado tiempo! No había podido superarlo y dudaba que fuera a hacerlo justo ahora que volvía a mi vida. No podía evitar el sentimiento, pero sí podía ignorarlo. Yo ya había luchado por lo que sentía y por él en su momento, pero él no había hecho lo mismo, así que era suficiente de que estuviera desperdiciando mi tiempo en causas perdidas, y por mucho que me doliera alejarme de él, incluso de ser amigos, lo haría, porque desde que él llegó, el dolor ha sido incluso más insoportable, aunque al mismo tiempo me sintiera...


Viva luego de tres años de estar completamente perdida.


El amor no era fácil. Ningún tipo de amor lo es, pero ya he llegado a ese punto en el que simplemente es demasiado para sobrellevar. Solo soy humano, no puedo con tanto.


—¡___________(TN) espera ¿Qué demonios estás haciendo?

—¡Déjame en paz! —le grité y seguí caminando. Justin murmuró entre dientes algo que no logré entender y se puso a caminar a mi lado, siguiendo mi paso rápido y decidido.

—¿Pero qué es lo que sucede contigo? Todo va bien y de repente comienzas a culpar a Larissa de algo que...

—¡Esto no es por Larissa! ¿No entiendes? Solo estoy harta.

—¿Harta de qué? ¿De mí? ¿Te he hecho algo de lo que no estoy enterado?

—No te imaginas.

—¿Y qué fue eso exactamente? Desde que llegué no he hecho más que intentar llevar las cosas bien contigo porque sé que es delicado y justo cuando siento que hemos avanzado tú tienes un quiebre mental o algo.

—Quiebre mental. Ésa es una maldita buena descripción de lo que está sucediendo.

—¿Pero por qué? _________(TN) no sé qué demonios hacer para que las cosas vuelvan a la normalidad entre nosotros. ¿No habíamos superado esto ya?

—¡Nunca ha habido una normalidad entre nosotros y ¡Tú lo superaste! Yo sigo atrapada en el pasado y por esa misma razón alejarme de ti es la mejor idea que he tenido en tres años.

—Pero...

—solo vete y déjame en paz.

—Por favor, piensa esto. No puedes simplemente alejarte y ya.

—Mírame.

—¡Razona, por el amor de Dios! —me gritó, haciendo que dos estudiantes que al parecer también iban tarde se nos quedaran mirando—. No estás pensando esto bien, solo estás algo alterada por ese mensaje.

—¡Te dije que no es solo por el bendito mensaje, Justin!

—¿Entonces qué, _________(TN)? Dijiste que habías superado todo entre nosotros, pero no sé por qué tengo la sensación de que no me has perdonado del todo.

—Tienes razón. No lo he hecho.

—¿Pero por qué? Tienes un novio, tienes amigos, estás en una Ivy League... Por qué simplemente no puedes... ¿dejar de odiarme por ser un estúpido?


Ya quisiera yo poder odiarte.


—Porque soy una maldita rencorosa y cada vez que te veo lo único que puedo recordar es tú diciéndome que todo lo que pasó entre nosotros fue un error y tú no despidiéndote el día de mi partida, y solo empeoraste las cosas cuando me dijiste que sí estabas enamorado de mí. ¿Cómo pretendes que finja que todo está bien cuando me dejaste sufriendo durante tanto tiempo? ¡Me habrías evitado todo ese maldito sufrimiento y todo sería más fácil!

—Lo siento, diablos. ¿Cuántas veces tengo que decirlo para que veas que lo digo en serio?

—No puedes unir lo que ha sido roto con palabras, Justin, ni siquiera con acciones. A veces las cosas rotas no pueden volver a unirse, e incluso si pudieran, las cicatrices son imborrables.

—Nunca quise herirte.

—¡Y yo nunca quise que te alejaras de mí! ¡Pero lo hiciste! No siempre obtenemos lo que queremos y por muy jodido que eso sea así es la vida y no la voy a juzgar por ello. Tú tomaste tu decisión en ese momento, y ahora yo estoy tomando la mía. Así como tú decidiste borrarme de tu mapa, ahora yo te estoy borrando a ti del mío.

—No puedes hacer eso —dijo con consternación.

—Puedo y voy a hacerlo. Solo déjame en paz. Hace tres años no te costó hacerlo, así que ahora supongo que tampoco lo hará.

—No te dije adiós por qué estaba asustado de despedirme de ti.

—Y aun así no hiciste nada porque no me fuera.

—¿Qué es lo que querías que hiciera? ¡Ya habías hablado con tus padres y los míos! ¿Solo se suponía que tenía que llegar y pedirte que te quedaras?


Ambos entramos en las habitaciones de las chicas. Los pasillos estaban desiertos y el único sonido era el del fuerte viento azotando las ventanas. Una gélida brisa nos envolvió junto con un escalofrío, aunque sospeché que el frío no tenía que ver con él.


—Aunque no lo creas, Justin, sí, habría sido más que suficiente. Pero en cambio, estabas ahí con Larissa arrepintiéndote de cada beso que nos dábamos, diciéndome las peores cosas que se te ocurrían y rompiéndome en pedazos. No voy a soportar si me lastimas otra vez.


—¿Por qué iba a hacerlo? —preguntó con frustración—. Se supone que somos amigos y ya hemos superado esa etapa de nuestra vida.


—En serio no te has dado cuenta, ¿verdad? —dije con una sonrisa que no tenía nada de humor. Justin parpadeó varias veces y me miró sin entender. Saque la llave de mi habitación y en cuanto estuve en la puerta abrí rápidamente.


—¿Darme cuenta de qué? —preguntó justo antes de que cerrara la puerta. Tomé una gran bocanada de aire y lo miré. Las lágrimas empañaban mis ojos y un nudo estaba formado en mi garganta, pero aun así dije:


—De que aún te amo —y cerré la puerta, porque no estaba lista para afrontar lo que se venía después.




Olvidando Recuerdos |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora