Capitulo 24

661 34 0
                                    

Capítulo Veinticuatro: Preparativos para el engaño.


Una música que venía a lo lejos logró despertarme. No se escuchaba muy fuerte, pero siempre había sido de sueño ligero así que despertarme fue inminente.


Intenté estirarme en la cama pero el movimiento solo se quedó en un amago cuando fui consciente de que todo mi cuerpo estaba completamente inmovilizado por otro.


Justin.


No pude evitar que una enorme sonrisa se extendiera por mi rostro mientras todas las imágenes de los acontecimientos pasaban por mi cabeza a la velocidad de la luz y me traían de vuelta al presente. El presente en el que al fin tenía ganas de estar porque todo estaba de la forma en que siempre soñé, y todo se reducía a nosotros dos juntos.


Hoy era sábado, así que no estaba muy ansiosa que digamos por levantarme. No es que pudiera tampoco porque Justin tenía su cabeza sobre mi pecho, su brazo rodeando mi cadera y su pierna sobre la mía y aún seguía durmiendo plácidamente a diferencia de mí que no había tardado nada en estar completamente despierta.


Suspiré felizmente y cerré mis ojos, dejando en mi rostro una pequeña sonrisa que probablemente tendría pegada en la cara todo el día, y quizás más. Dependía de cuanto esto durara, solo esperaba que fuera un largo tiempo. Preferiblemente para siempre.


Pero sabía que lo más sensato era no tener mis esperanzas demasiado elevadas.


Mi celular sonó dentro de mi bolso olvidado junto a la cama, exaltándome a mí y despertando a Justin. Ambos gemimos frustrados y me estiré para recoger el celular sin que el edredón me destapara porque aún seguía sin nada puesto.


Justin parpadeó despacio algunas cuantas veces solo para cerrar sus ojos de nuevos y acurrucarse más a mi lado.


Y la sonrisa seguía ahí cuando contesté el celular.


—¿Diga?

—¿Dónde estás? ¡Dios mío estaba preocupada! Pensé que quizás estabas en lo de Max pero cuando me ha dicho que no esta mañana casi...

—Cálmate, mamá —rodé los ojos divertida. Miré rápidamente a Justin solo para ver lo hermoso que él se veía con sus ojos cerrados y el ceño fruncido—. Estoy bien.

—¿¡Dónde estás!? —básicamente me regañó.

—¿Podemos hablar de esto después? —gemí.

—¡________(TN)!

—En serio, estoy bien —dije rodando los ojos de nuevo. A mi lado, Justin volvió a abrir los ojos y me sonrió con rostro adormilado, y me fue imposible no reírme por lo hermoso que se veía y porque me dio un beso en el cuello que me hizo cosquillas.

—¿De qué te estás riendo? —casi podía ver el ceño fruncido de Rose a través del celular.

—De nada, de nada —volví a reírme. Justin siguió repartiendo besos por mi cuello antes de ascender y besarme en los labios largamente.

—En serio, ________(TN). No hago más que preocuparme por ti y tú solo estás respondiéndome evasivamente con tono de... ¡Eso es! ¡Ay Dios Santo! —chilló ella—. ¿Estás con...?

—¡Helado, Rose, helado! —le grité mientras me seguía riendo. Ésa era nuestra clave para cuando alguna comenzaba a decir algo indebido en frente de personas no autorizadas a escuchar.

—¡Oh Dios mío si lo estás! —chilló de nuevo—. Bien, te dejaré, pero vas a tener que decirme todos los detalles luego.


Ella cortó sin una real despedida. Le fruncí el ceño al celular y luego lo puse sobre el velador.


—Buenos días, cariño —murmuró Justin aún con voz somnolienta.

—Buenos días —besé suavemente su mejilla—. Creo que es algo tarde.

—¿Ah sí? —preguntó sin darle importancia.

—Sí, más o menos las doce —bostecé y acaricié su cabello desordenado de la mañana.

—Dios, _________(TN) —gimió con voz estrangulada y me abrazó con fuerza, haciéndonos girar de modo que quedé sobre él—. Es genial levantarme por la mañana y tenerte en mi cama sin que nada malo suceda eventualmente. ¿No podemos quedarnos aquí simplemente siempre?

—Sabes que me encantaría, Justin —besé su pecho—, y lamento ser la que dé las malas noticias pero tienes que ir a almorzar con la víbora con patas. 


Justin suspiró resignadamente y besó mi cabello.


—Entonces tenemos que ser muy convincentes hoy —dijo él. Levanté mi rostro de us pecho y lo miré confundida.

—¿De qué hablas?

—Si Larissa se entera de que pasé la noche contigo, va a hacer que su padre nos haga casarnos antes de que acabe la semana, así que ya que hoy vuelve a Cox Borts, tú vas a convencerla de que estás tan enamorada de tu novio que jamás podrías fijarte en mí.

—¿Disculpa? —fruncí el ceño.

—Si ella cree que no hay manera de que me sigas queriendo, entonces no va a estar al acecho a cada momento

—¿Quieres que finja con Max frente a ella?

—Mira, este es el plan —Justin puso algunos pelos rebeldes detrás de mi oreja—. Vamos a cenar en un restaurante francés que queda un poco más allá.

—¿El que queda aquí en Broadway? 

—Hay un montón de restaurantes franceses en Broadway así que básicamente el que queda a tan solo cinco minutos de aquí a pie.

—Lo tengo.

—Ahí es donde vamos a cenar, entonces, tú y tu amigo, van a aparecerse como si jamás hubieran imaginado que nosotros íbamos a estar ahí. Van a acercarse, saludar, y tú vas a decirle a Larissa lo feliz que estás con Max y lo feliz que estás de que nosotros estemos juntos.

—No lo estoy —dije secamente.

—Tampoco yo pero lo mejor será que nos guardemos esa información. ¿Entiendes? Tienes que ser simpática con ella, pero no en extremo. ¿Sí? Eso la convencerá.

—Bien, le diré a Max —asentí con la cabeza y lo besé—. Te quiero, Justin.

—Yo también, nena —me sonrió y cerró los ojos, como disfrutando del momento. Hice lo mismo y volví a recostar mi cabeza en su pecho.



Olvidando Recuerdos |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora