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Me encontraba sentada en el patio del orfanato mientras miraba a los niños jugar, la brisa soplaba y hacia que mi cabello se mueva de un lado a otro estresandome, la hermana Clara llamaba mi nombre, odiaba cuando me molestaba en un momento tranquilo.

—¡Kate!—dijo en tono molesto—te estoy hablando.

—Ajá—fue mi respuesta que le daba a entender que lo que estaba diciéndome no me importaba.

—Llevas 12 años aquí, nadie quiere adoptarte por tu comportamiento, ¿Cuántas veces te devolvieron por tu actitud?

—Mmmm—dije levantándome—déjame contar, 1 2 3 si, creo que unas 11 veces—reí mientras ella me miraba molesta.

—No es gracioso, así no tendrás familia y en poco tiempo cumplirás 18 lo que significa que tendremos que votarte.

—¡Dios eso es tan bueno!

—No, no lo es, ¿Crees que la vida será fácil para una huérfana?

—Me da igual como sea, no me importa.

—Piensas muy mal Kate.

—Si, lo que tú digas Clara—dije abriendo mi libro.

—¡Hermana Clara! Y ve a limpiar los baños—dijo alejándose.

—¡No soy la maldita conserje!

Me levanté de donde me encontraba y me dirigí a mi habitación donde se encontraban mis compañeras de cuarto; Vanessa, y Raquel, las dos zorras, en realidad me hacían la vida imposible desde mis 13, aunque sabía cómo defenderme, ambas eran idiotas.

—Hola Kate, ¿Cómo estás el día de hoy?

—¿Sigues siendo una mugrosa rechazada?—ambas rieron de la forma más estúpida posible.

—Si, pero lo prefiero a ser una zorra que se acuesta hasta con los sacerdotes que se encuentran en este orfanato.

Ambas se miraron y siguieron con sus cosas en lo que yo buscaba mis tenis entonces fue cuando las idiotas comenzaron a reír haciendo que tenga una ola de enojo recorriendo mi cuerpo al ver mis tenis llenos de pasta de dientes.

—¿Es gracioso idiotas?—ellas me miraban riendo algo que hacía que mi enojo crezca más y más.

—Se ven mejor, antes se veían aún más horribles.

—Te hicimos un favor Kate, como amigas.

Fue entonces cuando me acerqué a Raquel y le golpee con todas mis fuerzas en su cara hasta tirarle al piso, para luego subirme encima de ella y golpearla aún más, Vanessa gritaba mientras trataba de pararme, pronto las hermanas acudieron a la habitación de la que salían los gritos.

—¡Kate! ¡Déjala!—me agarraron para alejarme de Raquel quien se encontraba inconsciente en el piso.

—¡¿Que es lo que te sucede?!

—¡Ellas empezaron!

—¡¿Cuántas veces tendremos que decirte que no es la forma?!

Salieron de la habitación llevándose a Raquel dejándome sola, miré a todos lados y me senté en mi cama, comencé a reír pues no sentía ni un poco de culpa, después de todo ella se lo merecía.

Pasaron las horas y me encontraba limpiando los baños como me habían ordenado, después de todo no estaba tan aburrido.

Brooklyn - New York

—Chris...me gustaría adoptar—decía la señorita Miller quién no podía tener hijos y anhelaba tener uno.

—Sarah ya hablamos de esto, estamos ocupados, no podremos cuidar a un niño.

Dangerous || Junior WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora