45

45 7 11
                                    

Junior me abrazaba por la cintura mientras veíamos la película, de vez en cuando se ponía a susurrarme cosas en el oído causandome risa, la noche estaba tranquila y divertida por Mike y Austin quienes hacían bromas tontas a cada segundo, y mientras reíamos por un comentario de Junior, mi celular comenzó a sonar, y al ver el nombre de Sarah en la pantalla me levanté dirigiéndome a la cocina para contestar.

—Hola Sarah.

—Hola preciosa, ¿cómo estás?—preguntó.

—Muy bien, estoy con mis amigos, ¿cuando llegarán? Ya decoré todo, puse el árbol yo sola—dije sonriendo aunque ella no podía ver mi sonrisa.

—Oh...eso es bueno...Kate cielo, en serio lo siento—la voz de Sarah sonaba triste, y mi sonrisa se desvaneció inmediatamente.

—¿Por qué...?—pregunté.

—No podremos estar contigo para las fiestas—se quedó callada unos segundos y volvió a hablar:—surgió algo y no podremos llegar hasta después de navidad o incluso año nuevo...

—¿Es enserio Sarah?—respondí molesta.

—Kate...

—No, vine aquí para pasar las fiestas con ustedes y solo me dejaron aquí, ¿Y ahora me dicen que no podrán estar para las fiestas?

—Kate, cielo, conoces nuestro trabajo y cómo son los contratos...—no dejé que terminara y molesta hablé.

—¡Pues sabiendo eso no debieron adoptarme! Desde que lo hicieron siempre es lo mismo, solo me utilizaban para tener más fama.

—Kate no digas eso, sabes que no es cierto.

—¿Si? ¿No lo es? Se la pasaban todo el tiempo viajando y dejándome, y claro que les agradezco por todo lo que hacen por mi, tengo todo gracias a ustedes, ¿Pero sabes que me falta? El cariño de una madre, el de un padre, todo aquello que me hacía falta en el orfanato, no cambió desde que me adoptaron, porque no pude disfrutar de estar al menos un mes entero sin que tengan que dejarme por entrevistas, fiestas, o viajes.

—Kate...

—No, Sarah, lo siento, pero solo quería tener una familia—corté mis palabras un segundo para tragar en seco e intentar calmar aquel nudo que se había formado en mi garganta—una de verdad...

Colgué la llamada antes de soltar un sollozo y taparme la boca con las manos para que no puedan escucharme, sin embargo, al notar que había desaparecido por mucho tiempo, Junior apareció en la cocina, y al verme, se acercó a pasos rápidos para rodearme con sus brazos y pegar mi cabeza en su pecho.

—Linda...¿Que pasó?

•••

24 de diciembre de 2024
11:47 p.m

—¡Aza! ¿Ya sacaste el pavo del horno?—dije caminando a pasos rápidos por el pasillo mientras llevaba en mis manos las copas de vino al comedor.

—¡En eso estoy!—gritó desde la cocina.

Acomodé las copas en cada asiento tratando de que se vea elegante, Junior encendía la chimenea con la ayuda de Mike mientras que Austin ayudaba a Aza en la cocina. Después de la llamada con Sarah, no respondí a sus mensajes ni llamadas, y no lo haría hasta dejar de sentir ese pequeño dolorcito en el pecho.

—¡Kate!—gritó Junior desde la sala—¿Dónde está el encendedor?

—¡En el estante de libros!—grité.

Una vez que terminé de poner la mesa, y asegurándome de que todo estuviera en su sitio, corrí hasta la cocina y llevé los platos que Aza ya había servido.

—Se ve bien—dije olfateando la comida—y huele delicioso.

—¡Lo sé! ¡Y lo hice yo sola!—Aza se aplaudió a si misma con una sonrisa—y solo ví un vídeo en Tiktok—Austin y yo reímos mientras el mismo levantaba dos platos en sus manos y salía de la cocina conmigo para dejar los platos en la mesa.

Aunque seguía un poco triste por lo que había pasado con Sarah, intentaba sonreír porque es lo que Junior me dijo que haga, intentó ayudarme y calmarme como más pudo después de que se lo cuente, y se mostró totalmente comprensivo, al pasar por la sala, me miró con una sonrisa, la que claramente correspondí y me dirigí al comedor.

Noche buena, aquella festividad nunca la celebramos en el orfanato, siempre fue algo que las monjas intentaban evitar debido a que realizar un cena para todos, digna de noche buena, era muy costosa, a pesar de que recibían ayuda de algunas fundaciones, se negaban a realizar una pequeña cena para los 116 niños y jóvenes que nos encontrábamos ahí, en navidad, solían dar regalos solo a los niños, los cuales venían como regalo de las mismas fundaciones que mencioné anteriormente, o donaciones que realizaban fingiendo que realmente les importaban los niños que se encontraban ahí. Los jóvenes, solo recibíamos pequeños llaveros cada año, los cuales ya los teníamos de colección y solíamos intercambiar los que teníamos repetidos, porque si, no eran para nada originales, cada año regalaban los mismos llaveros con frases alentadoras y dibujos de muñequitos con ojos de botón que tenían que ver con la frase que te había tocado. Además de la decoración, la navidad no me agradaba tanto por dos motivos:

1.- Me recordaba a las únicas dos navidades que pude pasar con mis padres biológicos que recordaba a la perfección porque en ese entonces era muy pequeña para recordar las primeras.

2.- Era triste tener que ver las navidades perfectas en propagandas de televisión que solían pasar la noche de navidad, ya que era el único día que teníamos permitido ver televisión.

Cuando Sarah y Chris me adoptaron, solo pude disfrutar la primera navidad que pasé con ellos, porque las últimas que tuve con mis “padres” eran solo comer viendo las películas navideñas que pasaban por la televisión, abrir el regalo que habían mandado a comprar para mi, e irnos a dormir.

11:58

—¡Vengan todos a la mesa!—grité parándome a un lado del comedor observando la hora en mi celular, en cuanto los chicos se acercaron les pasé sus copas de sidra navideña que había servido con rapidez minutos antes—¡Aza!—grité al notar que era la única que faltaba.

—¡Ya voy!—ella apareció corriendo por el pasillo y tomando su copa sonrió, miró su teléfono dió pequeños saltos en su lugar procurando no tirar el contenido de su copa—¿Empezamos con la cuenta regresiva?—todos asentimos, y ella fue quien empezó—diez—todos la seguimos.

—Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno...

25 de diciembre de 2024
12:00 p.m

—¡Feliz navidad!—gritamos abrazándonos y bebiendo la sidra navideña, definitivamente fue la mejor navidad que había tenido en la vida.

————✨————

¡FELIZ HALLOWEEN!🎃

(Ya se que me atrasé un día, ¿Algún problema? JAJAJA)

Cuéntenme, ¿De que se disfrazaron ayer? Yo me disfracé de Robin Arellano de “El teléfono negro” y la verdad fue el mejor disfraz que pude escoger, pero me gustaría saber el suyo, así que cuéntenme, les estaré leyendo.

También pasaba para decirles que estoy súper emocionada porque ¡Solo faltan 54 días para navidad! Y desde ahora voy a estar pensando el regalo perfecto para ustedes <3

Si les gustó el capítulo no olviden dejar su lindo voto, guardar la historia a su biblioteca y seguirme para no perderse de ninguna actualización💜

Gracias por leer 💌

Mary🦋

Dangerous || Junior WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora