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Era uno de los tantos días en los que Taehyung se quedaba en casa con su padre, adorando la atención que éste le daba y los postres que cocinaban juntos, casi siempre terminando con un desastre en la cocina.

El pequeño niño se encontraba sentado en el comedor, pareciendo poner mucho esmero a lo que hacía mientras que Kim Yejun le veía con curiosidad a su lado, preguntándose por qué su hijo le había pedido que sacara todos sus colores y marcadores.

"¡Listo, ten!" gritó alegre Taehyung, extendiendo su hoja al hombre. "Es para el caballero Min y el príncipe, los dibujé a ambos y les escribí una carta, ¿puedes entregárselas, papi?"

El mayor sonrió, acercándose a su hijo para darle un beso en la frente, tomando con cuidado su regalo.

"Puedes dárselas tú mismo cuando vayas, estoy seguro que a ellos les encantaría ver cómo dibujas"

"¿Cuándo podremos ir, papá? Porque...mis compañeros me dicen que ellos no existen, que son inventos, ¿verdad que no?"

Yejun estaba en una encrucijada.

A Taehyung lo habían estado molestando constantemente en la escuela por contarles acerca de las historias que él le relataba, diciéndole algunos insultos y pocas veces, golpeándolo.

¿Pero cómo podría decirle que todo no era verdad? ¿Cómo si él mismo sabía que su hijo algún día terminaría en su primer hogar?

"No le digas a mamá lo que diré, pero tus compañeros son unos tontos" Yejun le dijo, riendo al ver a su hijo jadear por haber dicho una "mala palabra". "Por supuesto que no son inventos, si te dicen algo o te pegan de nuevo, tienes que defenderte, como el príncipe Jungkook, ¿lo prometes?"

"Lo prometo, papá" contestó Taehyung, sonriendo. "¿Pero cuándo podremos ir a visitarlo a él y a los demás?"

"Iremos cuando sea el momento"

O más bien, cuando tarde o temprano, lo inevitable sucediera y lo necesitaran de nuevo, ésta vez para algo más grande.


...



"Taehyung, despierta"

El aludido se quejó alto en cuanto sintió que le arrebatan la cobija, destapándolo por completo.

"¡Es tarde! Tienes que arreglarte, iremos al castillo Jeon en poco tiempo" Yoongi le advirtió, suspirando al ver a Taehyung dormir de nuevo. "Si no vas ahora, tendrás que arreglartelas para ir solo, yo ya me voy"

Y solo eso bastó para que Taehyung se levantara de un salto, cerrando sus ojos aún estando parado, tratando de controlar su repentino mareo por el movimiento.

"Eres muy fácil de manipular" Yoongi se burló. "Ya sabes dónde bañarte, te espero abajo, haré el desayuno, asegúrate de peinarte como ayer"

"¿Por qué?"

Yoongi señaló sus orejas.

"No son normales, me daría más pena que te digan fenómeno a mentiroso"

Eso a Taehyung le ofendió un poco, pero no pudo replicar ya que el mayor se había ido rápidamente.

Y un largo tiempo más tarde, luego de arreglarse y desayunar, ambos chicos se encontraban yendo de nuevo al mercado central, uno con menos energía y ganas que el otro.

"¿Por qué venimos aquí otra vez? No creí que los regalos de cortejo se tuvieran que dar diario" Taehyung se quejó, un poco fastidiado por el calor que hacía.

EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora