El rey Jeon no había salido de su estudio desde el funeral simbólico que le habían hecho a su hijo horas atrás.Le destrozó el corazón ver a su hija llorar sin parar junto a él cuando tiraron ramos de flores en la cruz de mármol y perlas que los sirvientes habían puesto en el jardín más grande del castillo.
¿Cómo pudo haber llegado a tal punto?
El dolor que sentía en su pecho lo podía comparar a la sensación que sintió cuando su amada esposa murió, gracias a la misma maldita cosa que ahora le había arrebatado a Jungkook.
"¡Deja de animar a nuestros hijos a vengarse de cosas absurdas!" gritó la reina, en verdad estando molesta "¿Cómo puedes fomentar algo así? ¡Yoongi es muy joven, su abuelo necesita trabajar aquí!
"¡Por dios, Dahyun! ¡Parece que no te importa Dae!" SeoJoon objetó, subiendo aún más su tono de voz "Ella realmente está enamorada de Kim, y Yoongi ha arruinado todo-"
"Yoongi no ha hecho nada, ¿estás seguro que tú eres el adulto aquí?" replicó Dahyun "Por dios, te estás dejando manipular entre un lío de pubertos. Yo amo a mis hijos, precisamente por eso es que les quiero enseñar que no es bueno dejarse llevar por sus arranques emocionales".
"Esas son debilidades, es un mal ejemplo para Jungkook, él es un hombrecito que quiere proteger a su hermana y yo no se lo impediré" aseguró SeoJoon "Son mis últimas palabras".
El rey le dió una última mirada a su esposa, para después disponer del picaporte de la habitación para irse de ahí, aunque otras palabras lo acompañaron al salir.
"Te arrepentirás, SeoJoon" la reina le había dicho en voz baja "Algún día te arrepentirás de todos los daños que estás dispuesto a hacer".
Sí, se arrepentía, pero no precisamente por eso, lo hacía porque desde esa conversación, el amor entre él y su preciosa Dahyun se había apagado.
Las discusiones se desataron desde que su difunta reina se enteró de la despedida oficial del doctor Min; a partir de ese día, todo prosiguió a ser distinto.
Aparentemente, para el pueblo, los sirvientes y sus hijos, ellos dos eran la pareja de reyes perfecta.
Así que, desde la muerte de su esposa, SeoJoon se retractaba de no haber hecho más, de no haber luchado ni insistido un poco para reconquistarla.
Y ahora, definitivamente cobraría justicia por propia mano, porque a sus ojos, en el bando de los villanos también se encontraba Min Yoongi, tomándolo como una condena.
Si no hubiera llegado ese joven a su vida, Dae estaría felizmente casada al día de hoy, su esposa seguiría con vida porque Yejun habría ayudado con los huldras y Jungkook estaría vivo, quizás gobernando el Reino Azul; pero no era de esa manera. Todo se le estaba viniendo abajo, con su familia destrozada y con su reino poco a poco cayendo en una posible crisis económica.
Por esa razón fue que tomó finalmente el sobre que uno de los ancianos de su Consejo le había entregado como recado, y abriéndolo con manos temblorosas, comenzó a leer:
"Quisiera olvidar nuestras formalidades como reyes por un breve momento para exponer en este escrito lo mucho que siento tu pérdida, SeoJoon.
Tengo la necesidad irracional de disculparme, no sólo contigo, sino también con las personas que han sido víctimas de los huldras, porque en cierta parte, tomo esto como si fuera mi culpa.
Me he enterado igualmente de que tu prisionero se ha escapado y que probablemente no esté más en tu reino, así que quiero que dejes de mandar a tus guardias a buscarlos, porque estás descuidando lo importante, la mansión de Jiyu. Por lo tanto, mis hombres buscarán a Min Yoongi en las afueras mientras tú te ocupas de eso, ¿está bien? No tienes que preocuparte, mi esposa y yo estamos dispuestos, después de todo, somos una alianza.
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EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekook
FantasyTaehyung nunca creyó despertar en Ondina, el lugar que constantemente aparecía en las historias que su padre le contaba cuando era pequeño. Tampoco imaginó que los amigos de la infancia de su progenitor fueran un caballero valiente, una princesa dec...