"¿El color de las flores será blanco o azul, alteza?""Uhm, ambos, y también rosas"
"¿La música será clásica o tradicional?"
"Clásica, por supuesto"
Jungkook comía de un plato de fresas sentado en el diván de su habitación, acompañado de su fiel acompañante, el joven mayordomo Hwan, quien lo bombardeaba con decisiones acerca de la feria Hydor, que no tardaba en comenzar.
Tres días habían pasado desde que su padre le pidió que se hiciera cargo, tres días también en los que entrenó con Taehyung hasta casi el anochecer y en los que le había visto pobremente cortejar a su hermana.
Todavía se burlaba al acordarse de cómo el príncipe Kim le trajo con una alegría petulante un ramo de margaritas a Dae, y cómo se disculpó casi de rodillas al enterarse que ella era alérgica a esa flor.
Jungkook albergaba en su corazón sentimientos no muy positivos hacia Taehyung, como sospecha, inseguridad y molestia, pero había una sensación que no salía de su pecho cada que lo veía muy cerca de Dae, cuando por casualidad pasaba por el salón de té y los encontraba charlando y riendo; era todo sonrojos por parte de su hermana y cumplidos poco pensados por parte del otro.
Aunque esa curiosa sensación se iba cuando entrenaba con él, encantado de ganarle en cada combate.
"¿Por qué no usa toda su fuerza, príncipe?" le había preguntado Taehyung, con esa diversión palpable en su tono.
"No me mal entiendas, curarte heridas es una perdida de tiempo y odio tocar sangre ajena, así que evito molestias"
Eso era todo lo que Jungkook le había dicho, y se sentía tan mentiroso, porque la realidad es que no se sentía a gusto lastimando a Taehyung, quizás porque creía que era muy tonto o quizás porque le comenzaba a importar.
Se trataba de un punto medio, después de todo, su hermana estaba muy ilusionada con el príncipe Kim, así que Jungkook no podía llegar un día y decirle que su querido amante había sido asesinado por sus propias manos.
"¿Alteza?" Hwan habló, trayendo a Jungkook al presente, fuera de sus lagunas mentales, que no eran para nada seguras.
"Perdón, ¿qué?"
"Debe de elegir el color de las serpentinas y de los colgantes de pared, traje cinco tonos de azul"
Hwan le enseñó dichos tonos expuestos en pequeños papeles, mirándole con paciencia.
"¡Todos lucen igual!" se quejó Jungkook, enderezándose mejor en el diván. "Escoge tú el que más te guste, sabes más de estética que yo"
El mayordomo no evitó un grito de emoción, por poco, lanzándose para abrazar a Jungkook.
"Vaya, éste evento debe de ser muy importante para ti, Hwan"
"¡Oh, sí, alteza! Siempre he querido ayudar a los demás sirvientes en la planeación de los juegos y de la feria, pero nunca tuve la oportunidad"
Jungkook sonrió mostrando sus dientes, compartiendo la euforia de su compañero.
"Bien, entonces te encargarás de esto en lo que no estoy"
"Príncipe, no me diga que va a-"
"Hwan, te considero mi único amigo aquí" dijo Jungkook, levantándose hacia su armario. "Confío en ti" reiteró.
"Es un honor para mí, también lo aprecio mucho, por eso le diré que no salga de nuevo, es peligroso para usted" Hwan dijo con genuina preocupación. "Ha sido un milagro que no se haya perdido antes"
ESTÁS LEYENDO
EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekook
FantasyTaehyung nunca creyó despertar en Ondina, el lugar que constantemente aparecía en las historias que su padre le contaba cuando era pequeño. Tampoco imaginó que los amigos de la infancia de su progenitor fueran un caballero valiente, una princesa dec...