Taehyung al observar con detalle el paisaje frente a él, pudo comprobar por qué a cada reino se le asignaba un color.Brigit, el susodicho territorio del que Yoongi y Jungkook habían hablado, parecía estar rodeado por fuego; llamas rojas se veían de aquí para allá, junto con algunas casas cerca, fabricadas con ladrillos cafés y terracota, combinando aún más con todo el sitio.
El barco finalmente paró de navegar al chocar con el muelle abandonado del lugar, provocando que Yoongi suspirara.
"Bien, estamos aquí, ¿quién baja primero? En serio quiero vomitar" se quejó, pasando al lado de Taehyung, caminando lo más rápido hacia la salida del barco.
Los demás siguieron la dirección del mayor. Hoseok lo ayudó a vomitar la poca comida que había ingerido y después, con una sonrisa simpática, se ofreció a atrancar el barco a uno de los postes del muelle.
Mientras tanto, Taehyung extendió su mano hacia Jungkook para que éste se apoyara al bajar, e imaginó que en agradecimiento le daría un beso, al menos en la mejilla. Todo lo contrario, Jungkook negó con su cabeza, sonriendo, bajando por su propia cuenta del barco de un salto.
"No soy una princesa, y si lo fuera, aún así no necesitaría tu ayuda"
"¿Trataba de ser caballeroso?" respondió Taehyung, riendo por el comportamiento del príncipe.
"Yo también puedo serlo"
Sin más, Jungkook miró hacia todos lados, sintiéndose satisfecho al visualizar a lo lejos unas pequeñas macetas negras, resguardando ramos de tulipanes rojos, algo que según su hermana, era muy común tener en ese Reino.
Corrió hacia ellos y tomó uno, regresando lentamente al muelle, donde Taehyung lo esperaba con intriga y quizás, vergüenza.
"Aquí tienes, príncipe mentiroso" dijo Jungkook. "Ojalá que te guste"
Le extendió la flor a Taehyung, sintiendo brevemente el tacto de sus dedos cuando éste la tomó por el tallo, para acto seguido, acercar su nariz a los pétalos, deleitándose con el olor que desprendía.
"Me gusta el olor de las flores" dijo Taehyung, hizo una pausa. "Pero me gustas más tú"
El Jungkook de unos años atrás se hubiera reído en su cara, alegando lo ridículas que eran las frases que los enamorados usaban para conquistar día con día a sus amantes. Sin embargo, ese chiquillo de quince años ya no existía, o más bien, había evolucionado en cuanto opiniones, haciendo que su visión de aquellas cosas cambiara.
¿Cómo no sonrojarse con Kim Taehyung?
"¿Han terminado?" habló Hoseok, aparentando una cara seria aunque por dentro, estuviera muriendo por reír. El amor era tan adorable.
"Ya, pueden decirse cosas melosas en otro momento, preparen sus pies porque vamos a caminar por todo el pueblo" dijo Yoongi, limpiando las comisuras de su boca con la manga de su camisa. "Recen para que no vomite otra vez, no me he recuperado bien"
Los cuatro chicos empezaron su recorrido, adentrándose por las calles de curiosa forma en laberinto, sudando por cada paso que daban, pues el calor en ese reino era popular por ser insoportable para los extranjeros.
Tanto Taehyung y Jungkook se sentían demasiado curiosos como para no mirar con asombro todo su alrededor; ambos estaban teniendo su primera vez en aquel particular territorio de un reino desconocido. La gente de Brigit era tan cálida como su clima, pues los saludaban con un "buenas tardes" y una sonrisa de oreja a oreja. Al parecer, habían llegado al lugar en un día de fiesta, pues podían ver diferentes quioscos estar por el centro, ofreciendo comida y melodías tocadas por humildes orquestas, haciendo que recordaran sin poder evitarlo los juegos Hydor.
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EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekook
FantasyTaehyung nunca creyó despertar en Ondina, el lugar que constantemente aparecía en las historias que su padre le contaba cuando era pequeño. Tampoco imaginó que los amigos de la infancia de su progenitor fueran un caballero valiente, una princesa dec...