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"¿Qué quieres decir con eso?"

"Debo irme, Yoongi. No quiero que las cosas empeoren por mi culpa, no quiero que su amistad termine por mi culpa. Jungkook tenía razón... yo siempre fui un extraño" susurró Yejun, evitando a toda cosa la mirada del otro, colgando su cámara alrededor de su cuello.

"No fue tu culpa, en todo caso, el responsable de todo esto he sido yo. Jungkook siempre exagera cuando se molesta, no pasará nada, es muy pequeño todavía" habló desesperado Yoongi, tratando de tomar la muñeca de Kim "¡No es viable! ¿Qué pasa si el reino te necesita otra vez? Te buscarán por cada rincón de Ondina".

Yejun sonrió débil, al fin viendo a Min.

"Nadie me encontrará, si es lo que te preocupa. Estarán bien, los huldras se fueron, capturamos a todos, estarán en paz" aseguró él, zafándose del agarre lentamente "No me despediré de los principitos porque no creo que sea prudente, solo debo decirte que tú siempre serás mi mejor amigo y no habrá manera de cambiar eso, ¿sí? Espero que tú también me recuerdes así".

Yoongi negó, quitando las lágrimas que ya habían dejado caer sus ojos con molestia y algo de pena.

"Esto suena como una despedida, no lo es. No entiendo qué ganas con esto, sabes que yo...  siempre voy a tratar de cuidarte, lo prometí. Dime que volverás cuando decidas que es el momento, cuando te sientas más tranquilo".

"Algo me dice que volveré, de una forma u otra" dijo Yejun, acercándose para abrazarlo "Espero que me recuerdes, porque yo siempre los recordaré a ustedes".

Yoongi despertó agitado y sudado en la dura cama de su celda. Su cuerpo temblaba por el frío del lugar y él buscaba inútilmente abrigo en la tela que le habían dado como cobija. 

Se levantó de repente, maldiciendo por el mareo que eso le provocó, llevando su vista hacia la celda de enfrente, donde Hoseok yacía sentado en el suelo jugando con las pequeñas piedras que éste tenía. 

"¿Cómo estás?" murmuró Yoongi hacia su amigo, recargándose en los barrotes. 

"Oh, no lo sé, estoy en un calabozo sin haber cometido ningún crimen y el rey quiere matarme, ¿cómo crees que estoy?" 

Bien, que Jung Hoseok respondiera con sarcasmo absolutamente no era una buena señal.

"Fue una pregunta tonta, lo siento" respondió Yoongi, resoplando. "Haré que te saquen de aquí"

"Tuteaste al rey Jeon"

"¿Qué?"

"Tuteaste al rey Jeon" repitió Hoseok, mirándole. "No eres solo un doctor local, ¿verdad? Él dijo que quería que confesaras algo"

"El rey ya está muy viejo, se está volviendo decrépito, no hay más explicación"

"Yoongi, eres mi jefe pero también recuerda que eres mi amigo. Te conozco desde hace tres años, deberías confiar en mí"

"Lo hago, es que-" tartamudeó ansioso Min, golpeando los barrotes con sus puños. "Es que no quería precisamente esto. No quería involucrar a más gente porque sabía que acabaría así. Estoy rodeado de un revoltijo de secretos desde que soy niño y el único cómplice que tenía para mis asuntos... ya no está"

"Lo siento" murmuró Hoseok. "Solo espero que cuentes conmigo, ya estoy metido en esto y no me importa, pero quiero respuestas. Sabes que nunca te traicionaría, ¿no? puedo ser tu nuevo cómplice"

Jung le sonrió de lado, animándolo para hablar. 

Yoongi lo meditó por unos minutos, evaluando los pros y contras de contarle a Hoseok sobre Taehyung y su padre, de su don y de sus mentiras. Seguramente lo entendería, pero ¿y si no? ¿y si lo delataba? Primero usarían a Taehyung como buscador y luego, le cortarían la cabeza por engaño a la corona. La princesa no era la persona más comprensiva del mundo—hasta donde recordaba—y lo haría pagar caro. 

EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora