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Con el paso de los días, el reino azul caía más en la desdicha y en el miedo, con los habitantes siendo intimidados por los huldras, los cuales ya se estaban adueñando poco a poco de ese territorio, arrebatando vidas inocentes de personas o animales. Las cosechas y la ganadería ya no generaban producto ni dinero, por lo que el hambre era en todo lo que pensaba el pueblo.

A pesar de que este tema era primordial para la subsistencia del reino, el rey SeoJoon parecía ignorarlo, enfocado en sus propios problemas.

"¡Sigan buscando!" ordenó con rabia a su ejército en compañía de su concejo real.

"Pe-pero su majestad, ya hemos buscado en los tres reinos y no ha habido éxito y si me permite agregar, lo que sí que hemos encontrado son huldras, son cada vez más notorias las muertes que éstas criaturas han causado, ¿no cree que debemos de enfocarnos en eso?" alegó el anciano Yerim, colocándose en frente de los guardias al lado de su compañero Aren "La gente poco a poco muere de hambre y tienen miedo de salir, majestad, por favor-"

"¿Te atreves a poner en duda mi palabra, Yerim?" interrumpió el rey, sonriendo con burla. "¿De qué se trata esto? ¿Acaso crees que estoy buscando a Min Yoongi por capricho? ¡Encontrarlo a él y al estúpido de Yejun nos aceleraría la búsqueda de Jiyu!" exclamó, golpeando con fuerza su escritorio. "¿No es esa una gran ayuda para los reinos?"

El anciano Aren se interpuso ante el rey, agachando la cabeza con temor antes de continuar con su pequeño intento de intervención.

"Su majestad, como miembros principales de su Concejo, le recomendamos una mayor seguridad aquí en Ondina al menos" musitó entonces. "Y también hablar con el rey del reino rojo, sino todo se saldrá de control" 

El rey SeoJoon pareció prestar atención a las palabras, sobando su barbilla ante sus ideas que iban y venían. Miró fijamente el retrato de su padre al centro de su oficina, recordando su manera de gobernar y su despiadada crianza. Su padre, Jeon MyungJoon, el héroe del reino azul que falleció luchando con huldras en anteriores batallas, sin dejar rastro pues su cuerpo jamás fue encontrado. Su cruel inspiración de día a día para ser un hijo digno de la corona de su padre.

Así fue como finalmente, SeoJoon concluyó con sus últimas órdenes.

"Quiero el doble de guardias rondando por el pueblo y ayudando a los habitantes en lo que necesiten, manténganlos tranquilos aunque mientan" dijo el rey con voz fría. "Ellos son mi pueblo pero para salvarnos a todos, necesito poner como prioridad esta búsqueda"

Los ancianos del Concejo no replicaron más, saliendo de la oficina junto con los guardias. Una vez que este grupo de hombres salió del castillo, Yerim y Aren los observaron desde un balcón.

"Esto terminará como nunca lo imaginé" murmuró preocupado Aren. "¿Crees que hablar con la princesa serviría? Mi familia está en peligro también y con pesar puedo decir que predigo una terrible época, peor que la de hace unos años"

El viejo Yerim negó con la cabeza.

"La princesa no nos escuchará, los sirvientes me han dicho que no ha salido de su habitación en mucho tiempo..." Yerim suspiró. "Desearía que el joven Jungkook estuviera aquí, era un muchacho demasiado terco pero... insistía mucho en hablar con nosotros sobre algo, creo que él vio venir esto mucho antes de que lo imagináramos. Ahora me siento como un anciano tonto por rechazarlo"

"Supongo que sí... Su alteza hubiera sido de gran ayuda, lamento mucho su muerte"

...


El silencio y la confusión era lo único que se podía percibir dentro de aquella cueva subterránea en Clarion, acompañados de un entrecortado llanto del príncipe Jungkook, contemplando los cuerpos de sus amigas sirenas en el agua, sin ojos y cubiertos de sangre, manchando el transparentoso líquido a su paso.

EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora