EL PRÍNCIPE DE ONDINA ● taekook

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La noche en los bosques de Clarion con el pasar de las horas se hacía mucho más oscura, profunda y silenciosa, acompañada de los sonidos de las criaturas nocturnas que vivían ahí, los rudlos y las ninfas cantaban alegres sus canciones de cuna, mientras que las libélulas salían a alumbrar sus fiestas.

Sin embargo, también había criaturas peligrosas, como los trolls, los lobos y los osos, acechando a sus presas.

Seokjin sin poder dormir, miraba el techo de su habitación, no sabiendo qué era lo que le había provocado una molesta ansiedad, que se manifestaba con un constante movimiento de pies.

"¿De nuevo no puedes dormir?" susurró Namjoon desde su cama, al lado de la del contrario. "¿Qué piensas?"

"¿No sientes algo?" contestó con el mismo tono Seokjin. "¿No sientes como una presencia molesta que no te deja tranquilo?"

Namjoon se incorporó sobre sus codos, mirando al chico con una expresión pensativa.

"Siento eso, sí, pero no creo que debamos preocuparnos" le dijo, resoplando antes de añadir. "Podemos preguntarle a la señorita Jiyu mañana, seguramente no es nada"

"Los oigo llamarme, dicen mi nombre una y otra vez entre mis sueños" murmuró Seokjin. "Estoy seguro que por eso la señorita nos dijo que los paseos por el río se acababan, ella sabe que hay huldras de nuevo por el reino, y si nos encuentran, nos matarán, nos sacarán los ojos y-"

"Cálmate por favor, estás hiperventilando" dijo Namjoon, sentándose en su cama y tratando de verse calmado. "No nos pasará nada, ¿está bien? Nuestra sangre no es solo favorecida, somos guerreros por naturaleza, recuérdalo"

"Los Kim son un milagro"  recitó Seokjin con pesadez. "A veces maldigo este apellido"

"No digas eso, Jin. Somos afortunados, deja de preocuparte tanto, estamos en el refugio de Jiyu, ¿qué nos ha pasado aquí?" habló despacio Namjoon, sonriendo al ver a Seokjin guardar silencio, como si considerara sus palabras. "Los paseos por el río volverán, la señorita lo resolverá"

"Ella nos contó cómo utilizaron a Yejun, y no quiero que me pase eso, es estúpido porque no soy un niño, pero esas cosas son escalofriantes"

"Te entiendo, pero te aseguro que no nos pasará nada, nadie nos encontrará, ni siquiera el rey Jeon"

A pesar de que Namjoon intentó transmitir tranquilidad para que Seokjin pudiera al fin dormir en paz, la realidad era que también estaba asustado. Oía los susurros de los huldras, sus pisadas elegantes y su sed de sangre.

No eran los únicos inquietos esa noche, pues a unos cuantos kilómetros, cruzando los bosques, los ríos y las cascadas, el imponente rey de Ondina, Jeon SeoJoon, discutía con su Consejo Real en su estudio.

"Tenemos que subir los impuestos, majestad"

"¿Oyes lo que dices, Yerim? Mi reinado es conocido por ser perfecto y compasivo, no puedo hacer eso, se darían cuenta" el rey expuso con cólera mientras hacía ademanes con sus manos. "No podemos generar pánico, esto es un asunto que solo el rey Park y yo sabemos, el Reino Rojo piensa que todo está bajo control"

"No contamos con el capital suficiente para una posible guerra, majestad" habló el anciano Aren.

"¡No estamos participando en una guerra! Es una búsqueda, ayudaré a buscar la casa de los favorecidos, no somos nada sin ellos"

"Entonces debimos cancelar los juegos, todo eso conllevó una gran suma de dinero que pudimos haberlo usado en esa intención" rezongó Hyeon, siendo respaldado por el asentimiento de sus demás compañeros. "No podemos arriesgar a nuestra gente a algo así. Ya hay reportes de comerciantes con rasguños y mordidas, pronto morirán y así seguirá la cadena; podemos evitar que pasen desgracias más grandes, como lo que le ocurrió a la difunta reina-"