EDITADO.
🍬<<{Stefano}>>🍬
Hera sujeta a Dorotea del pañuelo que lleva en el cuello y la acerca a su rostro, mi esposa sigue con una sonrisa ladeada.
Sabía que algo iba a pasar, pero sigo sintiendo que hay algo más.
Hera: Repite lo que dijiste, Regalito.
Dorotea: Siempre les dije, mis señores.
¿Cuándo?
Stefano: Define siempre.
Battista: Nunca nos has dicho así.
Mi esposa se ríe en el rostro de la azafata y los cabellos de mi nuca se erizaron, mierda, ¿Dónde está la dulzura que nos muestra?
Taddeo: Barbie, ¿No estás exagerando un poco? —ella lo mira, no sé qué ve en su rostro que lo hace ponerse pálido— no exageras, tienes toda la razón.
Ella vuelve la mirada a la mujer con una sonrisa espeluznante, a no, así cualquiera se pone pálido.
Tiene los ojos oscurecidos y la mirada intensa, cargada de oscuridad, acerca su nariz al cuello de la azafata y aspira.
Apostaría que huele sangre.
O el terror de la azafata.
Hera: ¿Por qué tiemblas, Regalito? Todavía no te he hecho nada.
Dorotea: No... no no... lo vol volveré a decir.
Tartamudea.
Hera: No, si no tienes lengua, no podrás decirlo.
Se pone de pie y arrastra a la mujer por el pañuelo, la sienta en unos asientos alejados de nosotros, le saca el pañuelo y amarra sus manos con el.
Hera: Cosa uno, Cosa dos, sus cinturones.
Mis hermanos se ponen de pie y empiezan a sacarlos de los jeans que traen.
<<Sí, ya sé, Ken, por favor me dan sus cinturones.>>
¿Cómo supo que le diría algo? Está de espaldas a él, no lo vio abrir la boca para hablar.
Mis hermanos van hasta ella y se los dan, ella les agradece y engancha un cinturón al otro para que quede más largo y eso lo usa para atar a la azafata al asiento por la zona del pecho.
Aparte de ponerle el cinturón reglamentario del avión.
Elios: ¿Debemos preocuparnos por cómo nos tratará a nosotros?
Le susurra al peli azul.
Taddeo: No hicieron nada.
Los gritos de una mujer nos hacen volver a mirar a Hera.
¿De dónde sacó esa hacha?
¿Y por qué se ve tan sexi con ella?
Mi esposa le está pasando el filo del hacha por el pecho a la azafata mientras escucha sus gritos y no deja de mirarla a los ojos.
Hera: No grites, ¿No te gusta mi hacha? Corta pollas y manos de una sola tirada.
Le cuenta mirando el hacha.
¿Pollas y manos?
Taddeo: Debiste tirarla, que asco Barbie, cómo puedes sostener eso todavía.
Hera: La desinfecté.
Taddeo: Debiste cambiarla después de cortar la polla del director.
Hera: No te escuché quejarte cuando le corté la pierna al que te pateó el mes pasado cuando te enseñamos lucha cuerpo a cuerpo.
Taddeo: ¡No era una polla! Y no sabía que era la misma hacha, no jodas Barbie, la llevas todos los días en la espalda.
Hera: ¿Si la mato a ella y la cambio dejarás de llorar?
Ella lo mira y él asiente.
<<Bien.>>
¿Qué fue eso?
¿Anda por ahí cortando partes de cuerpos? ¿Es Frankenstein o qué?
Deja el hacha en el asiento de al lado de la azafata y de su bota que le llega un poco por encima de las rodillas saca una navaja.
Quiero follarla con esas botas.
Quiero follarla completamente vestida con esa ropa.
Lleva, un conjunto que es similar a un traje, en color azul pastel, creo que nos dijo, parece celeste, el saco es lo único que tapa sus pechos y es tan corto que si levanta los brazos vemos parte de ellos.
La pollera es igual, el mismo color e igual de corta, me encanta, le queda precioso.
Todo le queda hermoso, pero con ese conjunto me la quiero follar.
Hera: ¿Alguno me presta un saco? No quiero ensuciar mi ropa.
Me puse de pie rápido y agarré el mío que estaba en el respaldo de mi asiento, se lo doy, se lo pone por encima de su ropa y lo abrocha.
Con mi ropa también quiero follarla, se ve sexy.
Agarra la lengua de la azafata y la corta de un tirón, un poco de sangre salpica el rostro de mi esposa y mi sacó.
Hera: Díganle al piloto que avise cuando estemos cerca del suelo y que abra la compuerta de carga y descarga.
Vuelve a meter la lengua en la boca de la azafata y se ahoga.
Necesitaremos un nuevo avión.
Pienso cuando veo a mi esposa agarrar su hacha y sostener con fuerza las manos que están amarradas.
Deja caer el hacha sobre una de sus muñecas y la mano no cae por estar amarrada, pero la sangre sí.
No sé manchó las botas negras porque se abrió de piernas, se le levantó un poco el saco y vimos el inicio de sus nalgas, no voy a mentir, las vi, me gustaron.
Hace lo mismo con la otra muñeca y se queda con el pañuelo en la mano y de el colgando ambas manos de la azafata.
Sonríe feliz, en verdad feliz.
Elios: Grosera, ya estamos llegando.
Ella asiente y le saca todos los cinturones a la azafata antes de agarrarla por su saco y levantarla.
Hera: No te voy a levantar porque me vas a ensuciar y el azul es mi color preferido, así que camina o te corto las piernas y te arrastró igual.
Por eso el cabello de Taddeo.
La empuja por su saco hasta que llegan a la zona de carga que se está abriendo, todos vamos detrás de ellas, sosteniéndonos para no salir volando.
Ella se sostiene con una mano, mientras que con la otra, sujeta a la azafata, van muy cerca de la rampa.
¿Qué hace, se quiere caer?
Cuando el asfalto empieza a verse desde donde estamos, mi esposa pone a la azafata frente a ella.
Hera: Vuelve a tu dueño regalito de dios, no me gustan las porquerías.
No jodas, ¿por eso le decía regalito? ¿Por qué Dorotea significa regalo de dios?
Patea su espalda y la azafata cae de rostro al asfalto dando vueltas.
Puta madre, esa no sobrevivió.
ESTÁS LEYENDO
Hera 6°
RomanceSexto libro de la saga Legado. (Independientes) 🧊{Hera}🧊 Volvieron a atormentar la paz que con tanto empeño construí después de su partida, dieron vuelta mi mundo en un segundo. Me quieren de vuelta, ¿Por qué?, Tuvieron que quererme antes de dejar...