Cuando abro los ojos me doy cuenta de un leve dolor de cabeza. Tengo la boca seca, así que me levanto y voy directo al baño. Mi maquillaje estaba intacto, y solo el labial qué puse ayer en la noche en mis labios estaba estropeado. Con un pañuelo húmedo quito lo que queda en mis labios. Antes de volver a la cama, me lavo los diente. Sentía la boca amarga.
Cuando vuelvo a la cama me doy cuenta que Jean esta ahí, durmiendo. Dejo escapar un grito por la sorpresa y el se despierta.Al principio no dice nada, solo me observa
— ¿Estas bien? — dice al fin.
— Si— contesto, aun petrificada a un lado de la cama. No pregunto que hace aquí, por los recuerdos llegan por si solos— gracias por traerme a casa — y por sostener mi cabello mientras vomitaba, preferiría que no lo hubieses hecho, pero ya lo hiciste, pienso.
— ¿Lo que dijiste ayer era real? — Jean no se andaba por las ramas. Ayer tuvo piedad y la discusión termino en el preciso momento en que me puse a vomitar. Pero ya estaba bien.
— Dije muchas cosas — le esquivo
— Has dicho que te gustó ¿Decías la verdad? — siento la cara caliente y se que mi rostro esta rojo. Era vergonzoso admitirlo.
— Si, es verdad — digo con seguridad — pero eso no cambia nada.
—¿Por que no? — cuestiona.
— ¿Como qué porque? Te parece poco evitarme e ignorarme. Crees que no la pasé mal mientras hablabas con los demás menos conmigo. Además, le dijiste a todo el mundo que diste dinero para acostarte conmigo — abro mi armario saco el Oscar de la Renta de allí y se lo lanzó.
—¿De que hablas? Yo no le dije a nadie eso ―dice, acercándose a mi, y por un momento pensé que mi corazón se detuvo. Incluso deje de respirar — Yo solo estaba enfadado por lo que me dijiste en el hospital—
— Ya, como digas. Sigue mintiendo todo lo que quieras. No me importa
—¿Podemos hablar de esto? Es un maldito mal entendido
—¡No! ¡No es un mal entendido! Le dijiste a todo el mundo que soy una maldita prostituta, por eso Floch se vio con el derecho de preguntarme cuanto le cobraría
— Rose, yo no le he dicho eso a nadie.
—¡ah, no lo hiciste! ¡¿Entonces, por que Mikasa me dijo que tu mismo le dijiste que te acostaste conmigo para darle celos?! Ya demostraste que tenias razón en todo lo que dijiste de mi. Ahora dejame en paz.
— Rose— Cuando oigo la voz de Ymir me sobresalto por un momento.
Estábamos tan concentrados en pelear, qué ni siquiera la oímos entrar—Ymir — digo alejándome de Jean — ¿qué haces acá?
— Olvidaste qué hoy saldríamos con las chicas—afirma— Como no contestabas el teléfono me preocupe y vine a ver si estabas bien
— ¿No nos veríamos a las tres de la tarde?
— Son las dos y media de la tarde, Rose. — ¿Como era posible que durmiera tanto tiempo?
— Yo... Pensé que era más temprano. Siento no responder, me quedé sin bateria
— ¿Quieres que te espere o te veo alla?
— Dame cinco minutos. Ya termine aquí. — digo quitándome el vestido y buscando algo más casual.
— Rose— Jean llama mi atención
—¿Qué? — digo mientras paso una camiseta manga larga por mi cabeza.