Olvido mis libros de francés en mi casillero, así que corro por ellos antes de que la clase comience.
Los tomo rápido y los meto en mi bolso junto a los otros libros. Cuando cierro la puerta de mi taquilla me doy cuenta que Mikasa esta a unos metros, en su casillero. A su lado estaba Bertholdt.
Cuando el me ve sonríe, pero sigue hablando con Mikasa.
Ella no parecía contenta, pero tampoco enojada, así que no podía saber con certeza si Bertholdt tambien estaba molestando a Mikasa.Espero a que Bertholdt se marche y me acerco a Mikasa.
— ¿Estas bien? — sale de mi boca antes de cualquier saludo
Mikasa levanta una ceja y me sonríe
— Si, estoy bien ¿Por que preguntas?— dice mientras deja algunos libros en su taquilla.
— Vi que hablabas con Bertholdt
— Oh, eso. Me pregunto sobre una de las clases que compartimos.
—¿Eso es todo? —
— Si ¿Qué pasa, Rose? Estas actuando raro. ¿Hay algún problema con Bertholdt?
— No, ninguno. No te preocupes— le dedico una sonrisa — ¿Nos vemos a la hora de almuerzo?
— No, hoy no podré. Historia tampoco. Tenemos entrenamiento. Hay qué practicar la nueva coreografía para el partido de fútbol de este viernes.
— Cierto. Escuche a Historia hablar sobre eso el otro día.
—¿Iras al partido? — me pregunta Mikasa.
— No lo creo. Ninguno de los chicos juega en el equipo, así que no me interesa ver como un montón de desconocidos se golpea salvajemente unos con los otros.
— Deberías ir. Después habrá una fiesta en casa de Bertholdt . Creo que los demás iran. Eren y yo lo haremos. Deberías venir.
— No, no me interesa ir a una fiesta de Bertholdt.
— ¿Por que? ¿Paso algo con el? — Mikasa cierra su taquilla — sabes que puedes decirme lo que sea.
—No es nada. Pero gracias por preguntar — le sonrió y ella me devuelve el gesto.
Se despide de mi antes de dejarme sola en los casilleros.Me apresuró para llegar a tiempo a clases. Allí me encuentro con algunos de los chicos. Compartía esta clase con Jean, Marco y Armin. Dios, Armin. Por la noche lo pensé mucho y llegue a la conclusión que el y Annie tenían que saber lo que estaba hacíando Bertholdt. Por el momento solo me estaba jodiendo a mi, pero eso podía cambiar en cualquier momento.
Me paso la clase completa pensando en este asunto e imaginando las mil y una posibilidades de como podría acabar este conflicto.
En el almuerzo Jean me pregunta si sucede algo conmigo. No se como es capaz de adivinar lo que pasa conmigo. Quería decirle la verdad, sabía que el me defendería de Bertholdt, pero no era justo. No puedo usarlo de esa forma.
—¿Por que no comes?— de pronto escucho la voz de Ymir y vuelvo a la realidad. ¿Cuando había llegado? ¿Y hace cuanto? Estaba tan concentrada qué no la había notado.
— No tengo hambre — contesto. Todo este asunto había logrado quitarme el apetito. Noto la mirada que Ymir le da a Jean
—No me mires así. Yo no he hecho nada — Se defiende. Ymir pone los ojos en blanco y vuelve su mirada a mi.
— Deberías comer un poco —me incita la pecosa
— Ahora que no esta Historia pareces muy habladora — contesto y espero que entienda entre líneas.