°Miles (tierra 42)

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Por si no fuera suficiente que el joven estudiante haya perdido a su padre y caído al turbio negocio criminal de su tío, Miles Morales también la había perdido a ella. A su último y único rayo de sol.

____ Greyson.
Su vecina.
Su amiga.
El amor de su joven vida.

Aquella chica risueña que le hacía compañía día a día había perdido la vida durante un fuego cruzado entre la policia y una banda criminal, y desde entonces la última pizca de empatía dejó el cuerpo de Miles.
Él había cambiado, se había endurecido.
O al menos eso creía hasta que vio a cierta spiderpersona aparecer en su casa. Y entonces su fachada se derrumbó.

—Suelta a Miles... Miles.—

____ se mantuvo en guardia al ver que el Miles de esa dimensión era el merodeador. Pero el chico no se movió, estaba en shock.

Es igual... Pero muy diferente ¿Tenía eso sentido siquiera?

—Tú... Tú estabas muerta.—la chica frunció el ceño confundida, pero no le costó mucho adivinar por dónde iba la cosa.

—Miles...—se acercó al chico, quien aún se veía algo alterado—. Por favor... Solo suéltalo.—

Paso a paso se fue acercando a él, mirando de reojo a la araña amarrada unos metros atrás.

—Todo estará bien, amigo... Solo déjame liberar a tu otro yo ¿si?—

Como el chico no se movía y su sentido arácnido no se activaba, ____ creyó prudente finalmente acercarse a Miles. Pero entonces el merodeador se paró frente a ella.

—Tú moriste aquella vez... Y yo terminé de morir contigo...—____ sintió sus brazos temblorosos aferrarse a su cintura—. Te extrañé, conejito... Te extrañé mucho.—

____ se sintió incapaz de moverse, por lo que se mantuvo ahí, estática.
A pesar de que ella no tenía un Miles en su dimensión, o al menos no lo conocía, el Miles del error canónico le había simpatizado. Por eso estaba ahí, rescatándolo. Pero ahora tenía al otro Miles aferrado a su cintura, y tampoco podía dejarlo.

Por más raro que sonara, sentía su dolor a través de ese desesperado abrazo

—Escúchame, trencitas.—tomó las mejillas de Miles, invitándolo a mirarla—. No sé quién crees que soy, pero te equivocas... Yo no soy tu ____, yo no soy de tu dimensión.—

El chico cerró los ojos por un momento, finalmente liberándola del abrazo.

—Lo sé...—

—Lamento mucho tu pérdida, créeme, pasé por algo similar. Y ese chico de ahí, ya perdió a su tio Aaron... No dejemos que pierda a su papá también ¿Si?—presionó su hombro con cierto cariño—. Déjame llevarlo de vuelta a casa.—

El chico miró al Miles amarrado en la bolsa de boxeo, debatiéndose qué debería hacer.

—... Lo dejaré ir.—

—Genial, déjame liberarlo y-

—Con la condición de que tú te quedes conmigo un poco... Sé que no eres ella, pero... No lo sé.—suspiró profundo.

____ se relajó un poco, y le sonrió.

—Me parece un intercambio justo... ¿Te parece si me ofrezco a ser el spidey temporal de esta dimensión?—

~•~

—Las empanadas de pollo que prepara tu mamá son muy ricas... Dime que trajiste más.—

Miles sonrió antes de sacar de su mochila un tupper con mucha más comida.

—Oye, trencitas. Sé que hablamos de esto antes pero... Ya he encerrado a muchos tipos malos en estos días, y la ciudad está más tranquila.—____ lo miró con seriedad—. Solo quedan tú... Y Aaron.—

—¿Vas a arrestarme también?—

—Podría, no eres un rival tan amenazante.—el chico resopló con gracia—. Pero no quiero hacerlo.—

—¿Por qué? Nada te detiene. Solo estás aquí por un trato.—

—Porque me agradas, no es tan complicado.—siguió comiendo.

—... Te agrado...—

____ miró a Miles, quien parecía algo pensativo.

—Eres un buen chico, sólo quieres ayudar a tu madre... Pero esta no es la manera.—

—Tú no lo entiendes.—

—¿Eso crees?—él la miró—. Yo también perdí a mi padre, Miles. Y no solo a él, a mamá también, a manos del buitre.—

—No lo sabía...—

—Por esos días, estaba tan enojada... Asesinaba a los ladrones que enfrentaba, no tenía piedad. Me perdí por completo.—miró el reloj en su muñeca—. Pero entonces conocí a Miguel y Jess... Y ellos volvieron a encaminarme.—

—Pues yo no tengo poderes ¿Olvidas? Ninguna sociedad secreta va a ayudarme.—

—No necesitas una sociedad... Me tienes a mi.—apoyó la mano sobre la de Miles, dedicándole una sonrisa—. Y prometo ayudarte en lo que sea... Con tal de no tener que patear tu trasero y meterte tras las rejas.—

—... ¿Te quedarías conmigo?—

—... No pertenezco a tu dimensión, no puedo estar mucho tiempo seguido aquí.—

—Eso no significa que no te gustaría.—ella sonrió.

—Tu mamá es muy linda conmigo, si me cocinara empanadas todos los días, me quedaría sin problemas.—

—... ¿Y si te quedas día por medio?—

—¿Prometes dejar de hacer cosas malas?—

Miles la miró por unos segundos, hasta que finalmente se puso de pie.

—¿Esta bien si antes de dejar de robar... Robo algunas cosas? Mamá me pidió algunas cosas del mercado y no traje dinero.—la chica sonrió.

—Bueno... Pero una última vez y ya.—

—

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~One Shots e Imaginas de Marvel Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora