Sam: *al llegar a la cede de los vengadores, el tipo de las alas fue el primero que te cruzaste*
—Bueno, agente Stan. Éste será su nuevo hogar.—soltó Pepper, señalando sonriente el enorme edificio—. Adelante, siéntete como en casa.—
Le sonreíste agradecida. Al entrar al lugar miraste maravillada la enorme instalación, deteniéndote de inmediato al ver a un tipo bajar en pijamas por las escaleras.
—¿no eres muy joven para ser una vengadora?—soltó con cara adormilada el hombre.
—¿no eres muy viejo para usar un pijama de Angry Birds?—
—...—
—...—
—... Me gustan las aves... Y el juego es genial.—
El hombre volvió a subir las escaleras.
—Ése es Sam... Es agradable.—
—Sí... Eso se ve.—
Sonreíste débilmente al notar que el hombre también llevaba pantuflas de el famoso pájaro rojo.
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Peter Q.: llevabas enojada un buen tiempo con Peter, tenías pensado hacerle la vida imposible hasta que pidiera disculpas como se debe*
—Aquí tienen... Café para mi mapachito, capuchino para Gamora, chocolate caliente para Mantis, agua para Groot y cerveza de raíz para Drax.—repartiste los desayunos entre los presentes.
—¿y para mi?—miraste molesta a Peter, suspirando cansada.
—¿té o café?—alzaste una jarra.
—Té.
—Error, es café.—sonreíste con maldad mientras le servías una taza y se la dejabas de mala gana frente a él.
—¿vas a estar toda la vida enojada?—
—Hasta que te disculpes.—
—¡pero si no hice nada!—
—¿¡mirar los cinco traseros de esa alienígena no es nada!?—
—¡yo no la estaba mirando!—
—¡si lo hacías!—
—¿yo soy Groot?—suspiraste y le sonreíste al árbol.
—No, no estamos enojados. Mira, le daré un panquecito.—dejaste el pastelillo frente a Peter, quien lo tomó emocionado y le dio una mordida.
—Esta rancio...—
—Come... El... Maldito... Panquecito.—
Peter te miró aterrado, definitivamente no volvería a mirar a ninguna otra mujer por más traseros que tuviera.
