Charles: *después de todo lo que pasaron, el profesor finalmente decidió dar un paso al costado y disfrutar pacíficamente el resto de su vida*
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—¿disfrutando del clima?—te acercaste sonriente al hombre, quien disfrutaba de una taza de té en aquella cafetería que tanto le gustaba.
—Un día soleado como este no puedo desperdiciarlo encerrado en la escuela.—te devolvió la sonrisa—. ¿qué hay de ti? ¿acaso estás siguiéndome?—
—Tal vez sí, tal vez no... ¿puedo acompañarte?—
—Adelante.—te sentaste frente a él.
—Y dime... ¿qué planeas hacer ahora? Si le dejas el cargo a Hank, tendrás mucho tiempo libre.—
—Planeo disfrutar mi jubilación.—sonrió divertido—. Hacer las cosas que antes no pude, como tomar un té por las tardes, jugar al ajedrez con Erik... tener finalmente una cita contigo.—
El hombre te miró de reojo, esperando la más mínima reacción de tu parte.
—Si quieres una cita... tendrás que pedirla.—
—¿ahora?—un poco de nerviosismo se hizo presente en su voz.
—Claro, adelante.—sonreíste emocionada, apoyando ambos codos sobre la mesa y tu mentón sobre las palmas de tus manos.
Al ver los leves gestos que el hombre hacía, supiste que intentaba leer tu mente.
—Y no hagas eso, sabes que conmigo no sirve.—Charles soltó un pequeño suspiro.
—Ok... ¿te gustaría tomar un té conmigo mañana?—
—¿aquí?—
—Si así lo deseas, sí.—
—Claro ¿por qué no?—
Una sonrisa de alivio se instaló en su rostro.
—Por un momento creí que dirías que no.—
—Ambos sabemos que eres mi calvo favorito.—
—Pensé que dirías "persona favorita"—
—Si si, eso también.—reíste a gusto al ver como sonreía nervioso.
—¿sabes? Creía que tu sonrisa era lo más lindo del mundo, pero me equivoqué.—lo miraste confundida—. Lo más hermoso es cuando me la dedicas solo a mi.—
—Aww, no sabía que tu mutación era decir cursilerias.—
—Y yo no sabía que la tuya era ser tan malvada.—sonreiste divertida.
—Lo siento, pero eso fue muy cursi. Como sea ¿qué te parece si tenemos esa cita ahora? No sé tú, pero yo pienso que hay que aprovechar cada mínimo momento juntos.—Charles sonrió tiernamente.
—Ahora al parecer fuiste tú quien me leyó la mente...—
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