Scott .L: *llegaste a la casa del hombre, encontrándolo en la sala principal con menos ganas de vivir que tú de trabajar*
~•~
—Creo que me equivoqué de casa, pensé que aquí vivía Scott, no un vegetal.—solté divertida mientras dejaba algunas bolsas con alimentos en la barra de la cocina.
—Soy un perdedor...—
—¿a qué viene la depresión, hormiguita?—comencé a quitar las compras de las bolsas.
—Me convencí de que éste sería EL año, pues van dos días y soy un perdedor.—reí por lo bajo.
—¿te das por vencido tan rápido? Quedan 363 días, espera unos meses al menos para deprimirte.—tomé unas cervezas y caminé hasta el sofá, alcanzándole una al hombre—. ¿Te fue mal con el trabajo?—
—Seh... nadie quiere a un exconvicto vendiendo helados.—
—Tranquilo.—besé su mejilla, recostando la cabeza en su hombro—. Ya verás que todo irá mejorando.—
—Estás conmigo, eso ya es un inicio.—
—¡feliz año nuevo!—sonrió.
—Feliz año nuevo, linda.—brindamos con las cervezas.
—Por cierto, mi tío necesita un ayudante en su restaurante ¿cómo te ves haciendo pizzas?—me miró de inmediato.
—Tengo ancestros italianos, puedo hacer pizzas con los ojos cerrados.—negué divertida.
—Eso espero, porque empiezas mañana.—el hombre tomó su celular—. ¿A quién llamas?—
—A Luis, le pediré consejos de cocina.—sonrió emocionado.
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