Ororo: *una horrible lluvia había cancelado su salida, por lo que optaron quedarse en la escuela*
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—Eso no tiene sentido, ella es prácticamente la diosa de los ninjas ¿por qué siempre gana Naruto?—la chica señaló molesta el televisor.
—¿cómo se llama la serie?—solté llevándome unas palomitas a la boca.
—Eh... ¿Naruto?—
—¿Eso responde tu pregunta?—Bufó.
—Que sea el protagonista no significa que siempre gane y todo salga bien.—
—Me parece que alguien no le prestó atención a la horrible infancia que tuvo el chico...—solté un suspiro cansado—. ¿De verdad no puedes cortar la lluvia?—
—Puedo, pero aún no tengo tanto poder. Es probable que un diluvio nos empape en medio del paseo.—
—Diablos...—
—No tiene nada de malo pasar la tarde aquí.—me miró sonriente.
—No, pero de verdad tenía ganas de tomar un batido de frutas...—
Ororo me miró pensativa antes de levantarse del sofá y caminar a la barra de la sala. Tomó unas fresas y bananas de la frutera y las metió en la licuadora, acompañándola con algo de azúcar, leche y unos cubitos de hielo que ella misma creó.
—Listo, que lo disfrutes.—me lo alcanzó sonriente.
—Que linda eres.—lo probé—. ¡está delicioso!—
—Soy la reina de los batidos.—
—Mi madre solía hacerme batidos como este, pero siempre les faltaba azúcar.—la miré—. ¿Qué hay de tus padres? Nunca los mencionaste.—por cómo reaccionó la chica supe que esa fue una mala pregunta.
—Digamos que Naruto no fue el único con una infancia difícil...—dejé el batido sobre la mesita y me acerqué a la chica.
—Lo siento, no debí preguntarlo.—negó antes de sonreírme levemente.
—Esta bien, eso ya es pasado.—tomó mis manos—. Ahora te tengo a ti.—
—Por supuesto.—me besó fugazmente.
Una leve brisa indicó la llegada de cierto chico.
—Batido y palomitas ¿puedo unirme a su cita? Prometo no estorbar.—miramos a Peter, quien ya estaba comiendo algunas palomitas.
—Es una cita romántica...—Ororo miró con seriedad al chico.
—Oh, ya veo... ¿me hacen un batido entonces? Prometo largarme.—sonrió tontamente.
—A veces quiero carbonizarlo con un rayo...—reí por lo bajo.
—La reina de los batidos debe mantener felices a sus amigos.—sonrió.
—En eso tienes razón.—la chica se levantó y se dirigió a la barra, siendo seguida por Peter de inmediato.
Tuviste una infancia difícil, si. Pero prometo estar para ti siempre, Ororo. Nunca volverás a estar sola.
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