El caído original

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—¿Qué crees que haces? —cuestionó una voz femenina y ruda, retirando sus armas del torso de Réquiem—. Eres muy peligroso. —expresó llevando sus armas a su espalda, mientras el demonio ciego tira suelta la lanza quedando desarmado—. Lo siento Edgy, espero lo entiendas. —agregó mientras Réquiem ve caer algunas plumas oscuras al suelo.

El pelinegro la reconoció por su cabello dorado—. Eri. —esbozo viendo a la rubia con terror.

Pero para Réquiem no es gusto cargar con quién le hirió—. ¡Tú! —exclamó para tomarla del cuello con sus manos.

A pesar de su rudeza, Eri lo ve sin inmutarse ante la bestial fuerza que su contrincante denota. Entonces entraron a la arena personas armadas portando armas de combate, también llegaron Soni junto a Seres, también más personas que emanan auras espirituales.

Su arma está en el suelo, volteó a Edgy sabiendo que sin su flauta su hechizo no funciona—. Jamás tendran otra oportunidad. —expresó teniendo a Eri cara a cara, mientras ella se  mantiene inmutable.

La soltó para de inmediato salir disparado como una bala hacia el agujero que él y Rages causaron, la rubia descendió limpiándose la sangre que Réquiem le escupió en la cara.

—Lamento venir así después de meses sin vernos Edy. —expresó la rubia corriendo hacia el pelinegro—. Kevina, así que se fue contigo. —afirmó Eri.

—Te equivocas. —contestó Edgy aún cargándola en sus brazos—. A ella la atacó un ser “negro de mirada rosa” o algo así. —agregó con preocupación.

La rubia lo pensó fijándose en el cabello rojizo de Kevina—. ¿Habrá sido ella? —cuestionó mientras sus alas oscuras desaparecen—. Menos mal que le dejé atrás. —agregó suspirando de alivio.

El pelinegro levantó la vista preocupado—. Si, estoy un poco al tanto —respondió mientras Rugal también se reincorpora mareado—. Espero que te encuentres bien amigo. —comentó mientras el piel marrón sacudió su cabeza para reorientarse.

—Con mis circuitos logré estimular mis funciones cerebrales. —expresó Rugal acomodando su casco, entonces volteó al instrumento que Réquiem dejo atrás—. Si dejó eso en el suelo entonces no creó que esa sea su arma. —afirmó en camino a recoger el instrumento.

Todos los que le conocen se les acercaron, la albina, el hombre de la bandana, e incluso el mago pelinaranja se  acercó a ellos.

Con Kevina en brazos el pelinegro se acercó a Asrieru mientras mantiene la cabeza baja, como señal de deshonra por no haberla protegido.

—Hermana. —expresó Julián corriendo hacia ella—. Si tan solo tendría más confianza hubiera peleado también. —se lamentó tomándola en sus brazos..

—No tengo ninguna excusa amigo. —expresó Edgy viendo el rostro adormitado de la pelirroja, en eso se acerca el profesor—. De verdad, Unión.

El pelimarrón tocó con su mano el cuello de Kevina con seriedad—. Su pulso está bien, pero mantenganla en observación por si las dudas. —afirmó volteando a Kevina.

La albina se paro a un lado de Asrieru—. Si te hubieras unido a la batalla te hubieras lastimado más, hiciste lo correcto al enviarla sola. —expresó Nanami con intención de animarlo.

Pero para Julián es como si le dirían que solo retrasa a su hermana, algo que le hace decaer, pero no lo dice en voz alta, y tampoco planea demostrarlo, como hombre se levantó para llevar a Kevina a un lugar seguro.

Asrieru la ve dormida—. «Lograste ganar tiempo con ese ataque, lamento que mi petición egoísta te haya puesto en peligro, al final solo te lastime más». —pensó para si mismo.

La albina no lo sabe y solo ve a Julián alejarse, entonces volteó pare ver a Eri a la par de Edgy, tal escena le afecta para mal, por alguna razón se asusta e incluso retrocedió un paso.

Ambos voltearon hacia ella, y ninguno de los dos reaccionan para mal.

—¡Oigan los de allá! —exclamó Seres incluso agitando su mano—. Tienen que ver ésto. —expresó viendo a Eri y compañía.

El pelinaranja trato retroceder lentamente—. No se que te has creído. —expresa Eri con enojó, entonces siente que le toman del cuello de su camisa por detrás—. Pero lo que le hiciste a Laura le costó caro a ella. —expresó siendo la rubia quien lo sostiene, evitando que huya.

—Je je je, hola madrecita jaja. —expresó Redox nervioso tratando de sonar animado, al ver la molestia de Eri este se rinde tomando una actitud más pesimista—. Se que lo que le hice a Laura no es de burla, también quiero disculparme. —expresó con una mirada de arrepentimiento, haciendo que la chica se enternezca—. También se que tenemos asuntos pendientes pero-.

La rubia le soltó haciendo que el pelinaranja caiga al suelo—. Ya tendremos tiempo para hablar. —expresó dejándole atrás para caminar hacia el resto—. Cuando esto se resuelva.

El pelinaranja vio a Eri, y sigue siendo igual, el se siente igual de inferior como cuando se conocieron hace años.

La rubia se acercó a dónde Unión y Edgy están reunidos junto al resto, Nanami está en el suelo sosteniendo a la tuerta en el suelo.

—Bien, ¿qué sucede aquí? —cuestionó Edgy viendo al Rages sin el agujero en la cabeza pero inconsciente—. ¿No la habían matado?

—Accidentalmente si pero se regeneró al poco tiempo. —expresó Seres mirando a Unión—. Está viva pero inconsciente.

—Inclusó está despertando. —afirmó el pelinegro seriamente—. ¡Prepárense!

Todos los presentes levantaron sus armas apuntando a un mismo objetivo, Eri desenvaina sus machetes, Redox activa su magia de luz, Seres apunta el cañón de su rifle, y Unión activa su mirada sería.

—En lo personal cuando Seres sin querer le atinó a la cabeza pensé que había fallecido. —respondió el profesor haciendo un puño con sus manos—. Por eso nadie le había puesto atención.

—La bala traspaso su cabeza. —expresó la albina dejándola en el suelo—. Pero aún así se recuperó.

Eri no lo dudo al recordar la advertencia de Réquiem—. Debemos cortarla en trozos antes que-. —advierte desenfundando una de sus armas.

Unión levanta la mano en señal de que se detenga—. Alto, destruyó su cabeza, su cerebro, por lo tanto. —insinuó el pelimarrón con interés.

—¿Mmmmmm? ¿qué está? —preguntó Rages despertando, entonces parece asustada—. ¿Dónde estoy? ¿Quienes son ustedes? —preguntó arrastrándose hacia atrás de los presentes—. No esperen. —agregó viendo sus manos—. ¿Quién soy yo? —se preguntó a si misma con miedo.

—¿Perdió la memoria? —se preguntó la rubia desistiendo de su ataque—. Oye señorita. —expresó la rubia acercándose.

—¿Quién eres tú? —cuestiona Rages alterada—. ¡No te me acerques o..!

Es interrumpida cuando la rubia le toca el cuello con su mano—. Soy Eri, tranquila. —expresó tranquilizandola—. Todo va a estar bien. —esbozó mientras la tuerta vuelve a dormir.

—No me sorprende de la chica que acogió a diez niños a la vez. —expresó Seres como un cumplido, la rubia se mantiene callada—. En todo caso, lo que haremos con ella es crucial.

—Si, pero lastimosamente no estamos en mi territorio. —respondió Unión volteando al pelinegro—. Dime, ¿matarla o encerrarla con el resto? —cuestionó mientras los presentes escuchan.

Nanami ve también al chico preocupada mientras aún sostiene a la demonio. El pelinegro suspiro profundamente, tratando de tomar la decisión que considere correcta.

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