Puesto de tacos

11 2 1
                                    

El taquero tiene su uniforme intacto mientras su delantal está manchado por la grasa con la que cocina la carne en compañía de su ayudante. Seres vigila junto a unas personas con trajes que portan el escudo de la GDG.

Las tres porciones están listas, el ayudante es quien hace la entrega—. Su orden señor. —dijo entregándole su plato con tres tacos a Unión—. El suyo chicos. —expresó entregando sus platos a Casandra; quien está en medio del profesor y el íncubo Kontorerasu.

—Adelante chicos, prueben la salsa. —expresó Unión sirviéndose una salsa verde—. El chile está picoso pero bueno. —expresó con entusiasmo sirviéndose una salsa de tono naranja—. Vamos, yo invito.

Pero los dos demonios lo ven con seriedad—. Come Kon. —dijó mejor Casandra—. Hace mucho que no encontramos un lugar así. —agregó mientras ve sus tacos.

—Haz pasado por mucho según me han dicho. —esbozó Unión haciendo que voltear a Casandra al sujeto; mientras esté come sus tacos—. Podrías controlar a un país enteró si te lo propusieras.

Casandra come sus tacos sin ningún condimento—. Esa bestia que desmembró a los criminales esos, es obra tuya. —expresó golpeando ligeramente su cola al cuello de Unión.

—Asi que Edgy no te ha contado nada, aunque bueno apenas ocurrió está mañana. —respondió haciendo señas al taquero—. Otra ronda. —dijó sacando unas monedas—. ¿Qué pasó amiga? ¿así tratas a quién te ayudo en el pasado?

El enojo se apoderó del rostro de la sucubo—. Tiene orejas y cola igual a Bunny. —afirmó bajando la mirada a Unión.

—Si fuera cosa mía habría dejado los cuerpos, habría cortado cabezas. —dijó mientras ve que salsa va a escogerte—. Y hubiera pegado carteles de advertencia o amenaza. —expresó Unión ahora untado salsa roja—. No hago matanzas sin sacarle el jugo máximo. —dijó sacando jugo a un limón con sus manos.

La pelirroja se congeló—. ¿Casandra? —pregungó el íncubo preocupado.

—Tampoco es cosa de Edgy, necesito que sigas controlando a la bestia de hoy. —expresó recibiendo su nueva orden de tacos—. Pero no es el enemigo, es algo peor que lo que viste hoy.

—¿Y de que nos serviría tener una bomba de tiempo? —contestó Casandra mientras Kontorerasu ve a Jetix sentado a la par suya todavía noqueado—. Su temperamento nos pone en peligro.

Soni estaba a punto de llevar su último bocado a la boca pero se detuvo—. Porque sospecho que alguien. —contestó el profesor mirando al techo del puesto—. Está empeñado en matarnos. —finalizó para por fin dejar su plato vacío.

Ante tales palabras Casandra se pone sería—. Y si no sospechas de mi dudo que se traten de los demonios. —afirmó la pelirroja levantándose de su asiento.

—Llego a mi mente tu jefe, luego recordé que está muerto. —expresó sacando una foto para mostrársela a la sucubo—. Reyna tomo el comprobante.

La foto que muestra el cadáver de Damián solo fue ojeada por Casandra—. Ja ja ja ja, ¿creés que algo así lo mataría? —cuestionó burlona, entonces empezó a estirar; mientras Unión enfurece—. Bueno, no será un problema, al menos por ahora. —comentó despreocupada; en tanto el profesor guarda la foto.

—No me contaste de esto. —expresó Kontorerasu también levantándose de su asiento—. ¿Por eso querías huir?

Entonces Casandra nota el lío en que se metió— ¿Qué? yo no quería huir. —responde nerviosa haciendo gestos con las manos.

—Recuperar el tiempo perdido ¿verdad? —cuestionó resentido el íncubo para luego darle la espalda—. Está claro que sigues escapando de tus problemas. —expresó para entonces extender sus alas—. Iré a verificar cómo está todo por allá.

Mundos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora