Mundos Cruzados

La Correcta

Los sujetos apenas tocan el suelo, desabrochan sus cuerdas para agacharse; mientras apuntan con cautela al ojos verdosos, quien aún se muestra tambaleante.

—Confirmamos la caída del individuo. —comentó uno de los tipos—. Puede acercarse ahora.

Entonces uno de ellos camina con orgullo hacia Jetix, levantando un ak-47 con su brazo derecho. Al verlo por unos instantes, decide patearlo con sus botas militares para verlo boca arriba.

—Nos la jugaron, este no es Unión. —afirmó el tipo haciendo una seña—. Amordacenlo, destruyan todo.

Apenas da sus órdenes, este tipo saca un cigarro de su bolsillo para encenderlo, al tirar la mecha, luego, parece buscar algo más en sus bolsillos, pero siente como el cañón de un arma está tocando su cuello. Al voltear con apuró, ve que alguien le apunta con pistola en mano, sin ruido, como si hubiera aparecido de la nada.

—Lo lamento, los animales salvajes no son difíciles de controlar. —afirmó Soni mientras todos los presentes parecen asustados—. Bien, admito que si hubiera actuado por mi cuenta hubiera caído, me imagino que fueron meses de trabajo, dime ¿buscabas algo? —afirmó Unión levantando una radio con su otra mano—. Escuchen, hagamos las cosas fáciles y denme a mi hijo.

—No escucharemos órdenes de un demonio destructor. —afirmó el tipo a quien el pelimarrón apunta—. Aún tenemos a tu hijo.

Soni le da unos toques en la cabeza—. Si lo se, es la razón por la cual tu corazón y tu rostro continúan en su lugar. —afirmó amenazante; mientras la albina aparece detrás suya—. Pero si me ayudan, les prometo que no habrá represalias, incluso le daré trabajo a quien lo pida. —agregó volteando a ver a todos que permanecen inmóviles—. Ayuda a la zorra, Nanami

Empiezan a sonar ruidos de estatica—. [Reporta tu situación Jose] —hablo la radio en manos de Soni.

El tipo está nervioso, suda frío ante el tipo que le apunta, no solo porque amenace con dispararle; sabe que, de tomar la decisión incorrecta, todos los presentes y el incluído, morirán de una forma que ni el se imagina.

El pelimarrón le acercó la radio al tipo que amenaza—. K-Kundatu. —respondió el tipo de inmediato.

—[Cómo digas]. —contestarón, para seguidamente cortar la comunicación.

•

Nanami continúa curando a Jetix con su toque sanador, este recupera sus fuerzas mientras se reincorpora lentamente. Soni ve la estructura donde los dos chicos están aún metidos.

—Ni intenten encenderlo. —advirtió Soni señalando a unas ventanas polarizadas—. Baja la mano de la palanca.

Del otro lado del vidrio, hay un sujeto que hace lo que Soni le ordena, asustado ya que no debería poder verlo.

—¡Sueltame! —exclamó Jetix mientras camina hacia Soni—. Estoy bien, puedo con esto. —dijó enojado; mientras Nanami solo le ve enojada—. A menos que tu hijo tuviera cuarentena años y problemas renales, este lugar es una-.

—Trampa. —interrumpió Soni mientras le coloca el reloj de pulsera que Seres le había entregado anteriormente—. Pero tranquilo, con esto estaremos más comunicados. —dijó para darle la espalda.

El ojos verdosos siente como el aparato parece adherirse a su piel—. Esto parece una sanguijuela. —comentó tratándo de quitárselo—. Quítame está cosa. —ordena enojado.

—Esta bien, pero te regresare al portal sin ningún tipo de ayuda. —responde Soni amenazante; entonces parece activar un audífono en su oído—. Q-dex, activa los códigos, y conectame con Frisk.