Reunión del mando

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En las calles las personas caminan hacia un mismo punto, para leer el muro en el cuál están publicada las noticias con el escudo de la GDG, otras simplemente pasan de largo o platicando entre ellos.

—¿Escuchaste lo que pasó allá dentro? —cuestionó una persona que se encuentra fuera del coliseo—. Se dice que hubo una explosión.

—Yo pensé que se trataba de un incendio. —comentó otra persona de los alrededores—. Aún hay humo saliendo del techo.

No muy lejos de allí hay un pequeño niño quien ve a un perro malherido, el cual se lame una de sus patas delanteras, parece que la piel del animal se rasgo.

—¿Estas bien? —cuestionó el infante revisando la pata del animal—. Oh, te ayudaré. —expreso rasgando un trozo de su camisa—. Bien.

Después de vendar la herida de la bestia de gran tamaño, este le sonrió para entonces correr a otro lugar. El animal vió al niño alejarse con sorpresa, parece que este acontecimiento no es algo a lo que este acostumbrado.

Horas más tarde al atardecer el profesor Soni y Edgy están reunidos en la cima de la torre del edificio central, junto a ellos están la rubia, la albina, la peligrisácea y el mago pelinaranja.

Todos están acomodados en lugares diferentes—. ¿En qué problema nos hemos metido? —cuestionó Edgy viendo el frío atardecer—. Primero los zombis, Damián y ahora... —agregó sentándose en un escritorio que parece ser suyo.

—Ellos nos buscaron, nosostros apenas nos enteramos de lo que está pasando. —interfirió el mago mientras algo parece gotear de su espalda—. Debemos ir a la ofensiva lo más pronto posible.

—Sin un plan y sin información nuestro fin llegará más pronto que tarde. —expresó la rubia en tanto se acercó al pelinaranja—. Deja de lanzarte a lo tonto.

El pelinegro levantó la mirada a Union quien parece agotado—. Profesor ¿usted que sugiere? —cuestionó mientras el pelimarrón permanece sentado en un sillón individual.

Soni abre los ojos—. Pienso, igual que el cuervo dorado. —Eri reacciona levemente a ese nombre—. Debemos mantenernos al margen. —agregó levantándose de su asiento—. Encontrar al zorro es lo principal, al menos por ahora. —dijó dando pasos al azar.

Entonces al cuarto entro Asrieru con una actitud furiosa—. La dejaron a la par de esa maniática. —expresó molestó empujando las puertas con rudeza—. La matará si permito que esto continúe. —expresó parándose al centro de la sala.

El pelinegro entrecierra los ojos—. Tranquilo, está vigilado por Rugal y además-. —se dispone Edgy a explicar.

Enojado Asrieru golpeó el escritorio con sus manos para ver al chico de frente—. No importa si la defiende quien todo lo puede, es mi hermana, entiende que no puedo exponerla todo el tiempo. —afirmó el tipo de la bandana roja.

—Pft, por favor en el refugio la arrastraste contigo a todos lados. —afirmó el pelinaranja parándose detrás de Asrieru—. Apuesto a que también la terminaste arrastrando a este mundo.

El de la bandana no respondió, solo tomo un lápiz desimuladamente—. Te equivocas, ella me siguió a mí para protegerme, por eso también quiero hacer lo mismo. —al girar al pelinaranja, del lápiz que tiene en su mano parecen brotar raíces de roble.

Todos ven sorprendidos tal hazaña de Asrieru—. No ví que usarás esa magia en el pasado. —afirmó Edgy preocupado.

—Interesante. —expresó Union ajustando sus lentes—. Creí que la alquimia era un arte que estaba perdida. —comentó mientras da un par de pasos rodeando a Julián—. Al menos aquí.

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