Reencuentro

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En el estacionamiento del hospital, están el pelinegro y la rubia caminando totalmente a solas.

—No creo que sea necesario tus armas Eri. —dijó Edy viendo los dos machetes en la espalda de la chica—. Solo exageras, después de todo...

—Estamos casi en el centro de la cuidad. —continuó Eridna las palabras del chico—. Sabes que ni en mis refugios me siento a salvo.

Edy sonríe—. Tienes razón. —contestó tomando de la mano a Eri—. Eso me gusta de ti.

—No es para tanto. —comentó la rubia avergonzada—. Te extrañe, Edy.

Cerca de allí en un rincón sin luz, hay cuatro personas vestidas de oscuridad desde los pies hasta la cabeza. Una de ellas parece irritarse solo con ver a la pareja acaramelados.

—Saura está lista. —dijó la irritada a las demás en tanto volteó a verlas—. El resto sabe que hacer. —entonces ve al resto acariciando a un gato negro.

—Es un lindo gato. —comentó una de ellas—. Lindo de verdad.

—Como sea, concentradas por favor. —habló nuevamente la irritada tomando al gato para hacerlo a un lado—. Laura, apaga las luces, si algo falla escapa y espera instrucciones. —agregó sacando un cuchillo de su cinturón—. El resto que inicie el plan.

Edy le tomo de ambas manos a la rubia—. Eridna, no me odies. —dijó el chico acercando sus labios a los de la chica.

—Jamas lo haría. —dijó también acercándose—. No quiero perderte.

El momento es interrumpido al haber un apagón masivo en el estacionamiento, dejando completamente a oscuras.

—¿Qué sucede ahora? —preguntó el pelinegro preocupado—. ¿Una emboscada?

—Tranquilo Edy, te protegere. —responde la rubia sosteniendo sus manos; en tanto dos de los atacantes desarman a Eri quitándoles sus machetes—. A mi lado no te pasará nada.

Mientras intentan ver su entorno, el sonido de unas cadenas resuena alrededor—. Eri tengo miedo. —expresó el chico con miedo mientras cae al suelo acobardado.

La rubia intenta tomar sus machetes nota la ausencia de estos—. Estoy desarmada, aún así yo-. —pero deja de hablar al sentir que le ponen algo duro en la cintura.

Unas luces encendieron, es la de un carro a lejos que enciende su motor, también las luces del estacionamiento vuelven a encender. Con el panorama iluminado, Eridna nota que le colocaron una correa de metal en la cintura, el cual está sujeto a una cadena conectada al parachoques del auto.

—Rayos. —se quejó Eri mientras el auto arranca, jalando a la rubia al suelo para arrastrarla un par de metros—. ¡Edy!

—¡Eridna! —exclamó el pelinegro asustado—. ¡No me dejes!

—Maldito cobarde. —esbozó una voz femenina irritada—. Esperaba alguna mejoría pero pareces peor que antes. —continuó mientras el carro se detuvo—. Cómo sea. —finalizo quitándose la máscara.

El rostro era diferente, pero reconoce el cabello rizado—. Raura, así que vienes a terminar el trabajo. —dedujó Edgy mirando el cuchillo que lleva ella en la mano.

—Ahora es personal “heroe”. —afirmó Raura confiada viendo a Eri intentando levantarse—. Me vale lo que te pase a ti y a la humanidad. —agregó burlona volteando a Edy—. Ya perdí toda esperanza contigo.

Pero a pesar de mostrarse asustado hace poco, Edy muestra ahora una sonrisa cínica—. Cómo tú digas “ojos de pescado” —esa sonrisa y ese apodo causaron confusión en la pelorizado.

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⏰ Última actualización: Aug 31 ⏰

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