Complicado

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Luego de seis horas de viaje, pasando por diferentes ecosistemas, seis intentos de asalto y medio arco de relleno que no valía la pena contar, finalmente han llegado a la entrada de la primera parada.

La furgoneta blindada se detuvo frente a cartel verde en frente de la carretera—. La Demacracia, luego está Camojá dónde probablemente está mi hijo. —afirmó el pelimarrón con seriedad, aunque después suelta una carcajada.

Edgy se preocupa—. ¿Está bien profesor? —preguntó.

—Si mi hijo no estuviera en peligro no se imaginan lo que les haría. —comentó Soni haciendo que los demás se asusten, a excepción de Jetix quien simplemente lo ignora—. Si, se escuchó terrible pero saben bien que me refiero a los secuestradores. —aclaró apagando el vehículo para salir del mismo—. Vamos Edgy, los demás esperen por aquí si algo sale mal.

—Ahora vuelvo. —dijó Edgy a la albina antes de salir—. Todo saldrá bien.

Nanami le sonrió entregándole la lanza —. Yo sé que si amigo. —contestó para volver a preocuparse.

Al descender ambos se miran el uno al otro, emprendieron camino a un callejón con camino de tierra, la entrada tiene casos a los lados hasta que después solo los rodea una extensa vegetación.

—Escuche que buscas a tus hermanos. —hablo Soni.

—¿Mmm? ¿A qué te refieres? —cuestionó Edgy—. ¿Tienes algo en mente?

El profesor suspira—. Si no tuviera a mi personal ocupado me gustaría ayudarte. —dijó preocupado.

El pelinegro parece enojado—. Descuide, quisiera mantener mis asuntos personales separados. —afirmó entrecerrando sus ojos.

Aunque Soni parece querer tener una actitud animada, ver al pelinegro le desanima—. De casualidad, ¿hice algo que te enojara? —pregungó el profesor con desánimo, aún así mantiene un rostro tranquilo.

El chico con la lanza lo volteó a ver de reojo—. Cuando termine esto de los Deadblood, quisiera hablar con usted a solas. —expresó mientras se fija en el camino que tiene de frente.

—¿En serio es así la cosa? —preguntó el profesor deteniéndose—. ¿Por qué no hablar ahora?

También Edgy se detiene, pero sin voltear a verle—. No le debo nada profesor, prácticamente levantamos la muralla juntos y le dejé construir su cárcel. —afirmó mientras le da la espalda—. Pero dependiendo de lo que me responda, puede que usted y yo. —dijó mientras le tiembla su mano.

Aunque la tranquilidad había dejado el rostro de Soni, no parece molestó—. No tengo la intención de hacerte daño. —interrumpió tomandole del hombro por un segundo—. A menos que no me dejes opción. —afirmó caminando hasta pasarle de largo.

En el pasado, el pelinegro conoció a una jovencita que solía esbozar tres palabras por cada oración, que tenía el cuerpo desnutrido y el cabello descuidado, la chica nunca se quejó pero el hecho de aguantar heridas tan graves solo indica que pasó por un calvario inimaginable en el pasado.

Sea cual sea la respuesta, para Edgy es claro que el profesor no solo tiene que ver, sino que es el responsable directo de haber causado ese estado en la salvaje, el solo hecho de saberlo lo molesta, por lo cuál a llevado esa lanza en su espalda siempre que puede para recordar ese suceso.

En una cabaña abandonada con apenas tres cuartos, está Seres la peligrisácea, revisando un mapa digital que se muestra a través de una tablet.

Un soldado se acercó a Seres—. Sus hijas y algunos de nuestros hombres estan en diferentes puntos rodeando el área. —informó llevando un rifle de asalto en sus manos.

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