Misión Cumplida

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En los cielos cubierto por nubes balnquecinos flotando en el cielo, hace aparición Nanami, quien apoya su cuerpo contra la superficie de las nubes.

—Bien, es importante trazar un plan antes de entrar a cualquier edificio. —expresó la albina para si misma en un tono serio—. Esto es algo que Eri me enseñó, lo primero es detectar un área de acceso. —afirmó notando las entradas que la fábrica posee—. El área de carga y descarga, una buena form-.

Su monólogo es interrumpido al ver como un microbus es expulsado por una avalancha de nieve blanca. Presenciar tal acto la petrifica por vários segundos, hasta recuperar la concentración.

—B-Bueno, lo mejor será otra entrada. —dijó girando la vista hacia el techo—. Tal vez por la puerta de la azotea, o por esa estructura que parece una chimenea, esa es la correc-. —es interrumpida nuevamente al ver una luz celeste siendo expulsada como si de una explosión se tratará. —...taaaaaaa.

Mientras la máquina continúa funcionando; tanto Edgy como Jetix se mantienen inclinados intentando levantarse, aunque sin éxito alguno. La presión de la máquina aunque se eleva lento, su magnitud sigue empeorando con cada segundo que pasa.

—«No puedo, soportarlo más». —pensó Edgy mientras intenta levantarse—. «Si tan solo Eri... Eri» —dijó en su mente mientras ve como la rubia es cubierta por una luz celeste que se origina desde el suelo, haciendo que su presencia se apague hasta desaparecer por completo—. ¡Eriii! —exclamó, antes de ceder y caer al suelo.

Jetix presenció cómo el pelinegro cayó antes que él, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, volteó a ver a su espalda, donde está la lanza de oro que ha llevado siempre consigo, entonces su mirada se tornó sería.

La albina termina entrando a través de una de las ventanas quebrandola, apenas está dentro, empieza a correr por los pasillos con la intención de buscar a su amigo. Su búsqueda es interrumpida al sentir una vibración, proveniente del bolsillo donde se encuentra el teléfono que Seres le dió.

Nanami contesta sin siquiera revisar el nombre del número—. moshi mosh- ¿hola? —preguntó nerviosa, ya que lleva tiempo sin contestar llamadas.

—[¿Hola?, su voz no suele ser tan femenina señorita Seres]. —comentó la voz de un chico, que parece estar corriendo—. [Dime quién eres, aunque me tarde siglos lo averiguare].

—Este, eso será difícil de explicar. —dijó la albina; mientras V-Tan aparece por los pasillos a la par de ella. Al ver a un tipo con un tercio del cuerpo congelado, con un teléfono en la mano, da por hecho que se trata de quien le llamo—. O talvez no lo sea tanto.

V-Tan cortó la llamada—. Si llevas el teléfono de Seres, solo puede significar que eres su amiga, o una enemiga fuerte. —comentó el chico aliviado.

—Siglos en averiguarlo. —comentó una bola de nieve que brota del pecho del hombre medio congelado—. Hola Nanami, te vi en la choza.

La primera expresión de la albina es espantarse por como una bola de nieve hablá—. Es inofensiva, al menos por ahora, si, soy el chico que había sido secuestrado, pero ahora estoy bien. —explicó V-Tan rápidamente; en tanto la bola de nieve hace una expresión feliz.

—Entiendo, y lo lamento pero tengo que buscar al chico que acompaña a una tal Frisk. —explicó Nanami también sonando abrumada—. ¿De casualidad saben algo de mi amigó?

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