782 79 2
                                    

━━━━━━━━ ⇜ ━━━━━━━━

"¿Qué debo decirle a tu madre?".

-¡Hey!.

Miró a su lado y se dió cuenta de que habían llegado a los estacionamientos.

-¡Bill!. -la miró mal al oír su nombre. -Perdón, Kate...

-¿Qué quieres?.

-¿Cómo que qué quiero?. -lo miró mal, ahora ella. -¿Dónde está tu auto?.

Taylor preguntó mirando alrededor de de algunos autos.

-¿Para qué quieres saber donde está mi auto?.

Bill preguntó extrañado con su voz natural, ya no era necesario fingir, no con Taylor.

-¿Para qué me lleves?...

Ella volvió a decir en tono obvio.

-¿Dónde tengo que: "Llevarte"?.

Bill enfatizó la ultima palabra.

-Pues a mi casa.

Volvió a decir con ese tono que hacía enfadar al pelinegro.

-Me confiscaron la moto.

Taylor mintió o como ella solía decir, omitió información, y en este caso no le dijo que su moto estaba totalmente destruida.

-Estoy castigada encerrada, y tú me llevarás a mi casa, y hablarás con mi madre, asi de simple.

Ella se encogió de hombros.

-No lo haré. -la miró directo. -No soy chofer, no soy niñero, ni relacionador público.

Su tono serio no logró asustarla, no a ella.

-¿Estás seguro que no lo harás?.

Taylor se acercó un poco a él, y este por inercia escusa del miedo y nerviosismo que se apoderada de él, retrocedió un paso.

No lo haré. -volvió a repetir. -No debo porque hacerlo, no es mi culpa que tú seas una...

Y lo interrumpió.

-Bien. -sonrió. -Si no haces lo que te digo, me veré obligada a ir hablar con el director que justamente, hoy está en su oficina. -se giró con dirección al campus. -Le agradará escuchar la historia de un muy buen infiltrado.

Rió con maldad y comenzó a caminar.

El miedo se apoderó de él.

La creía muy capaz de hablar y si esto sucedía, su plan se iría a la mierda.

-¡Taylor!. -corrió tras ella. -¡Espera por favor!. -¡Taylor!.

La tomó del brazo y se detuvo mientras lo miraba con una expresión burlesca.

-¿Harás lo que te digo?. -le sonrió.

-Yo, está bien haré lo que digas...

Él suspiró resignado.

━━━━━━━━ ⇜ ━━━━━━━━

No sabía por qué estaba castigada, aunque se
podía imaginar cualquier cosa, conociendola.

No sabía dónde estaba su casa y no sabía que debía hablar con su mamá.

Pero debía hacer todo aquello, porque o si no la hermosa criatura que ahora tenía en el asiento de copiloto, diría toda la verdad frente a las autoridades y todo lo que había logrado se caería en mil pedazos.

𝗽𝗮𝗶𝗻 𝗼𝗳 𝗹𝗼𝘃𝗲 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora