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"Definitivamente Taylor era Bipolar".

Minutos más tarde, ambos estaban sentados sobre el parabrisas del auto, cada uno comiendo una hamburguesa y compartiendola junto a las papitas de un servicio de comida rápida, era lo único que le alcanzaba para comer.

-¡No te comas todas las papitas!. -le reclamó ella, tomando un poco de su bebida. -¡Te atrapé!.

-Era una papita, no seas infantil... -murmuró tragando.

-Tramposo. -lo miró.

-Complicada. -le siguió el juego.

-Idiota.

-Tonta.

-Travesti. -le dijo y Bill la miró ofendido.

-Gruñona.

-Maldi...

Taylor paró en seco al ver atrás de Bill, a Leah con sus amigas y el chico.

Tragó en seco, y miró a Bill quien bebía un poco de su bebida, lo creyó un iluso, un tonto, y un maldito, pero a pesar de eso, Bill no se merecía lo que hacía Leah.

Volvió a mirar al grupo que se dirigía al servicio de comida rápida y no supo que hacer.

Observó a Leah con los ojos llenos de furia, y al parecer esta se dió cuenta de una mirada posaba sobre ella porque giró su cabeza encontrandose con la pelinegra.

-Bill... -murmuró. -Besame.

Ella le dijo, en un impedimento de que Leah se diera cuenta de que estaba con su novio, y bueno que Bill tampoco se diera cuenta de Leah, él no debía saber el secreto de su novia aún.

-¿Qué?.

Él preguntó desconcertado, estaban jugando al tonto juego de insultarse y de pronto le pedía que le besara.

-Besame. -le pidió nuevamente. -¡Bill!.

Entonces Bill, moviendose sobre el auto, se acercó a ella, cerró sus ojos y la besó.

Le siguió el beso, lo cierto era que sus labios eran suaves, le gustaba que la besara, claro que sí.

Estuvo tentada a perderse en aquel movimiento rómantico y sensual que Bill le brindaba pero recordó el motivo porque le había pedido aquello.

Abrió los ojos, mientras seguía besandolo, y se dió cuenta que el grupo de Leah y sus amigos ya no estaba.

Sintió una mano acariciarle la cintura, y gimió sobre los labios del chico.

-¡Bill!. -lo apartó bruscamente, mientras se baja del parabrisas. -¡No te sobrepases!.

Y exclamó ante los ojos de Bill que lo miraban desconcertado.

-¿Qué?. -dijo algo ido. -Pero si tú, me dijiste qué...

Taylor interrumpió.

-Yo nada, así que ahora bajate y conduce hasta el
internado.

Definitivamente Taylor era bipolar.

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A veces las personas, no suelen llamar mentiras a estas mismas.

Para ellos son distorsiones de la verdad, omitir información o simplemente guardar en el silencio aquella gran realidad que puede resolver un problema del tamaño de un buque.

𝗽𝗮𝗶𝗻 𝗼𝗳 𝗹𝗼𝘃𝗲 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora