𝗽𝗮𝗶𝗻 𝗼𝗳 𝗹𝗼𝘃𝗲 ©

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"No haría nada, no podía".

Flashback:

Tom corría por la mitad de la cancha de futbol con el balón, esquivó a unos cuantos tratando de llegar a la portería.

Bill como siempre corría adelante de él, para que le diera un pase y anotar.

-¡Aquí!. -exclamó Bill. -¡Tom tirala!. -gritó fuerte.

Tom de diez años lo miró y se preparó para tirarle el balón, pero algo sucedió, un mal paso y el balón salió volando y el pequeño Tom cayó al piso.

-¡Me torcí el tobillo!.

Y gritó Tom, agarrandose la zona afectada.

-¡Bill anota!.

Le dijo al ver como el balón caía en sus pies.

-¡No!. -exclamó el pelinegro. -No te muevas Tom, voy para allá.

Bill comenzó a correr al igual que su entrenador y sus amigos, comenzaron a verle el tobillo, que para ese entonces estaba bastante hinchado.

-¡Debiste anotar!. -Estabas solo.

-No Tom.

Bill se hincó a su lado.

-Te lastimaste el tobillo y yo no juego futbol sin mi hermano. -le sonrió. -Ahora ven.

Bill lo tomó del brazo y ayudó a levantarlo.

-No te preocupes ya pasará.

-Gracias.

Y le sonrió Tom a pesar del dolor.

-De nada, Tom eres mi amigo, mi hermano, siempre voy a ayudarte, es nuestra promesa.

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-Claro que voy a buscarte. -respondió Bill. -Siempre voy a ayudarte.

Bill murmuró esta vez nostálgico.

-Gracias... -le dijo Tom. -Estamos más allá de: Long Beach. -¿Recuerdas la playa donde fuimos una vez de paseo con nuestros compañeros?.

Bill le asintió.

-¿Recuerdas el letrero del que siempre nos burlabamos?.

Bill volvió a murmurar un sí.

-Bien, dobla a tu derecha, hay un sendero que lleva a una playa que casi no se ve, por ahí.

-Está bien, ya voy... -murmuró. -Adiós.

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Suspiró mirando el telefono, cerró los ojos un momento, y volvió a abrirlos al ver la hora.

¿Realmente eran las dos de la tarde?.

Sí definitivamente era muy tarde, pero le había costado tanto quedarse dormirdo, había llegado a su casa alrededor de las seis de la mañana al parecer y ahí se había quedado pensando nuevamente en su prima.

Aún seguía cuestionandose el haber tenido sexo con ella.

¡Era su prima!.

Y era ahora es cuando se daba cuenta de las consecuencias, porque en ese momento, en aquel momento, no pensó con la cabeza de arriba necesariamente.