𝗽𝗮𝗶𝗻 𝗼𝗳 𝗹𝗼𝘃𝗲 ©

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"No lo tomes en cuenta, has como si no existiese".

-¿Te sucede algo?.

Le preguntó Luke al verlo con las manos en la cara, maldiciendo.

-No...

Bill murmuró y levantó la cabeza.

-Solo ha sido una punzada en la cabeza, nada grave.

-Si tú lo dices... -Luke se encogió de hombros. -Ahora pon en marcha el auto, que ya casi veo a Tom.

Suspiró y apretó el acelerador, a medida que avanzaba algunos metros pareció sentir como el volante del auto se le resbalaba entre sus manos y como su cabeza le daba mil vueltas.

¿Sería el efecto de la fiesta?.

Tom, Jade y Taylor notaron el auto acercandose, Tom sonrió al ver como su hermano no le había fallado, agarró su mochila y lo mismo hicieron su novia y su amiga.

Luke fué el primero en bajarse del auto y después Bill sintiendose por primera vez un inutil con los pies.

-¡Hey!. -saludó Luke a Tom. -¿Qué le ha sucedido a tu auto?.

Y preguntó inmediatamente al ver el auto varado en medio de la nada.

-El motor ha muerto.

Tom aprovechó de abrazarlo en modo amistoso.

-Después mandaré una grua.

-Que pena.

La mirada de Luke vagó por las dos chicas que tenía a su lado.

-¿Y estas señoritas quienes son?.

-Oh... -murmuró Tom. -Ella es Jade, mi novia.

Luke la saludó con un amistodo beso en la mejilla.

-Y ella es la preciosa Taylor.

Luke hizo lo mismo, mientras la pelinegra le brindaba una sonrisa cálida.

Un silencio muy incómodo para Bill se hizo presente, y gracias a esto supo que debía saludar, debía ser cortés y amable, aunque sea.

-Hola.

Bill saludó en tono amable a Tom, este lo miró y le estrechó la mano en un frío apretón que en otra circunstancia podía haber sido un efusivo abrazo acompañado de alguno que otro golpe.

Bill miró a Jade y tambien hizo una sonrisa amable.

-Hola.

Jade lo miró y asintió fríamente con la cabeza.

Se dirigió a Taylor y la miró, ella mantenía la mirada en el suelo.

-Hola.

Y logró susurrar.

Recordó sus palabras:

"No lo tomes en cuenta, has como si no existiese".

Pero no le resultó mucho al oír su voz dirigiendose a ella.

La tentación era más grande y en cuestiones de amor, había aprendido que el corazón era el organo más porfiado de todos.

Levantó su cabeza con cierta inseguridad, y se topó con aquellos ojos, que había evitado recordar durante los ultimos meses.

No pudo entender que lograba demostrar su mirada, había un poco de inseguridad, algo de amabilidad y cierta culpa.