Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 1]

Slytherin vs Gryffindor-12

—¿Qué? No. —Puse los ojos en blanco. —No te enteras de nada Draco. —Me levanté del asiento y me fui sin dejarle hacerme ninguna pregunta.

Recordé que mi escoba la tenía Wood y fui hacia donde él para recuperarla.

—¿Ya la has visto suficiente? —Mi tono ya era más calmado, seguía nerviosa por estar cerca de él, pero me estaba controlando.

—Creo que no... —Acercó mucho su cara a un punto del mango he hizo como que miraba algo. —Ahora si, toma. —Me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.

—Gracias. —Le dije. Iba a irme cuando me empezó a hablar.

—Te desearía suerte en el partido de hoy, pero somos rivales. —Sonreí tontamente por sus palabras.

—Aún no estamos jugando, no somos rivales, puedes desearme suerte si quieres. —Me traté de apoyar de alguna forma "guay" en la escoba, pero casi me caigo. Él se rio un poco.

—Buena suerte. —Me dijo.

—Igualmente. —Me despedí de él y me fui dando botes de alegría.

Me estaba dando una tranquila vuelta por el castillo para rebajar los nervios por el partido de quidditch. Cuando sentí como dos persona me cogían cada una por un brazo y me llevaban para un lado contrario.

Eran los gemelos Weasley para mi sorpresa.

—No tan rápido hermanita perdida. —Me dijo uno de ellos. Aún era incapaz de diferenciarles.

—¿No creerás que estamos ciegos verdad? —Dijo el otro.

Me llevaron a otro pasillo más vacío.

—Tal vez Wood no se dé cuenta, pero nosotros si. —Se fijó que trataba de averiguar quién de los dos era y me dijo: —Soy George.

—A vale, gracias. ¿De qué hablas George? —Los dos se echaron a reír.

—Vale, te ha mentido, yo soy George. —Me dijo el otro. Puse los ojos en blanco. —Y te hablamos de que es evidente que te gusta nuestro capitán de quidditch.

¿Cuántos más iban a darse cuenta?

—No es que me guste, solo me pongo nerviosa cuando está cerca. —Los dos hermanos se miraron.

—Sabemos sobre eso. —Dijo Fred. —Te gusta.

—No. —Dije yo.

—Si. —Dijeron ellos.

—No.

—Si.

—¡No!

—¡Si!

Nos tiramos así un rato yo negando y ellos negando mi negación.

—¡Él no! —Les solté. Luego se miraron y se sonrieron.