Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 1]

Es Quirrell-25

Empezamos la partida. Dejamos a Ron tomar el mando en la partida, era el que mejor se le daba el ajedrez de los cuatro.

Llegamos a un punto crítico en la partida. Harry podía hacerle jaque mate al rey, pero para eso debíamos apartar a la reina de su camino.

Ron miró a Harry triste y Harry le miró preocupado, entonces me di cuenta de la jugada que Ron tenía en mente.

—¿Qué pasa? —Preguntó Hermione que no pareció entender la razón de nuestras miradas de preocupación y tristeza.

—Piensa sacrificarse. —Le respondí mirando seria a Ron.

—¿Qué? ¡No! —Dijo Hermione. —Debe haber otra manera.

—¿Quieres impedir que Snape se haga con la piedra? —Le dijo. —Pues esta es la manera. —Luego se giró y nos miró a Harry y a mí. —Harry, Jane, vosotros sois los que debéis seguir adelante. Lo sé. Ni Hermione, ni yo. Vosotros. —Luego suspiró fuerte y dio la orden. —Caballo a H3.

Su figura avanzó hasta la posición que él había dicho. Estaba haciendo jaque. Entonces la reina del equipo rival se movió hasta el mismo lugar para destruir la ficha. Clavó su gran espada en mitad del caballo en el que iba Ron. Las piezas del caballo cayeron al suelo junto con Ron, que se dio un fuerte golpe.

—¡Ron! —Exclamó Harry.

Hermione hizo el intento de moverse, pero se lo impedí.

—¡No te muevas! ¡Recuerda que seguimos jugando! —Le recordé.

Harry avanzó hasta la casilla que provocaría jaque mate y que nos otorgaría la victoria.

—Jaque mate. —Le dijo a la figura del rey. Esta dejó caer la gran espada que llevaba entre sus manos demostrando su derrota.

Una vez que Harry se aseguró de que la partida estaba acabada, los tres corrimos para asegurarnos de que Ron estuviese bien. Él aún seguía en el suelo, inconsciente.

—Cuida de Ron. —Le pidió Harry a Hermione. —Después ve a la lechucería. Envía un mensaje a Dumbledore. Ron tiene razón. Jane y yo debemos continuar. —Hermione asintió.

—Lo conseguiréis, Harry. Sois unos grandes magos. —Hermione nos dedicó una leve sonrisa.

—No tanto como tú. —Dijo Harry bromeando.

—Seguro. Libros e inteligencia. —Dijo con una sonrisa triste. —Pero hay cosas más importantes. Amistad y valor. Tened mucho cuidado. —Nos pidió. Ambos asentimos.

Yo fui la primera en irme, luego me siguió Harry.

Avanzamos por un pasillo lleno de escaleras hasta que a ambos nos empezó a doler mucho la cicatriz. Llegamos a una gran habitación iluminada desde un solo punto. En la habitación estaba aquel espejo que me mostró a mis padres y frente a él estaba el profesor Quirrell.

—¿Qué hace él aquí? —Le susurré a Harry. Él se encogió de hombros. Entonces me armé de valor para hablarle a él directamente. —¿Tú? Pero no... Era Snape quién...

—Si, es sospechoso, ¿verdad? —Dijo con una voz firme y sin tartamudear. —¿Quién iba a sospechar del po-po-pobre ta-tartamudo, profesor Quirrell? —Nos dijo con tono burlón.

—Pero aquel día, en nuestro primer partido de quidditch, Snape intentó matarnos.—Le recordó Harry, como si tratase de convencer al profesor Quirrell que en realidad Snape era el villano de la historia.

—No, estúpido niño. Yo intenté mataros. Y, si la capa de Snape no hubiera ardido interrumpiendo mi contacto visual, lo habría conseguido. Aún con Snape murmurando aquel pequeño contra-hechizo. —Ambos le miramos sorprendidos.