Ya tenemos por dónde empezar-20

626 22 1
                                    

Aquella noche soñé con que mis padres salían de ese espejo y teníamos una vida normal y feliz.

Mi vida era perfecta, unos padres amorosos, mi relación con Harry era insuperable, vivíamos en una hermosa casa cerca de los Weasley y de Hermione y Draco venía a visitarme siempre. Todo aquel mundo perfecto se tornó oscuro cuando unas sombras negras irrumpían en nuestra casa destruyéndolo todo y matando a mis padres, era el doble de doloroso volver a perderlos, pero esa vez no los perdía solo a ellos, también mataron a Harry, a Ron y a Hermione, Draco no tuvo el mismo destino, a él se lo llevaban con ellos y yo me quedaba sola, en una asa destruida con toda la gente a la que amaba muerta y con Draco secuestrado.

Entonces desperté. Estaba completamente sudada, ¿había llorado? No sabía que se podía cuando alguien dormía.

Aún trastocada por aquella pesadilla me metí en la ducha para quitarme todo ese sudor.

Bajé a mi sala común con miedo, como si mi sueño hubiese sido real. Pero al ver a Draco hablando con sus amigos que no era real aquella pesadilla y corrí para abrazarlo, él no se lo esperaba.

—¿Pasa algo? —Me preguntó extrañado.

—No. —Le dije aliviada. Cuando me quedé tranquila me alejé de él y me disculpé por mi abrazo sorpresa. —Perdona.

—Está bien. —Dijo extrañado y siguió hablando con Crabbe y Goyle.

Iba por los pasillos aliviada y cuando vi a Hermione no pude evitar el impulso de saludarla. Ella se extrañó por tanto entusiasmo de mi parte al verla.

—Es solo que ayer no pude verte, y me alegro de verte. —Me excusé.

—Está bien, yo también me alegro de verte, pero ahora estoy ocupada, tengo que estudiar. Adiós. —No me dejó ni despedirme antes de que se esfumase de allí.

Me quedé allí quieta sin saber muy bien a donde ir, hasta que mi estómago rugió y recordé que me estaba perdiendo el desayuno.

Llegué al Gran Comedor para ver si aún seguían sirviendo el desayuno, para mi suerte, si.

Iba a sentarme en mi sitio habitual aunque todos mis compañeros de Slytherin ya hubiesen desayunado hasta que oí como alguien me llamaba. Era Oliver, como siempre.

—Ven, siéntate aquí con nosotros. —No estaba solo, estaba con Fred y George, pero no sabía si eso era bueno o malo, conociéndolos dirían algún comentario que me avergonzaría, pero acabé por aceptar su oferta.

Me senté al lado de Oliver, y Fred y George que estaban enfrente ya me lanzaron la primera mirada burlona a la que respondí fulminándoles con la mía.

—¿Aún no has desayunado? —Me preguntó Oliver. Yo negué con la cabeza.

—¿Y vosotros?

—Si. —Respondió Fred.

—Estábamos hablando sobre nuevas tácticas de quidditch para los próximos partidos. —Me explicó George.

—Supongo que ya conocerás a los gemelos Weasley, ¿no? —Me preguntó Oliver.

—No te haces una idea. —Le dije mientras volvía a fulminar con la mirada a Fred y George para que no hiciesen ningún comentario de los suyos.

—Si, es como una más de los nuestros. —Dijeron ambos a la vez. Yo puse los ojos en blanco.

Los chicos siguieron hablando sobre quidditch mientras yo masticaba unas tostadas con mermelada de calabaza, la de Hogwarts era la mejor que había probado.

—Te has manchado la cara, Jane. —Me dijo George. Empecé a tocarme la cara buscando la parte manchada.

—Espera —me dijo Oliver y cogió una servilleta que tenía cerca, pensaba que me la iba a ofrecer para limpiarme yo, pero en vez de eso acercó la servilleta a mi cara y me limpió él la cara —. Ya está. —Estábamos tan cerca que me daba hasta miedo respirar. Fred y George estaban al borde de un ataque de risa.

Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora