14

327 32 0
                                    

14

Peter Ballard tomó asiento en el sofá individual que se encontraba en la sala de estar, entrelazó sus manos y, posteriormente, se encorvó hacia adelante para bajar la cabeza.

–No todos los niños que se encuentran en en el laboratorio son arrebatados de familias ordinarias.

–¿Qué quieres decir con familias ordinarias?–la confusión se apoderó de su semblante.

–Una familia común y corriente que nunca ha estado relacionada a procedimientos científicos. Rachel, los primeros infantes que fueron parte del proyecto eran hijos de las personas que habían sido sometidas al proyecto MKUltra, ya que estos habían nacido con alteraciones debido a los procedimientos que sus padres enfrentaron durante dicho proyecto.

–Como once...–ella completó la información al recordar los papeles de la niña que le había retirado la venda de los ojos.

Peter levantó la cabeza para posicionar la mirada en la castaña y, después de esto, sonreírle debido a la capacidad que tenía para memorizar algunos detalles.

–No sé que le pasa a Brenner, está descontrolado. De un tiempo para acá desarrolló una obsesión por hacer su proyecto más grande.–bufó llevándose las manos al rostro para tocarse la cara del estrés.

– ¿Para qué quieren un ejercito de niños superdotados*?–exhaló aire mientras dejaba caer la cabeza en el respaldo del sofá.

–Serán utilizados como una herramienta para derrotar a los soviéticos.–retiró las manos de su rostro para volverlas a colocar en sus muslos.

–¿Soviéticos? ¿No están del otro lado del mundo?–arrugó la nariz a la vez que colocaba la vista en el techo de su casa.

–Es lo que el gobierno quiere hacerle creer a Hawkins.–se pasó la mano derecha entre el cabello para acomodárselo–Se nos han hecho llegar reportes junto algunas evidencias de la presencia de un par de soviéticos trabajando desde nuestro pueblo.

–¿Qué tan malo es que estos estén entre nosotros? ¿No pueden simplemente trabajar con nosotros?–parpadeó un par de veces sin despegar la mirada de su acompañante.

–Rachel, dulce Rachel. Dime, ¿No conoces la historia de nuestro país?–cuestionó incrédulamente con un tono burlesco en su apreciada voz.

–No porque no soy americana.–adaptó una mejor posición para dejar de ver hacia el techo.

Si de por sí Peter Ballard ya era de tez blanca, en cuanto escuchó la confesión de la castaña, palideció.

–Estas bromeando ¿Verdad? en los documentos que se nos otorgaron decía que eras americana.–cruzó los brazos en espera de recibir más información al respecto.

–Tengo dos nacionalidades a causa de que mi padre es británico y mi madre americana. La razón por la que mi acta de nacimiento decía que soy americana es porque me lo concedieron por la ley. Por otro lado, también poseo mi documentación donde dice que soy nacida en la Gran Bretaña.–se encogió de hombros con una enorme sonrisa en el rostro.

Peter se encontraba en una especie de shock*, pues creía conocerla lo suficientemente bien, pero había fallado en su proceso de investigación. Desafortunadamente, a pesar de que nunca se equivocaba, esa vez había sido la excepción.

–No me jodas.–murmuró lo suficientemente audible para ella.

–Peter Ballard no es tan inteligente como suponía.–cruzó sus piernas moviendo la izquierda para colocarla arriba de la derecha.–Esperaba que lo sospecharas por mi apellido.

Entonces, Peter recordó que el apellido Jonson no era originario de los Estados Unidos de América y, tras esto, se sintió estúpido.

–Está bien, sí. Tienes razón en cuanto al apellido, pero ¿No habías crecido en el pueblo? Drake nos dijo que eras una pueblerina que trabajaba en la ciudad.–se aferró a la idea que le habían hecho creer sobre ella.

–Sí, pero no. En temporada escolar vivíamos en Hawkins porque es más tranquilo que Londres, menos; presión, tráfico y estudiantes. Mi mamá tenía la fiel creencia que si cursaba la escuela en un pueblo donde carecían los estudiantes, mi aprendizaje sería mejor porque el maestro se concentraría mejor en sus alumnos. Obviamente, todo cambió al ingresar a la universidad, pues tuve que irme a la ciudad.

–Si dices que en temporada escolar vivías aquí significa que cuando el ciclo finalizaba ¿te ibas del país?–empezó a comprender la situación.

–Sí, nos regresábamos a Inglaterra con mi familia paterna. De esa forma seguiría tratando a todos mis familiares. Ya sabes, problemas de padres con diferente nacionalidad.–rodó los ojos mientras se reía en bajito.

–Me sorprende lo capaz que son las personas para mantener cierta información ocultada.

– Me lo dice quien mantuvo sus poderes en secreto.–hizo un movimiento con sus manos al momento de mencionar a los poderes en un intento de representarlos con un ademán.

Tras el diálogo anterior, el pulso de Peter se incrementó haciendo que su corazón bombease la sangre con mayor intensidad. Ballard sacudió la cabeza de un lado a otro para retirar los extraños pensamientos que se habían hecho presente en su cabeza.

–En vista que desconoces sobre la historia del país, necesitas saber que desde la Guerra Fría, los soviéticos se convirtieron en un gran enemigo de los Estados Unidos de América. Por esa razón, no podemos trabajar junto a ellos porque evidentemente,tras lo que ambos bandos enfrentaron, estos no tendrán buenas intenciones hacia nosotros.

Los ojos de Peter vagaron por la habitación en busca de algún reloj que le hiciese recuperar la noción del tiempo. Cuando sus ojos presenciaron la hora exacta, se levantó exaltado del sofá.

–Me excedí del tiempo permitido.–explicó caminando hacia la puerta principal.

Rachel se levantó para seguir los pasos del rubio.

–¿Te establecieron tiempo?–preguntó preocupada.

La castaña no tenía ni idea de que el rubio era controlado con tanta exactitud que hasta le medían el tiempo de sus salidas. Esta había supuesto que con el rastreador bastaba, pero al parecer no era suficiente.

–Sí. Rachel, soy como un animal en una jaula que solo lo liberan con algún propósito especial. No se me permite salir si no se me concede, Brenner es quien tiene el poder absoluto sobre mi vida.–mencionó una vez que abrió la puerta.

–¿No hay manera en la que pueda ayudarte?–trató de ofrecerle de su ayuda para impedir que eso siguiese sucediendo.

Peter, ya que se encontraba de espaldas, se dio la media vuelta para ver el rostro preocupado de la castaña.

–No por ahora, solo preséntate el lunes al trabajo. Mañana no acudas, llevaré la receta por ti.–le guiñó el ojo derecho.

–Está bien.–suspiró.

Peter la miró por unos segundos de manera consecutiva en lo que se armaba de valor para romper la distancia interpuesta entre ellos y, tras esto, depositar un cálido beso en la frente de Rachel.

Ballard se había despedido mediante un inesperado beso.

☽☽ ☽☽ ☽☽
¡hola!, gracias por hacerme caso y haber dejado su voto 🙏🏼 es de la manera en la que me inspiro para escribirles otro capítulo.

*Superdotado: persona que tiene cualidades intelectuales superiores a los demás.

*Shock: afección crítica provocada por la baja repentina del flujo sanguíneo en todo el cuerpo.

⚠️NOTA:⚠️
Quiero hacer una aclaración respecto al fanfic: este esta situado en los 80s, justo como las temporadas que conocemos respecto al presente de Hawkins. Peter nunca fue derrotado por Once, estos aún no tienen una cercanía como en la serie.

Canción recomendada del día: 28 (feat. NiiHWA) de Agust D.

Us | Peter BallardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora