09

276 20 5
                                    

09

Rachel, con el café siendo sujetado firmemente en su mano derecha, atravesó la entrada principal en busca de su compañero. Aquella mañana se había vestido diferente al resto de los días, pues había seleccionado la ropa más formal que encontró en su armario. Por ende, no pudo evitar robarse las miradas de los pocos trabajadores que yacían presente en la recepción. Entonces, mientras todos los ojos admiraban a Rachel, los de ella divagaban en busca de Peter Ballard.

–¿Se te perdió algo?–una voz a sus espaldas hizo que se diese la media vuelta con la intención de averiguar la identidad de la persona.

–¿Dónde está Peter?–cuestionó antes de darle un sorbo a su café.

–Me temo decirte que hoy no será tu compañero...–tomó una pausa para analizar a la castaña de arriba hacia abajo–porque tiene que encargarse de algo mucho mejor.–le arqueó la ceja derecha.

La estaba provocando, de cierta manera, ella quería iniciar una rivalidad entre ambas. Rachel, en cuanto escuchó la entonación de la empleada, frunció el ceño. Entonces, se armó de valor para afrontarla.

–¿Tienes algún problema conmigo?–colocó el café en la repisa del escritorio, ya que no quería derramarlo en el suelo.

–¿De que hablas?–se hizo la confundida.

–Sabes de lo que hablo. Las pocas veces que hemos coincidido no han sido nada agradables.

–Perdona, no sabía que te tenía que tratar con delicadeza.–se burló.

–No se trata de delicadeza, sino amabilidad.–se cruzó de brazos.

–No importa. No entiendo el por qué permitieron que alguien como tú ingresase al laboratorio. Rachel, tienes que regresarte con los de tu especie.–soltó una pequeña risa que fue lo suficientemente audible para ambas.

–Y yo no entiendo como alguien tan prepotente es trabajadora del laboratorio de Hawkins.

La rubia jadeó de la impresión, en vista que no tenía contemplado el hecho de que la novata le fuese a responder.

–¡Brianna!–una voz se hizo notar desde el fondo logrando que varias personas girasen hacia esta dirección.

La voz provenía de Peter quien no despegaba la mirada de la rubia que estaba discutiendo con la compañera de este.

–¿Sí?–pestañeó exageradamente ante el llamado del rubio.

De esa manera, Rachel descubrió el nombre del personal más desagradable que había conocido hasta el momento.

–Te necesitan en mi puesto.–le indicó con un movimiento de cabeza.

–¿Yo? No estoy capacitada para...–sacudió la cabeza de un lado a otro mientras evitaba zafarse de la situación, sin embargo, no pudo terminar su oración, ya que fue interrumpida.

–Órdenes de Brenner.–se encogió de hombros antes de sonreírle maliciosamente.

Brianna se tuvo que retirar del lugar mientras rechinaba los dientes del coraje, puesto que su plan de separar a Peter de Rachel, no había culminado como ella lo esperaba.

Us | Peter BallardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora