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''¿Por qué hay un pedazo de tela proveniente de una posible bata de hospital en el laboratorio de nuestro pueblo?''

Gracias a esa oración que había sido publicada en la primera plana del periódico del día, Rachel había ocasionado que el pueblo enloqueciese al aumentar las sospechas sobre las desapariciones de los pequeños. A pesar de tener una prueba más contundente, la periodista no mencionó la fotografía que había descubierto días atrás de Brenner junto a los niños.

–¿Esa sonrisa se debe al caos que provocaste entre los pueblerinos?–Peter le sonrió al verla recargada sobre el escritorio donde la había encontrado el día anterior.

–Me hace feliz el saber que estoy haciendo las cosas bien.–asintió con la cabeza.

–Quien lo diría, Rachel Jones respondiendo finalmente a una de mis preguntas sin utilizar otra pregunta.

–¿Cómo sabes mi apellido? no recuerdo habértelo mencionado.–preguntó con el semblante lleno de confusión.

–Lo vi en tu curriculum.–se rio.–Vamos, hoy te llevaré a una zona que no has visitado anteriormente.

Rachel asintió con la cabeza antes de caminar detrás del rubio. La dirección que habían tomado era una ruta que sin duda no conocía. Por un momento, ella pudo jurar que se encontraban esquivando las cámaras de seguridad, puesto que se encontraban escabulléndose usando las paredes como protección para esconderse detrás de estas.

–Aguarda un segundo.–Peter le susurró.

–Lo que estamos haciendo no está permitido ¿cierto?–murmuró.

Peter le sonrió mostrándole la dentadura.

–Te preocupa romper las reglas ¿cierto?–abrió la puerta de lo que parecía ser un armario.

–Sí.–movió la cabeza de arriba hacia abajo para darle un asentimiento.

–Una periodista debería vivir la vida al límite, lo cual significa que en ocasiones estará bien el no hacer lo que otros te ordenan. Vamos.–le índico con un movimiento de manos para que ingresasen al pequeño cuarto que recién había abierto.

Al entrar, Peter se encargó de encender la bombilla que colgaba en el centro de la habitación para alumbrar el contenido que estaba dentro de este.

–¿Qué es este lugar?–Cuestionó estirando de su brazo hacia las batas blancas que yacían colgadas.

–Tuvimos que hacer una parada antes de nuestro destino, aquí guardan los uniformes del personal. Por ese motivo, el espacio es angosto.

–Si no estuviesen las batas blancas colgadas, juraría que es un armario de limpieza. Apenas y cabemos aquí.–al intentar bajar de su brazo,le dio un codazo a Peter.

Peter se quejó del pequeño golpe que recibió mientras Rachel colocó las manos sobre su boca al percatarse de lo que había hecho.

–Lo siento, yo no quería.–se disculpó.

–Está bien, no fue nada. Rachel, a donde vamos no puedes colarte sin lucir como un científico o un doctor.–le explicó buscando la talla adecuada para la castaña entre los uniformes colgados.

–¿Doctor? ¡¿Qué haría un doctor aquí?!–susurró alteradamente.

–Lo descubrirás cuando lleguemos. Toma, ponte esto.–le puso la bata sobre sus hombros para que Rachel solo estirase los brazos para que estos se deslizaran a través de las mangas.

–¿Esto le pertenece a alguien?–buscó alguna identificación en esta, pero no la encontró.

–No, les dan estos uniformes a todo aquél doctor que entra a trabajar para nosotros, ya sea temporal o permanentemente. Así que diremos que solo viniste para apoyar al doctor de planta ¿Entendido?

–Peter, me da miedo.–musitó.

–No dejes que lo detecten, tienes que mostrarles seguridad o ¿no quieres entregar el mejor informe posible?

–Sí, pero no sé si esté lista. Nunca antes había desobedecido en algún empleo.

–Técnicamente soy yo quien te está orillando. Además, no sé cuándo se nos volverá a presentar la oportunidad. Tiene que ser hoy porque Brenner se fue a la ciudad.

–¿Qué pasa sí me reconocen como la periodista? ¿Qué haré?–se llevó las manos al cabello de la preocupación.

–No lo harán por el simple hecho de que la periodista en ningún momento tiene autorizado recorrer la zona a donde iremos. Por ende, el personal que verás ahí imposiblemente lo volverás a ver en tu zona asignada.

Rachel entre abrió los labios para darle una respuesta, sin embargo, las voces de terceros se hicieron presentes en el pasillo. Peter se llevó el dedo índice para colocarlo entre sus labios para señalarle que debían guardar silencio.

–No sé qué fue lo pasó, nada más había pestañeado y ya estaba repleto del químico.–mencionaron en el fondo.

–Pero, no es tóxico ¿Verdad?–el acompañante le siguió la conversación.

–No, solo que no puedo seguir laborando en estas condiciones.

–En cuanto te de el uniforme limpio llévale ese al intendente del lugar.

Al escuchar esto último, Rachel abrió los ojos de la impresión al notar que las voces se dirigían al mismo lugar que ellos se encontraban.

–Peter, ¿Qué haremos?–lo sostuvo de la camisa al escuchar el acercamiento de los pasos.

–Perdóname por lo que haré.–posicionó su mano derecha sobre la cintura de la castaña.

–¿Perdonarte? de que...–no logró terminar la oración, ya que Peter unió sus labios con los de ella.

En ese instante, la puerta del pequeño armario fue abierta.

Se estaban besando, Peter Ballard se estaba besando con la periodista Rachel Jones mientras que un guardia junto con un científico presenciaban la escena.

–Disculpen.–el guardia carraspeó la garganta para que la pareja se separase.

–Lo lamento.–Peter se disculpó al separase de Rachel.

–Sentimos interrumpirlos, venía a cambiar mi bata porque tuve un accidente con esta. –señaló a la gran mancha verde que decoraba a su uniforme.

–Nosotros ya nos íbamos ¿Cierto?–giró su rostro para echarle un vistazo a Rachel la cual asintió con la cabeza en cuanto las palabras del rubio finalizaron.

–¿Es una doctora nueva?–El guardia cuestionó con la cara de desconcierto.

–Es una temporal, se le mandó a traer para que ayude con un informe.

–¡Oh!, con razon su rostro no se me hacía conocido.–sonrió haciéndose a un lado para que ambos saliesen.

–Antes de irnos les quiero pedir un favor. Espero que nada de esto salga de aquí–señaló a los cuarto presentes incluyéndose a ellos mismos–fue una coincidencia que la doctora, a la que se le pidió apoyo, se trata de quien es mi novia desde hace meses.

–Por supuesto, ya sabemos como es Brenner respecto a las relaciones después de la situación que viviste con Brianna.

–Gracias.–les agradeció colocando su mano sobre la espalda de Rachel para dirigirla en dirección al elevador.

Us | Peter BallardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora