Us | Peter Ballard

08

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–¿Vas a seguir ignorándome?–Peter se dio la media vuelta para encarar a la castaña.

Rachel levantó la vista para ver en la dirección donde había provenido la voz.

–No te estoy ignorando.–murmuró deslizando uno de sus dedos sobre la mesa empolvada.

–En el recorrido de ayer solo asentías y anotabas en tu libreta.–se cruzó de brazos mirándola fijamente en busca de una respuesta.

–¿Y? ¿Qué tiene de malo? Ese es mi trabajo.–retiró la mirada para destinarla en uno de los refrigeradores que se encontraban llenos de líquidos de diferentes colores.

–¿Dije algo malo el día del funeral?–dio unas zancadas para aproximarse hacia ella.

–No, no lo creo.–negó con la cabeza sin dirigirle la mirada.

Rachel no podía despegar la vista de los líquidos llamativos mientras que Peter guardaba silencio al encontrarse en una lucha interna para escoger las palabras correctas que debía de utilizar con ella. A pesar de esto, este terminó cambiando de tema al percatarse que la castaña se encontraba anonadada por el contenido de los refrigeradores.

–Esos líquidos son de pruebas, no te recomiendo tocarlos.–Advirtió aun cuando Rachel no se encontraba apunto de palpar alguno de estos.

–No tenía pensado hacerlo.

Sin embargo, Rachel intentó dirigirse hacia adelante para romper la distancia que la separaba de la sustancias.

–Rachel, por favor.–Peter la detuvo envolviendo su muñeca derecha.

–¿Por qué no puedo tocarlos? ¿Son tóxicos o algo así?–giró el rostro para admirar sus ojos azulados.

–Sí.–asintió con la cabeza a la vez que su semblante se mantuvo serio.

–¿Sí?–se llevó ambas manos a la boca debido al asombro logrando que el agarre que el rubio tenía en ella, se rompiese.

Peter estalló en carcajadas causando esfumar la seriedad que los había envuelto.

–En realidad no lo sé, pero lo que sí estoy seguro es que científicos muy importantes han maniobrado con esos elementos.–indicó con su dedo índice.

–Esto es tan aburrido.–se quejó dándose la media vuelta para alejarse de las neveras.

–Tú querías recorrer cada rincón del lugar.–Peter se encogió de hombros.

–porque esperaba ver algo interesante.–bufó dejándose caer en una de las sillas que se encontraba cerca de las mesas.

El lugar donde permanecían se trataba del cuarto donde se solía almacenar las sustancias que eran manipuladas por los científicos de Indiana. En este, además de contener enfriadores, mantenían un par de mesas con sus respectivas sillas. Lo peor de todo era que no había ninguna decoración, ni mucho menos ventanas.

–¿Fue porque interrumpí tu grabación?–Peter mencionó haciendo que Rachel saliese de sus pensamientos.

–¿De qué hablas?–se rascó la parte trasera de su cabeza.

El rubio solía confundirla con sus cambios drásticos de conversación.

–La razón por la que no me dirigiste la palabra ayer.–metió las manos a sus bolsillos delanteros.

–Peter.–se colocó de pie–Si no te hablé fue porque no tenía ganas de hacerlo, no hay un motivo detrás de eso.–sonrió con una ceja arqueada.