Al día siguiente, en ese pueblo.
—Cat, despierta, hay que ir al aeropuerto —me avisa una voz familiar.
No he dormido casi nada. He estado toda la noche pensando en mi nueva vida, nada será igual. Será una nueva etapa.
También, he estado pensando en Max. ¿Realmente estoy enamorada de él? Nunca había dudado de eso pero, desde ayer, cuando me dijo que me visitará y que siempre estaremos juntos...
No sé, me entró un sentimiento de... no puedo explicarlo con palabras. Simplemente, sentí que no quería seguir con él, que no quería volver a verlo...
¿Pero qué estoy diciendo? Max y yo llevamos mucho tiempo juntos, y me sigue gustando, ¿verdad? Uf, vaya lío, todavía es muy temprano para pensar. ¿Qué hora es?
Estiro la mano para alcanzar mi móvil y veo la hora: 6:00am. Pero eso no es lo único que veo en la pantalla de mi móvil. Hablando del Rey de Roma...
Cat, ¿sabes que te quiero? Ten un buen viaje, mi vida.
Max, Max y Max. ¿Qué le digo yo ahora? Joder. Empiezo a teclear rápido lo primero que se me ocurre. Reviso lo que he escrito y solo queda pulsar "enviar". Listo, enviado.
Yo también. Te aviso al llegar.
Me voy a preparar ya que sino no llego al vuelo. Pero antes...
Sofía, Paula, me voy ya. Os quiero, guapas.
Llevo toda mi vida con ellas. Me acuerdo cuando tenía tres años y acababa de entrar a la escuela. No tenía ninguna amiga. Sofía me habló y me invitó a jugar con ella y con Paula.
Desde ese momento, hemos sido amigas. Obviamente hemos tenido nuestras peleas o discusiones, pero siempre nos perdonábamos porque nos queremos demasiado.
De repente, escucho que alguien toca la puerta.
Toc, toc.—Catalina, ¿estás preparada, no? Baja ya —dice Ángel, mi padre, desde el otro lado de la puerta.
Mierda. No estoy ni vestida. Suerte que ayer hice las maletas.
—Sí, papá. Dos minutos y bajo.
Escucho pasos alejándose. Me voy a vestir. ¿Qué me pongo? Espero no perder el vuelo.
Rebusco en la maleta algo decente para ponerme. Esto mismo. He elegido un top de rayas con un poco de escote, unos tejanos negros y las Adidas Forum.
Rápidamente me peino y me lavo los dientes.
Bajo las escaleras pitando y le digo a mi padre que ya estoy.
Entro al coche. En la radio suena Don't blame me de Taylor Swift.
Mi padre no ha abierto la boca en todo el camino en coche, yo tampoco. Sé que a él no le gustan las despedidas.
En veinte minutos hemos llegado al aeropuerto. Salgo del coche y abro el maletero. Agarro las maletas.
—Déjame a mí —ordena Ángel.
—Vale —respondo mientras le entrego la maleta que tengo en mi mano.
Con la ayuda de mi padre sacamos el equipaje y nos dirigimos a dentro del aeropuerto. Nos sentamos en unas sillas a esperar a que sea la hora. Queda media hora para embarcar.
—Seguro que te acostumbras rápido a tu nuevo hogar.
—No lo creo.
—Hazme caso, Catalina. Eres una chica muy extrovertida y decidida, te acostumbras rápido a los cambios.
Aunque no estoy de acuerdo con mi padre no le voy a replicar. No quiero que nuestra última conversación acabe con una discusión.
—Ya, si tú lo dices... —respondo no muy convencida.
—Barcelona es una muy buena ciudad para vivir, aunque en el centro vive mucha gente.
—Sí, sí. Voy a echar de menos Sevilla.
—Y yo a ti —responde mi padre con voz triste.
No me gusta verle así.
—Te voy a echar mucho de menos, papá. Pero no te preocupes, te voy a visitar.
—Claro que sí —me dedica una sonrisa.
Es la hora. Los pasajeros deben entrar al avión.
—Adiós, cariño. No te metas en problemas eh, que te conozco.
—Tranquilo, estaré bien. Adiós papá.
Me alejo mientras subo las escaleras mecánicas. Con lágrimas cayendo de mis ojos me giro y le tiro un beso a mi padre. Él hace como que lo agarra y se lo guarda en el bolsillo.
Me toca entrar al avión. Me dejo caer en mi asiento.
El vuelo dura 1 hora y 40 minutos, por suerte, no es muy largo. Está despegando y, mientras el avión se marcha todos los recuerdos del pasado vienen a mi mente. Cierro los ojos y me duermo.
Lo que no sabía en ese momento era todo lo que iba a pasar en Barcelona. Para bien, o para mal...
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Enséñame a quererte
RomanceCat es una chica de 16 años. Sus padres están separados y, tiene que ir a vivir a Barcelona con su madre. Es muy duro para ella dejar atrás toda su vida. Cuando conoce a Bruno Tucci, un chico mujeriego, despreocupado y, sobre todo, atractivo, se en...