17. May Festival

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Un sábado, por la mañana, en casa de los Tucci.

Me levanto de la cama para ir al aseo, pero antes, miro embobada a Bruno.

Salgo de la habitación dispuesta a encontrar el baño. Vale, esto va a ser complicado. Hay muchas puertas totalmente iguales por toda la casa. Escucho unos pasos cerca de mí.

—¡Hola, Cat! —me da un gran abrazo.

—Hola, Tina —le saludo amable—. Perdona, ¿me podrías decir dónde está el baño? Esta casa parece un laberinto.

—¡Claro! En esta planta está el lavabo de Bruno, aunque no te lo recomiendo, huele a hombres —me susurra y soltamos una risa conjunta—. En el piso de abajo, al lado del salón hay un pasillo, sigue recto y ahí estará el aseo para invitados.

—Vale, gracias —le agradezco con una gran sonrisa.

Hago lo que me ha indicado mi suegra y, encuentro el lavabo.

Justo al lado, hay una habitación infantil. La curiosidad me vence y entro al cuarto. Las paredes están pintadas de color rosa chicle. La decoración y los muebles tienen tonos rosas y morados. Hay una pequeña cama en una esquina de la habitación. Encima de la cama hay un montón de muñecos. También, hay juguetes en las estanterías.

Esta será la habitación de Chloe, la hermana de Bruno. Solo puedo pensar en el dolor que se debe sentir al enterarse de que tú hermana está enferma. Me rompe el corazón.

Escucho voces procedentes de la cocina. Voy hacia allí. Resulta que Bruno ya se ha despertado.

Tina está preparándose un sándwich mientras charla con su hijo.

—Cat es realmente encantadora —me sonrojo al oír esas palabras. Ellos no saben que los estoy oyendo.

—Lo sé —exclama mi novio seguro de sí mismo.

—Solo espero que la trates como se merece —le lanza una mirada advirtiéndole.

—Mamá, lo que yo siento por ella es amor de verdad, nada parecido con mis antiguas relaciones.

—Eso es verdad, te veo enamorado —sonríe al pronunciar estas palabras—. ¡Mi hijo está enamorado!

—¡Mamá, cállate! —le ordena avergonzado.

Tina termina de comer su sándwich y friega los platos. En ese momento, decido entrar a la cocina.

—Hola —saludo tímida.

—Hola, siéntate —señala una silla.

—Cat, ¿qué te apetece desayunar?

—La verdad es que no tengo mucha hambre —exclamo honesta.

—Oh, está bien. Si cambias de opinión, puedes agarrar lo que quieras de la cocina —me informa—. Yo me voy al hospital, ¿vale?

—Está bien —contesta Bruno.

—¡Ah! Se me olvidaba, ¿vais a ir al May Festival, no?

Le miro confusa. ¿Qué es eso?

—¿Qué es el May Festival? —pregunto sin entender nada.

—¿No te han dicho lo que es? —responde Tina sorprendida.

—No es nada del otro mundo —opina él.

Enséñame a quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora