Un día cualquiera de mayo, por la mañana, en el instituto.
Estoy a punto de vomitar. Me encuentro fatal. No sé porqué he venido al instituto. La cabeza me retumba, me da vueltas, estoy mareada. Es lo que tiene la resaca.
No me acuerdo de absolutamente nada de lo que pasó ayer. Espero no haber hecho ninguna tontería...
La última materia que tenemos es matemáticas. Armando entra por la puerta con una sonrisa torcida.
Se sienta en el escritorio. Abre su mochila y saca una carpeta. Busca y encuentra. Los exámenes.
—Alumnos y alumnas, hoy os voy a repartir los exámenes que hicisteis hace unos días —nos anuncia—. ¿Qué os puedo decir? Ah sí, han ido pésimo. Ya veréis la nota puesta en el papel.
Empieza a repartir las pruebas. Le entrega el examen a Mía, se tapa la cara con las manos. Puedo deducir que no le ha ido muy bien.
Bruno mira su examen. Me busca con la mirada y levanta dos dedos. Ha sacado un 2. Parece feliz a pesar de su suspenso.
Es mi turno. Armando se acerca con una sonrisa maliciosa. Pone mi prueba en mi mesa.
—Tal vez la próxima vez... —deja caer.
Observo detenidamente mi examen. Un 3. Otro suspenso. Siendo sincera no tenía mucha esperanza en este examen.
—Me parece una vergüenza que de todos vosotros solo haya aprobado una persona.
¿Quién ha aprobado?
—Quiero felicitar a la alumna Dafne por su 8 en el examen.
¡¿Dafne?! Eso sí que no me lo esperaba. Dafne enrojece por la mirada y los cuchicheos de todos.
—¿Un 8? Seguro que le ha hecho una mamada a Armando —murmura una voz que no logro identificar.
El timbre. Todos los alumnos salimos rápidamente del salón.
—¿Cómo has sacado ese 8? —le pregunta Miriam.
—He estudiado mucho.
—Felicidades, entonces.
—¿Tú que has sacado?
—Un 3 — admite cabizbaja.
—Yo también —me uno a Miriam.
—Oye, ¿ya te encuentras mejor? —se dirige a mí.
—No, estoy fatal. Oye, ¿ayer hice algo que no debería haber hecho? Ya sabes, el alcohol, las drogas, ¿me han hecho hacer algo que no debería?
—Deberías preguntarle a Bruno o a Xavier, pero creo que sí. Murmurabas algo sobre extraterrestres, pájaros y lagartos.
Llevo mis manos a mi cara.
—Voy a preguntarles.
Agarro valor y me acerco a ellos dos. Hablan sobre el examen.
—¿Un 2? —Xavier abre los ojos—. Pues yo he sacado un 0,5.
—Oye —les interrumpo. Me miran atentos—. ¿Qué pasó ayer? No recuerdo nada.
Se miran mutuamente divertidos. Vale, solo con esa mirada me ha quedado claro que he liado una buena.
—¿Me podéis responder?
—Pues a parte de que decías que yo era un lagarto y que Bruno era un pájaro, que éramos extraterrestres y veníamos a conquistar la Tierra, nos pegaste a cada uno en el rostro, que tú y Mía estabais completamente drogadas y bebidas, pues no, no ha pasado nada.
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Enséñame a quererte
RomanceCat es una chica de 16 años. Sus padres están separados y, tiene que ir a vivir a Barcelona con su madre. Es muy duro para ella dejar atrás toda su vida. Cuando conoce a Bruno Tucci, un chico mujeriego, despreocupado y, sobre todo, atractivo, se en...