Chapter: 5
Jinyoung estaba en shock, ni siquiera fue capaz de darse cuenta cuando Kunpimook abandonó el lugar, su corazón latía fuerte y sus instintos estaban a flor de piel al tener frente a él aquel chico que se proclamaba como su Omega.
Ninguno podía decir algo, uno por sorpresa y el otro por timidez, aún si la situación era tan silenciosa, existía un ambiente de familiaridad, aquella que se formaba gracias al lazo que los unía.
—Nunca pensé… —las mejillas de ese chico desconocido se tornaron rosadas.
—¿Conocerme así?
JinYoung sonrió, enternecido, quizá era el lazo, quizá lo pensaba de verdad pero pensó que era adorable la forma que reaccionaba.
Sus cabellos de un rubio cenizo ayudaban a darle una imagen mucho más inocente, no le molestaba, estaba deleitado por tener la oportunidad de estar en ese preciso momento, su mente estaba nublada de colores rosas, de un amor repentino, todo su cuerpo reaccionaba ante cada gesto del chico, que a pesar de lucir más alto, tenía esa aura inocente, ese aura que le pedía que cuidase de él.
La belleza del primer encuentro era un evento único, porque era un vistazo a una vida larga y hermosa junto a tu persona destinada.
JinYoung sentía que el lugar estaba pintado de rosa, que incluso era un sueño, donde flotaba, y solo podía tener en mente a la persona frente a él.
—Bam…
Su cabeza hizo un click y los colores rosados se desvanecieron por unos segundos, para luego sentir algo extraño dentro de su pecho, ni siquiera lo terminó de escuchar, su cabeza comenzó a doler, pero no entendía porque, ya que estaba frente al amor de su vida.
Aún así, los colores rosas luchaban por mantenerse, mientras que otra parte de su cerebro pensaba en dónde estaba ese chico, con una necesidad de buscarlo, de poder hablar con él, pero no sé movió, sonrió a su ahora pareja y decidió que no iba a preocuparse por ello ahora.
Las relaciones entre destinados no tenían los lineamientos usuales de parejas, no necesitaban decir o pedir salir, solo ya lo hacían, tampoco pedir que fueran algo más que amigos o conocidos, ya lo eran. Los lazos omiten muchos pasos, como el error y cuenta nueva, muchos corazones rotos y decepciones amorosas no eran algo común en ellos.
Una pareja para toda la vida, la elegida para ti.
Miró con cuidado al chico, sus rizos poco definidos, su sonrisa grande y adorable, no tenía ni un día de conocerlo pero podía ya enumerar cosas que le gustaban de él, como la forma que intentaba suprimir su sonrisa o como sus mejillas se tornaban rosas.
Estaba seguro que con el paso del tiempo solo se volvería una lista sin fin de cosas que amaría.
Kim YuGyeom estaba impresionado, porque aquel hombre no solo era atractivo, sino era la imagen clara de su tipo ideal, las ansias y deseos que se desencadenan que pedían por unirse empezaban a florecer, y todo eso era nuevo, el deseo no era algo común en él, todo se sentía nuevo, que le emocionaba.
Estaba ansioso por estar con el resto de su vida.
[🍂]
Kunpimook Bhuwakul llegó a casa, ni siquiera se molestó en mirar si tenía un mensaje de Kim, lo cual era posible que no, penas se quitó los zapatos y se lanzó sobre su cama.
Se recostó con el corazón molestando un poco.
Debía pensarlo y ser honesto consigo: esperaba ser su Omega.
Jinyoung desde el momento uno siempre fue insistente, abierto, hasta el punto de sentirse emocionado por esa mínima posibilidad, incontables veces estuvo a nada de mandar todo al carajo y dejarlo olerlo, dejar que conociera una de las cosas que mantenía con más recelo como su aroma.
¿Estuvo emocionado por alguna razón? Sí, ese hombre a pesar de tener unos gustos particulares, le hizo creer que podía tener una posibilidad en la vida, la forma en que romantizaba todo lo hizo creer que su vida estaba destinada a más, que podrían quererse.
Recordó una de esas tantas pláticas que Jinyoung intentaba entablar después de una sesión de sexo, recordó su gesto avergonzado después de recordarle cuanto le gustaba que Kunpimook tomara el control en el juego.
"Si tú fueras mi pareja destinada, no me importaría nada de tu pasado"
Kunpimook siempre tuvo la forma de burlarse de esas palabras y poco a poco creyó en esas palabras, se atrapó él mismo emocionado por pasar tiempo con él, sonriendo a sus mensajes y berrinches.
Debía olvidar todas esas estupideces, estaba tan agradecido de no ceder ante sus provocaciones, aunque por dentro sabía que una parte de si estaba enamorado de ese alfa molestó, insistente que de a poco se volvía adorable ante sus ojos, lo odiaba.
Sus dedos pasearon por su teléfono, enmarcaron cada lado, para luego tomarlo y buscar entre sus contactos el número de Park.
Su primer instinto fue eliminar el número pero sabía que era su jefe y por una situación u otra volverían a estar en contacto, lo único que pudo hacer en el momento fue cambiar el nombre de contacto. A primera instancia el nombre fue una alegoría a ese apodo que tanto parecía molestarle a JinYoung: príncipe; con el pasar del tiempo era más un apodo muy suyo, con una pizca de cariño y aprecio.
La sonrisa llena de nostalgia se borró de sus labios cuando la notificación de un mensaje por parte de YuGyeom se hizo presente.
No se atrevió a abrirlo, pero si a mirarlo desde la barra de notificaciones.
"No puedo creer que tuve la suerte de conocer a mi alfa gracias a ti, dios mío cómo te adoro, te debo una, de verdad, te debo la vida, y por cierto me dijiste que conocería a ese alfa que tanto te "molesta"".
YuGyeom era su mejor amigo, era obvio que le contó el caso peculiar con JinYoung pero Kunpimook tuvo principios, al conocerlo como un cliente protegió su identidad y datos personales.
Quizá era mejor que nunca se enterase de ello.