Chapter: 15
Lunes, la fresca mañana de verano daba la bienvenida a cualquiera que saliera de casa, tal como JinYoung, quién se dirigía sin mucho apuro hacia su trabajo.
Al bajar del auto después de estacionarlo en ese lugar poco brillante al que recurría cada mañana se encaminó a la oficina.
Había mucho trabajo pendiente, y no tiempo suficiente, aún así, cuando estaba a nada de subir por el elevador del edificio prefirió pasar por una taza de café a ese lugar ya bien conocido, en el que era seguro que encontraría esa cabellera castaña con ojos gigantes mirar al barista como era su costumbre.
Sin falló lo miró desde lejos, sentado a la otra punta del local, elevó una de sus cejas y se aproximó con toda la tranquilidad del mundo.
—¿Pasa algo? —preguntó apenas lo vio sentarse frente a él.
—¿Porque preguntas?
Jackson le miró curioso y notó como, dejaba su portafolio a su lado para tomar asiento como mayor comodidad.
—Por lo regular no pasas por la cafetería en la mañana—recordó sin mucho esfuerzo—, menos si se trata de quedarte a comer aquí.
Su amigo era un hombre que no perdía sus mañanas en la cafetería, de hecho siempre tenía esa idea que estás eran el tiempo más productivo de todo el día. Aún así lo vio estirarse sin esfuerzo y sonreír tranquilo, obviando que no estaba de ánimos para asomar la cabeza por la oficina ahora.
—Ah, —restó importancia —,no quiero llegar a ver todo el trabajo que nos espera, con lo cansado que estoy no tengo mente para eso.
Wang se sorprendió por sus palabras y la genuina curiosidad picaba sus costillas.
—¿Por?
JinYoung frunció el ceño y exhaló con cierta molestia. No quería tocar mucho el tema pero al final iba hacerlo de todos modos.
—YuGyeom —confesó con una mueca molesta—,estuvo en mi departamento todo el fin de semana.
—¿Y?
—No me dejaba dormir.
—¿Ronca?
—Parecido.
No iba a hondar en el tema, pero desde aquella noche que puso un alto a su primer intento descarado por tener sexo con él solo fue una pauta extrañana para aumentar ese deseo insaciable de Kim.
Las últimas semanas del siguiente mes fueron un martirio para Park, quién en algún punto incluso el mismo quiso intentarlo, pero una extraña repulsión al menor no se lo permitía.
Aquel fin de semana, Kim insistió en por lo menos quedarse a dormir en su departamento, y él no pudo negarse.
El problema surgía cuando Kim a la mitad de la noche comenzaba a meter sus manos sobre su playera y trataba de acurrucarse más de lo debido, colocándose en una pose en la que JinYoung podía sentir su miembro restregarse sobre él.
—Por cierto —prefirió dar el tema por terminado—, ¿Por que te sientas en la mesa a lado del baño?
Las mejillas de Wang se enrrojecieron, al tiempo que para ocultarlo daba una bebida a la taza de té que JaeBeom siempre le preparaba.
—Mejor visión.
JinYoung siguió la trayectoria de los ojos de su amigo, para toparse con la imagen de aquel alfa para ver la forma en que ambos se miraban.
¿Acaso había algo que no sabía?
Parecían un par de adolescentes mirándose el uno al otro con cierta pena.
—Ya —Park se burló—, ¿Pero no crees lo raro que es que nunca se acerca cuando estoy?
Mantuvo la vista fija a aquel hombre, y frunció el ceño.
—¿A qué te refieres?
Era obvio que Jackson nunca lo notó, estaba perdido en la idea de ese hombre que nunca pensaba de más, estaba feliz solo con la idea de verlo.
—Desde que entré aquí y me senté contigo no se ha acercado ni una sola vez.
—No lo había notado.
JinYoung soltó una risa ante lo ingenuo que podía ser Wang.
Con esas actitudes, por lo regular su amigo era confundido con un Omega y por mucho tiempo gente ajena a ellos pensaban que eran pareja.
—No es la primera vez que sucede.
Advirtió, al tiempo que ambos veían al hombre moverse sobre las mesas que pedían ser atendidas.
—¿No será solo tu imaginación?
—No —sentenció—, digo, cuando venía por tu café siempre me atiende su ayudante, incluso cuando te mandó el pastel.
Cuándo Jackson estuvo herido, y JinYoung tenía que ver por él como el amigo que era, cada que se pasaba por el café que le pedía sin falta, siempre lo atendía la chica que tenía contratada, pero nunca le dirigió la palabra JaeBeom, ni una sola vez.
—Quizá solo no le agradas.
—Quizá.
Se encogió de hombros y repasó todos los pendientes que tenía, el sueño no lo dejaba procesar sus deberes y lo que más deseaba tomarse un día libre.
Refregó su rostro con sus manos y cuando miró a Wang elevó sus cejas curioso por aquella expresión sorprendida.
—¿Que sucede?
—Nada. —sonrió, de aquella forma sospechosa que hacía cuando no quería que este supiera algo.
JinYoung por instinto iba a voltear la cabeza pero antes de siquiera pensarlo su amigo tomó su rostro entre sus manos.
—No voltees.
Soltó una risa por lo ridículo que era.
—¿Seguro que no quieres besarme? —elevó sus labios.
Jackson lo soltó e hizo una mueca de asco.
—No me hagas esas estúpidas bromas.
Se dió la vuelta y antes de poder decir algo se arrepintió de hacer algo así.
—Ya veo.
—Yo te dije que no lo hicieras —le regañó—, pero prefieres creerte el don Juan conmigo.
Kunpimook con ese mismo hombre que ya un par de veces había visto y todas esas veces cerca de él.
Ambos tomaron asiento, mientras charlaban de forma animada, Kunpimook ni parecía importarle que él estuviera ahí, es más era seguro que ni lo había notado.
Miró un par de segundos y cuando observó a ese hombre recorrer el rostro del menor con sus dedos supo que debía salir de ahí.
Aún así notó como el amor imposible de Wang se acercó con amabilidad y se unió a la conversación de esos dos.
—Parece muy amigo de ellos —comentó en voz alta.
Su tono estaba apagado de pronto, los celos se mezclaban con el dolor y la impotencia.
—¿Quieres que le pregunté su relación?
JinYoung negó.
—Sabes creo que mejor me adelanto, de la nada el trabajo no me parece tan malo.
Jackson comenzaba a notar que aquel amor que sentía Park por aquel trabajador no era cualquier asunto, y comenzaba a dolerle tanto como a él.
—Jin…
—No pasa nada, es lo justo y lo obvio.
Miró como su amigo se dispuso a marcharse, sus ojos llenos de alegría cayeron y sintió el mismo pesar, porque empezaba a sentir algo más que una simple atracción por aquel alfa, y con ello temió ante el hecho de encontrar a su Omega.
