Capitulo 30
Kunpimook recostó su cabeza sobre el respaldo de la silla, mientras su amigo le miraba curioso.
Kang YoungHyun, era un hombre un par de años mayor, alguien que no frecuentaba demasiado, pero que conocía desde hace mucho tiempo. Se conocían desde que eran pequeños, eran como hermanos, ya que por mucho tiempo vivieron juntos en las mismas condiciones, eso hasta que la madre de YoungHyun consiguió un alfa que cuidó de ambos.
Aún tenían contacto, pero no era tan recurrente como solía ser, Kang ya no podía cuidarlo como solía, pero estaba ahí para él cada que podía.
—¿Por qué hiciste eso?
No le sorprendía para nada la pregunta, pero era cierto que no sabía cómo responder.
—¿Quizá quería callarlo? —se removió en su asiento.
—Bam, ¿Pasó algo antes que no me contaste?
—Es el alfa de YuGyeom, es alguien muy preciado para él —sus puños endurecieron el agarre—, yo… antes de eso, bueno… digamos que hubo algo.
—¿Lo querías?
—No fue nada romántico, fue algo más como casual…
—Eso no responde mi pregunta.
—Es complicado.
Kang, con aquel cabello blanquizco que lo caracterizaba, negó, pero no le sorprendía para nada su actitud, desde pequeño siempre fue alguien así.
—Es que es algo muy complicado —explicó—, no sé cómo ponerlo en palabras…
Kunpimook no podía explicarlo de forma clara, pero si tenía que culpar a alguien sería a Park, porque aún cuando el siempre le puso un límite siempre lo rompía, quería acercarse más de lo debido, y hablaba tanto, al punto de convencerlo de que quizá podía existir una especie de lazo entre los dos.
Kang notó esos ojos brillosos, era seguro que el mismo Kunpimook no podía ni con sus propias emociones contradictorias y todo aquel remolino de sucesos.
Le pareció que un par de meses fue demasiado, ni siquiera supo cuando encontró a su alfa, ni cuando el mismo lo dejó, era impresionante la cantidad de sucesos que tenía atorados.
El restaurante en el que estaban en los últimos meses cobró popularidad, y la mayoría de veces estaba lleno, gente que nunca ponía un pie en un lugar como este ahora lo frecuentaban, y Kang no ocultó su sorpresa al ver a Kim YuGyeom, aquel chico que se sentía de un gran estatus, entrar al lugar. Conocía a ese chico, nunca le agradó del todo, pero ayudó en varias ocasiones a Kunpimook así que no tenía razón alguna para odiarlo.
Sabía que su amigo le tenía un gran aprecio, a veces pensaba que le quería mucho más de lo que Kunpimook podía quererlo a él, pero nunca decía nada. Creía que ese poco agrado era porque le arrebataba a ese chico que se prometió cuidar, aún así, siempre escuchaba atento cuando hablaba de él con tanto cariño y aprecio.
Era alguien demasiado especial para él.
Tomó la mano del otro y le advirtió con una voz baja que no volteara, Kim y su acompañante tomaron asiento a un par de mesas de distancia, no tan lejos pero tampoco tan cercanos, una distancia en la que aún podían escucharlos hablar.
—¿Que Sucede?
No entendía porque prefirió que mantuvieran el perfil bajo, pero así lo hicieron, Kunpimook no preguntó, porque en menos de cinco segundos todas sus respuestas llegaron.
—Yeri, no creo que funcione tu idea.
Escucharon a lo lejos.
—YuGyeom, si vas a utilizar a la gente, utilizarla bien —argumentó—, que sirva de algo Kunpimook.
—No creo…
—¿Qué le parezca?
—Iría en contra de sus ideales —argumentó—, no estaría de mi lado.
—Inventa alguna historia, como si no fuera la primera vez que lo manipulas.
Su amigo miró a BamBam, quién no parecía nada feliz de oír esa conversación, pero tampoco lucía triste, era más un gesto molesto.
Kunpimook, quien en ese momento aguantaba las ganas de levantarse de su lugar y preguntarle qué le pasaba, se mantuvo quieto y siguió escuchando. Por primera vez se preguntó cuántas veces abusó de su confianza para después irse a reír con Kim Yeri, ¿Nunca lo vio como un amigo? ¿Por qué justo ahora escuchaba algo así de su parte?
Sus manos temblaban, y la culpa que sentía por todo lo relacionado con Park parecía restar importancia. Lo daba todo por él, pero lo único que recibía a cambio al parecer era que esté lo usará a su gusto.
Kunpimook por lo regular no era muy bueno para pensar las cosas con calma, era alguien impulsivo, demasiado, más cuando se trataba de algo donde sentía que debía tomar cartas en el asunto.
Lo único que vino a su cabeza en ese instante era pagar con la misma moneda, hacer algo que lo perturbar de la misma manera, que se sintiera usado, como si hubiesen abusado tanto de su confianza al punto de sentir que nada de lo que hizo alguna vez valió la pena.
El peliblanco miró curioso, y llamó su atención apretando con ligereza su mano.
Por meses sintió culpa del tema de Park, sintió tristeza de haber hecho algo así, aún si sabía que en realidad no era su culpa, que lo que hacía al alejarse era lo mejor, pero ahora esa culpa parecía desaparecer, haber hecho eso ya no tenía ningún significado, sino lo que haría ahora.
—Necesito que JinYoung regrese conmigo —escuchó.
Apretó la mandíbula, no había otra cosa que pudiese tomar de su vida que le doliera tanto como aquel hombre.
Aún le impresionaba que para ser personas con un buen “estatus” tuvieran unos de tonos de voces tan escandalosos, pero no le tomó importancia, daba de mas el escucharlo, porque tomaría cartas en el asunto y tomaría lo que más quería.
Kunpimook era una buena persona, pero eso no significaba que iba a dejarse pisotear por otros, no significaba que aguantaría todo, al final del día era alguien normal y eso significaba que no todo sería de un solo tono, no podía ser siempre el bueno, pero tampoco sería siempre el malo.
