Chapter:14
—Te veo con demasiada frecuencia.
Fue el saludo que le dio la bienvenida a YuGyeom a la casa de su prima Kim Yerim, o como solía llamarle: Yeri.
—¿Desde cuándo cuentas mis visitas? —respondió con poca gracia, pero a la chica solo le causo risa aquella actitud tan poco brillante.
Se acomodó en el sofá blanco de su sala, le miró con curiosidad y dejó que tomara asinto.
Sí bien, Kim siempre se sentía un tanto abrumado de visitarla por la magnitud del lugar, pero no era nada fuera de lo extraordinario, al menos en estándares de la mujer, quién estaba entrelazada con una de las cabezas con mayor poder en el país, así que vivir llena de lujos como toda su vida no estaba fuera de lo normal para ella.
—Solo fue un comentario— sonrió con elegancia—, sabes que me encanta tenerte aquí.
Yugyeom se dejó caer en el sofá frente de ella y tomó un poco de aire.
—Eres mi amiga Yeri.
—Eso me huele a que necesitas un consejo.
y estaba en lo correcto, su primo estaba desesperado y era la única persona en la que podía recurrir con sus problemas.
—Estoy al borde —admitió con vergüenza.
Odiaba estar en una situación tan difícil cuando se trataba de su alfa, ¿por qué las cosas no le salían tan fáciles como a todos los demás en la tierra?
—¿Por?
—JinYoung.
Yeri, en tan solo un par de semanas tenía su lazo hecho y dos meses después celebró su boda sin problema alguno.
Estaba seguro que se sacó la lotería con Park, un hombre adinerado de buena posición, tal como la suya, tal como la de su prima o su alfa, todo coincidia segun sus calculos, pero aquel hombre parecía disperso, como si algo pasara con su propio lazo, desde el momento que empezó a detener su lazo supo que algo andaba mal.
Cuando de lazos se trata, no existe el tiempo para conocer la otra persona, solo la necesidad de crear ese lazo y con el tiempo se conocería, pero siempre se amarían, en las buenas y las malas.
JinYoung era su prospecto ideal, tenía todo lo que deseaba pero no entendía que sucedía, sus aromas mezclados olían a lo más cercano que podía llamarse perfección, el mango junto a la menta hacían una mezcla excepcional, pero aun así había algo que faltaba dentro de ese alfa.
¿Qué podia ser?
—Ah~ ¿Aún no puedes crear tu lazo con él?
Gruñó, esa mujer siempre lograba sacarlo de sus casillas, era tan odiosa con su vida perfecta, presumiendola y el tenía que sufrir solo parra poder tener un poco de lo que ella ya poseía.
—¿Deberia recurrir a la brujeria? —soltó con un tono cansado.
Se tiró sobre el sofá, ya no sabía que hacer, ¿por qué no mejor le consiguen un mejor alfa? Uno que quisiera crear su lazo con él.
—No seas idiota.
—Es que es tan extraño— admitió con pesar—, además me mintió en frente de mi nariz.
Apretó los labios, intentaba suprimir todo el enojo que le causaba esa situación porque tu alfa nunca te miente, porque te ama tanto no puede mentirte.
Su prima por lo regular hablaba de cuanta suerte tenía, como a todo el mundo su alfa podía tratar a los otros como basura pero a ella nunca, porque era su princesa y la consentiría como merecía.
—¿De verdad?
—Es un imbécil— no ocultó para nada su enojo—, ¿por qué no solo me dijo la verdad?
su paciencia comenzaba a terminar, y la idea de incluso atarlo y el mismo crear el lazo para acabar con el problema era la idea más coherente que tenía.
Kim no era tan dulce y amable como todo el mundo lo pintaba, era un chico ambicioso, que dejaba de lado aquella imagen linda para obtener lo que deseaba y el quería a JinYoung.
—No me quiero imaginar cuando estén entrelazados.
Yeri con esa imagen dulce y amable, siempre encontraba la forma de burlarse de su primo, nadie podía culparlos, crecieron malcriados, llenos de todos sus deseos, incluso de cosas que no querían o necesitaban y cuando alguno de los dos no podía obtenerlo había un problema.
—Algo me esconde. —decidió no hacer caso a esa risa ruidosa que tanto le molestaba.
—Bueno, eso desde el inicio lo sabíamos.
—Ya —la cortó—, el caso es que el portero me contó de un tipo que solía visitar con mucha frecuencia a JinYoung.
—¿Y?
—Me dijo que se quedaba a dormir en su casa, pero aquel hombre me dijo que la mayoria de veces se iba a mitad de la noche, a excepción de las últimas veces.
—¿lo sigue haciendo?
Kim negó.
Recordaba a la perfección su conversación con el hombre, este le comentó que tenía meses de no verlo, pero era un hombre muy amable e incluso cariñoso, ya que incluso llegaron a conversar muchas ocasiones y este llegaba a traerle algo de comer.
¿Debería hacer lo mismo? Porque aquel portero pintaba a ese hombre como la persona más perfecta del mundo.
—Entonces no veo el porque crear un dilema que no existe.
—¿Crees que no debo preocuparme?
Se levantó del sofá y le miró curioso, la chica lucía muy tranquila, pero claro, no era su problema.
—Preocúpate cuando tenga que ver con tu lazo.
—Bien.
Rodó los ojos y se acercó a la mesita de cristal donde reposaban algunos de los chocolates que a Yeri le gustaba comer con regularidad. Tomó uno y lo comió sin pensar mucho.
El sabor a chocolate dulce llenó su garganta y sonrió, esos gustos de la vida nadie se los podía quitar.
—Y por cierto ¿y tu brillante amigo?
YuGyeom elevó sus cejas y encogió sus hombros.
—Kunpimook no te agrada.
—Pero aun así siempre venías pegado a él.
—Él no sabe de este tipo de asuntos —cortó al punto donde ella pretendía ir—, es… inservible.
—Típico de ti.
Yerim conocía a la perfección a su primo, era como su hermano molesto y sabía hasta su más sucio secreto.
—Como si tú no hicieras lo mismo.
—Bueno yo no finjo una amistad de años solo para tomar ventaja de él.
—No tomo ventaja de él.
Le cansaba esa teoría estúpida de ella, si bien, en ocasiones era cierto, la mayoría del tiempo Kunpimook era su mejor amigo, no por nada quería que fuera de su vida, que conociera a su alfa, que fuera un amigo cercano de la familia.
—Como digas.
Yeri sabía todo de Kim YuGyeom.