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Capitulo: 20
























Las paredes blancas atrapaban en forma cuadriculada a Mark Tuan, lo cuál, causaba un mayor estrés sobre él, como si las paredes lo consumieran.

Con un gesto cansado miró por primera vez la ficha de cita que tenía pendiente, frunció un poco el seño y se preguntó porque le parecía conocido ese nombre.

Le restó importancia y solo se resignó a esperar en silencio, no estaba con ánimos, necesitaba acabar el trabajo de hoy.

Si tenía suerte y no surgía ninguna otra emergencia, podría dormir un poco.

El sonidos de la puerta, como era regular antes de una consulta, en la espera de ser invitados a pasar.

En voz un poco ronca, ya cansada por pasar todo el rato en varias citas, salió a la luz, entonó el ya regular pase, y en menos de cinco segundos pudo darse cuenta a lo que se enfrentaba.

Ahora ya no le parecía conocido el nombre, sino que toda la situación detrás de esta poco convencional consulta tenía sentido.

—Park JinYoung— se colocó un par de anteojos para leer.

Lo invitó a sentarse, elevó la vista y miró a los ojos por primera vez en toda su vida al hombre de traje negro y pulcro, con ese aire de prepotencia que le rodeaba, además de esa mirada intensa, con la intención de lucir intimidante.

Su cabello bien peinado, con ese corte bastante elegante. Era un hombre que hacía honor a su propia posición económica.

—No sabía que ese era su nombre.

Fue su forma de saludar, JinYoung quién se mantuvo en silencio todo ese rato asintió.

—Bueno, ya lo sabe doctor.

Desde su actitud hasta ese perfume que seguro costó varios cientos, lo hicieron sentir irritado.

Además, no necesitaba ser un genio para poder entender que era lo que buscaba.

—Digame señor Park —decidió ir directo al grano—, ¿viene a consulta o encontrar algo con lo que pueda justificar su odio hacia mí?

JinYoung lucía un poco sorprendido, si era cierto, era algo que no esperaba.

No creía que tendría un ataque directo a su persona apenas unos segundos dentro del consultorio médico.

—¿Disculpe?

Decidió tomar la ruta más fácil.

Mark hizo a un lado la ficha, quitó sus lentes y tocó por un par de segundos su sien, en la espera de encontrar un poco de paciencia.

No entendía porque tenía que jugar a esto con aquel hombre, porque no era ciego, ni imbécil, podía con solo verlo conocer cada una de sus intenciones, era tan buen observador que le imposible no darse cuenta de los detalles.

—No veo el porqué entonces insistir tanto en una consulta conmigo— recalcó —, usted es un alfa y mi consultorio se encarga de problemas referentes a los omegas.

Park no esperó esa respuesta y ni siquiera tenía oportunidad de mirar bien la información que tenía. Seguro Jackson olvidó mencionar ese insinificante pero importante detalle, que cambiaba la ruta de toda su prepotencia.

—Que inisita no tiene nada que ver con mi trabajador.

Mark soltó una risa, ¿era tan estúpido? Ni siquiera mencionó algo respecto a su Omega y el otro fue quien lo dijo por su propia voluntad, pero bien, ya estaba en el punto que necesitaba, sin rodeos.

—Va a negarlo —siguió el juego del poco pensado plan de JinYoung—, interesante, pero sus acciones durante la fiesta de cumpleaños de Kunpimook decían otra cosa.

El de cabellos oscuros frunció el ceño, porque traía algo así a colación, no hizo nada, de hecho se portó muy amable ese día.

—No sé de qué hablas.

Cruzó sus brazos y piernas, recargo su cuerpo sobre el respaldo de la silla y miró con cierta expectativa a su respuesta.

El otro rodó los ojos, de verdad lo sacaba de sus casillas en todo sentido.

—Entonces —señaló—, también va a negarme que está enamorado de mi Omega

Toda compostura inicial por parte de Park cayó, sus ojos presuntuosos se abrieron de par en par, su pequeña sonrisa burlona desapareció y a cambio su boca se abrió de par en par.

El doctor miró de reojo a su paciente, negó en forma de burla, y esperó por una respuesta. Era obvio que no esperaba que Tuan lo supiera, pero no era ciego, mucho menos idiota, ni siquiera se conocían para que el otro tuviese una razón coherente a hacer un teatro como este.

—Con qué descaro me dices algo así.

—Bien, me voy a remontar a las pruebas.

Se acomodó en su lugar y adquirió la postura inicial de Park, solo para hacerlo sentir miserable.

—Durante toda la fiesta tenía exactamente dos gestos, uno de tristeza y melancolía y otro molesto hasta podría jurar que celoso, y curiosamente aún si estaba su Omega presente no dejaba de mirarme a mí y a Kunpimook.

JinYoung no pudo decir nada, le sorprendía el tipo de capacidad que tenía para percibir los detalles ni siquiera YuGyeom le dijo algo al respecto.

—Ademas no dejó de vernos cada que podía señor Park.

El mencionado aclaró su garganta, se acomodó en su ahora incómodo lugar y aclaró su garganta.

—Solo vienes a ver que clase de persona soy, para justificar el tipo de persona que eres —atacó con todas sus letras—, pero no estoy dispuesto a darte batalla.

De nuevo, JinYoung lució sorprendido y negó sin comprender lo que le decía.

Elevó una de sus cejas, para luego cuestionar en viva voz sus propias palabras, un no en forma de pregunta se hizo presente, para luego mirar a los ojos a ese hombre extraño que hacía llamarse doctor.

—Antes que nada dime una cosa, ¿Qué es lo que de verdad sientes?

Alejó la vista, un poco renuente, no tenía porqué contarle nada de su vida, apenas si se conocían.

—¿A qué viene esto? —Cuestionó.

—Tienes un Omega, aún así estás detrás mío.

Colocó ambas manos sobre el escritorio y elevó una de sus cejas, como si la respuesta no fuese obvia.

—¿Y por qué tengo que responder esto? Es una estupidez, ¿acaso vas a dejarme el paso libre si te digo que ni siquiera puedo concretar mi lazo con mi Omega por culpa del tuyo?

—Sí.

De nuevo. Park JinYoung se quedó sin palabra alguna, como si todo este rato solo hizo todo esto por broma. ¿Era una broma y cayó en el juego?

—¿De qué carajos hablas?

Mark tomó un poco de aire, Park pro primera vez dejó de ver ese gesto burlón y a cambio obtuvo una mirada de corta forma resignada.

Lo vio rascar su muñeca, dejando a la vista la frecuencia con la que realizaba esa acción, como si fuese un ataque de ansiedad y el hacer eso lo ayudaba a calmarse.

—Quiero lo mejor para él.

Frunció el ceño y meneó la cabeza, ¿Porque decía cosas así? ¿no debería en ese momento amenazarlo y decirle que no lo quería volver a ver cerca de Kunpimook?

—¿Acaso no debes ser lo mejor para él?

Mark apretó los labios y alejó la vista.

—Acepta antes de que me arrepienta.

[...]








Ustedes no saben lo que viene, osea se pueden imaginar pero tengo una ventaja por ser la escritora, ejejeje.

Nada, cualquier comentario o sugerencia siempre es aceptado, los quiero mucho, de verdad 🥺♥️

sumiso ;; jinbam; jackbeom ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora