Love Story ; hopev.

18.

Taehyung mantuvo la mirada sobre su plato de comida, incapaz de mirar fijamente a su padre después de lo ocurrido la última vez que platicaron. Habían transcurrido dos días desde entonces, sin que alguno pudiese decir algo en presencia del otro, pues no encontraban la manera correcta de disculparse sin terminar en una pelea mayor.

―A las once de la mañana llegará el alfa Seojoon a verte ―dijo Namjoon mientras doblaba el periódico y lo dejaba sobre la mesa―. Prepárate para recibirlo.

El alfa solo le dio una mirada, sin atreverse a decirle algo más allá de ello, sin las palabras de cariño que siempre acompañaban sus órdenes, sin nada que pudiese terminar con ese sentimiento de tristeza en el corazón del omega. Taehyung sabía que estaba herido por la reciente acusación con respecto a su hermano, por eso se había comportado fríamente con todos, incluso con Seokjin, quien, pese a todo, se mantenía a su lado. El omega sabía que ese comportamiento solo se debía a su indecisión con respecto a sus acciones, a su falta de ideas para disculparse correctamente y al miedo que tenía de convertirse en un dictador frente a él.

Namjoon terminó saliendo del comedor, siendo seguido por Seokjin y sus guardias personales. El omega solo se mantuvo en silencio un rato más dentro del lugar hasta que una lágrima descendió por su mejilla y se vio obligado a limpiarla con rapidez para no verse débil frente a los sirvientes que se mantenían a la espera de su salida del comedor para que recogiesen los platos.

―Mi señor ―una de las omegas encargadas de la cocina se acercó hacia él y dejó una taza de líquido verdoso frente a su plato―, lamento si soy inoportuna, pero mi madre lo vio triste estos días y le envió esto.

―¿Qué es?

―Es un té especial para que recupere algo de energía. No aliviará por completo su tristeza, pero le ayudará a sentirse un poco más relajado.

Taehyung la reconoció como hija de la cocinera principal del palacio, la misma que había preparado sus platillos desde pequeño y le había cuidado cuando lloraba en las noches, por no tener a su madre. La acción de la mujer lo conmovió, por lo que agradeció el detalle y disfrutó del té por unos minutos. El efecto fue inmediato para él, se sintió un poco más relajado, como si un peso se le hubiese arrebatado de los hombros en instantes para dejarlo respirar tranquilamente durante un tiempo.

Para el omega, todo el asunto del compromiso obligado y los deseos de la Asamblea representaban un impedimento dentro de sus deseos personales. No solo estaba el hecho de Hoseok y su enlace divino, sino también la presión mental que sentía tras confirmar que todos los políticos deseaban casarlo con Seojoon para fortalecer las fuerzas aliadas de la manada. Querían, a toda costa, disfrutar de las ventajas que traería la unión entre ambas manadas: el refuerzo militar. Los Seon eran muy conocidos por tener un ejército numeroso y poderoso, incluso rivalizando con el ejército de la manada Jeon. Si este les prestaba ayuda en cualquier ataque a la manada Kim, la victoria estaba más que establecida. No habrían bajas numerosas, ni daños graves que afectaran al pueblo o los asuntos políticos.