[OMEGAVERSE] [My only love #1]
« Jung Hoseok, líder del ejército de la manada Jeon.
Kim Taehyung, joven heredero de la familia Kim.
Ambos se conocieron en la manada Kim por obra del destino.
Ambos eran destinados. Sus lobos...
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Lavanda.
Lo primero que percibió Hoseok cuando tuvo al omega entre sus brazos, protegiéndolo de la aparatosa caída que hubiese tenido, fue su aroma a lavanda. La fragancia se hallaba algo oculta, debido a los perfumes artificiales que habían rociado sobre él, pero seguía emanando de su piel y se extendía hasta acariciar su olfato. En un momento dado, el alfa cerró los ojos ligeramente y aspiró el aroma natural del menor, tratando de obtener un poco más de aquella extraña felicidad que le había perseguido tras su primer encuentro.
Su lobo aulló con euforia, como nunca antes lo había percibido, y sus brazos se cerraron con ligera fuerza sobre el cuerpo contrario. Hoseok pudo percatarse de que su acción era imitada por el omega, pues este también aspiraba su aroma de manera sutil, como si estuviese probando si se trataba del mismo hombre que había visto días atrás o si solo era un espejismo del cual tendría que despedirse en algún momento.
En un momento dado, el alfa se separó del azabache y lo dejó sobre una de las bancas que existían en el jardín, sosteniéndolo con cuidado para que no cayera en el camino. Taehyung se ruborizó ante la presencia del alfa y tomó asiento en el lugar donde le había indicado. Ninguno habló en ese momento, pues estaban confundidos y totalmente avergonzados para decir algo que delatase sus intenciones.
― ¿Estás bien? ―Hoseok fue el primero en romper el silencio, sintiéndose un poco comprometido con todo lo ocurrido.
Taehyung lo miró de soslayo y asintió tímidamente.
La mirada de ambos se hallaba totalmente alejada del otro por intervalos, pues estaban tan confundidos por las reacciones de sus lobos que no tenían mucha valentía para hablar de lo que ocurría. Hoseok, a pesar de ser mayor que el omega, se sentía tan ignorante de las sensaciones de su lado lobuno que no se creía capaz de abordar el tema de manera correcta; y dudaba de que el azabache pudiera hacerlo.
―No creí que me encontraría con alguien aquí ―susurró el omega―, por eso me sorprendió demasiado su presencia.
Hoseok asintió ligeramente.
―Me mandaron a cuidar los alrededores del palacio y me topé con este jardín ―explicó Hoseok―. No pude resistirme a su belleza y decidí recorrerlo por un momento. Es todo.
―Es un jardín muy bello ―comentó el azabache.
Taehyung le obsequió una pequeña sonrisa, mientras observaba su perfil. Sus ojos retrataron con sutileza cada facción de su rostro, intentando hallar al hombre que había conocido en medio del camino al mediodía. Pudo percatarse del cabello castaño con ligeros rizos que caían sobre su frente, su nariz perfilada, su piel ligeramente más pálida que la suya y la línea de su mandíbula tensa que terminó encantándole.
El rubor en su rostro se acentuó hasta que no quedó alguna porción de piel que quedase sin huella de su vergüenza. El alfa se percató de ello y lo observó detenidamente, pensando en lo mucho que adoraba ese aroma en particular y en lo hermoso que se veía vestido de esa manera. Los adornos que llevaba en el cabello le parecieron totalmente ostentosos e innecesarios, pues el omega era capaz de resaltar sin llevar nada puesto. Aun en la distancia, y estando en la oscuridad, cualquiera podría percatarse de su belleza.