[OMEGAVERSE] [My only love #1]
« Jung Hoseok, líder del ejército de la manada Jeon.
Kim Taehyung, joven heredero de la familia Kim.
Ambos se conocieron en la manada Kim por obra del destino.
Ambos eran destinados. Sus lobos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando la noche se alzó ante la manada Kim, un silencio prolongado se extendió en el centro del pueblo, donde todos, arrodillados frente al altar de la diosa de la Primavera, hacían rezos silenciosos en honor a su gloria y poder. La alta fogata mandaba sus llamaradas hacia el cielo, donde se apreciaba el hermoso firmamento, acompañado de estrellas y una luna llena que cubría, con su brillo, al pueblo entero.
La familia Kim, desde el palacio, mandaba sus rezos hacia el altar esculpido en honor a los dioses. Bandejas llenas de comida desfilaban bajo los pies de la estatua, al igual que joyas y monedas de oro. Los alfas se mantenían de pie, haciendo sus oraciones para que la prosperidad llegase prontamente a las cosechas de la manada. Los omegas, en cambio, se mantenían de rodillas, a un lado de la recámara, con velos cubriendo sus cabezas, implorando en silencio por la fortuna de la manada y sus propios deseos.
Taehyung estaba allí, con un velo blanco cubriendo su cabello y rostro, y con el único deseo en mente de conservar el amor de su alfa, pese a las vicisitudes que llegarían a lastimarlos en un futuro. Estaba, por primera vez, tan ansioso de recibir el favor de los dioses que rogó con intensidad por el cumplimiento de sus deseos.
«Oh, diosa, que la decisión que tome sea la correcta, por favor. No quiero perder a mi alfa.»
La petición corrió en dirección de su futuro, ese mismo futuro que le fue visto por la mujer de la fortuna, la cual lo impedía de ser extremista con su comportamiento para no ahuyentar la única oportunidad que tenía en sus manos.
Taehyung terminó la ceremonia con un agradecimiento a los dioses, viendo como el fuego de las antorchas aumentaba con la brisa nocturna que se colaba por el balcón. Los "mensajeros de los dioses" (como se le llamaban a los cambiaformas que juraban su lealtad a los dioses, haciendo obras caritativas en su nombre) dieron un último rezo y salieron, en fila, de la recámara. Namjoon quedó en silencio unos minutos más hasta que permitió la salida de los cambiaformas que permanecían a su lado. Todos ellos salieron hasta que solo Namjoon, Seokjin, Taehyung y Minseok quedaron en el silencioso espacio.
―Jin, encárgate de los invitados de esta noche y discúlpame con ellos por no presentarme ―dijo el alfa, mientras observaba hacia el altar.
―Pensé que participaría de la celebración ―respondió el omega, evidentemente sorprendido por su decisión.
Namjoon lo observó por unos segundos, sonriendo con tristeza en su dirección.
―No esta noche.
Seokjin intentó acercarse, pero le fue imposible hacerlo. Namjoon parecía no querer ningún tipo de compañía, solo mantenerse en su habitación, meditando en ese problema desconocido que rondaba su mente. Taehyung percibió ese panorama y se acercó a su padre con cautela.
―¿Estás bien, papá?
Namjoon tomó su mano con cariño.
―Estoy bien, no te preocupes ―respondió―. Si vas a ir al pueblo, ve con tus guardias de siempre y no tardes mucho en volver. Debemos estar listos para el día de mañana, recuérdalo.