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Taehyung tomó asiento, su rostro se hallaba ligeramente húmedo por las lágrimas derramadas y su semblante se mostraba decaído, sin esperanza, sin alegría, solo un dolor intenso que lo sofocaba desde el interior

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Taehyung tomó asiento, su rostro se hallaba ligeramente húmedo por las lágrimas derramadas y su semblante se mostraba decaído, sin esperanza, sin alegría, solo un dolor intenso que lo sofocaba desde el interior. Minseok no sabía cómo tratar aquel episodio depresivo del omega, pues nunca se había mostrado de tal manera frente a él, por lo que solo pudo llevarlo a un lugar apartado de la cocina, donde los sirvientes no tenían permitido ingresar hasta que el asunto tomara un mejor rumbo. El beta cubrió sus hombros con una manta bordada por una de las omegas del palacio antes de ofrecerle un vaso de agua y sentarse frente a él.

Minseok se hallaba verdaderamente preocupado por el menor. Nunca antes se había mostrado tan débil y perdido como en ese momento. Taehyung siempre se mostraba fuerte frente a los demás, rebelde, alegre, orgulloso, altivo cuando se le requería mostrar una faceta defensiva frente a la subestimación de los demás, y muy seguro de sí mismo; pero, en ese instante, parecía haber dejado en el olvido esa personalidad revoltosa suya para convertirse en una versión totalmente azul de sí mismo, una que no podía ir más allá de su propio silencio y el dolor guardado en su pecho.

―¿Qué ha ocurrido, príncipe Taehyung? ―cuestionó, cuando el menor dejó el vaso de agua sobre su regazo.

El omega permaneció en silencio, no tuvo la valentía necesaria para contarle la verdad inmediatamente, porque incluso él se sentía patético por sus propias acciones. El dolor de su lobo iba intensificándose cuando el recuerdo de su alfa inundaba sus pensamientos, incrementando a cada segundo, como si se tratara de una maldición cargada, como si estuviese condenado a no olvidarlo en ningún momento: aferrado a un amor que no parecía tener futuro.

Minseok interpretó el silencio como una negación a compartir su dolor y lo comprendió completamente. No intentó presionarlo para que contase la razón de su llanto, mucho menos le insistió con preguntas incómodas, solo permaneció a su lado los minutos siguientes, escuchando el movimiento rápido de los sirvientes, yendo de un lado a otro, mientras servían bebidas y entregaban bocadillos a los invitados.

La fiesta seguía su curso, las parejas seguían bailando de un lado a otro, Jungkook platicaba con Hoseok sobre lo ocurrido minutos atrás, mientras el mayor de ambos salía presuroso del salón en busca del omega, sin saber con exactitud donde se encontraba verdaderamente; y Taehyung... él solo permanecía allí, en silencio, con los ojos cristalizados y una opresión fuerte en el pecho, a punto de derrumbarse por segunda vez.

―Yo creí encontrar a mi alfa... ―susurró, mientras hacía presión en el vaso de agua y recordaba las palabras de Jungkook―... pero, él no desea serlo.

La sorpresa de Minseok no se hizo esperar, ni siquiera él, tan apegado al omega, había conocido ese episodio inadvertido del encuentro con un alfa. Taehyung lo había mantenido en completo secreto de todos, incluso de Seokjin, a quien solamente le había susurrado sobre su alfa y su dolor, sin dar un nombre en concreto, guardándose todo para sí mismo para no crear problemas entre el alfa y su familia. Aunque, en el fondo, sentía que la razón detrás de su silencio, con respecto al alfa, se debía más por la inestabilidad con la que se manejaban, por la nula probabilidad de una relación amorosa entre ambos, que por no causar problemas.

Love Story ; hopev.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora